Dice Pamela Anderson (Columbia Británica, Canadá, 1967) que no se arrepiente de nada. «Quizá, de los momentos en que, por culpa de decisiones profesionales, dejé de lado a mis hijos o mi familia», se corrige. Dice Pamela Anderson que se siente, pese a todo, una persona privilegiada. «Vengo de un pueblo pequeño y sí es cierto que navegué por Hollywood con mucha ingenuidad. Me duele cuando surgen las viejas historias y se vuelve a hablar de mí echando mano de los lugares comunes de siempre. He crecido mucho más allá de todo eso y he aprendido lecciones difíciles», afirma y se reafirma. Dice Pamela Anderson que todo cambió cuando dejó de intentar mostrar todo lo que valía y simplemente se dejó llevar. «Nunca es tarde para renacer. Mi impresión es que mi carrera empieza justo ahora», proclama.. Pamela Anderson está de vuelta y presenta como prueba The Last Showgirl, de Gia Coppola, en la que aquel mito de los 90 dice y se corrige, dice y se reafirma, dice y proclama. Todo a la vez porque la película es mucho más que simplemente la historia de una veterana bailarina de cabaret obligada a reinventarse ante un mundo que se desmorona. The Last Showgirl es, se quiera o no, carne de la propia carne de Pamela. La cinta resucita el fantasma culpable, por rancio y machista, de la vigilante de la playa, de Barbwire, de la protagonista del vídeo íntimo con el que fuera su pareja Tommy Lee… Pero lo hace desde ese lugar raro y frágil que más tiene que ver con la fractura que con la conmemoración. La idea es construir una metáfora en forma de espejo que igual refleja la propia vida de la aludida como la del espectador.. ¿Se sintió utilizada? ¿Hasta qué punto forma parte de su objetivo retomar el control de sí misma y de su trabajo?. Sin duda. Siempre hay obstáculos y gente que no quiere que dejes atrás el pasado. Pero llevo tiempo empeñada en retomar la narrativa de mi propia vida. Por ello publiqué mis memorias y por ello hice un documental con mi hijo. Y de repente, Gia Coppola vio el documental y me contrató. Y a la vez me llamaron para trabajar en Broadway. Cada uno de estos proyectos es sanador y me acerca a mí misma. Siento que he perdido décadas de mi vida porque simplemente me desconecté. Me dejé llevar. Sin duda que podría haberlo hecho mejor. No sé. Ahora prefiero no pensar en ello y ojalá lo que hago ahora mismo inspire a más personas a tomar las riendas de su vida.. «Lo que me atrajo del personaje es que no es una víctima», razonaba Anderson durante la presentación de la película en San Sebastián el pasado mes de septiembre al lado de la directora. «A pesar de haber sido derribada una y otra vez, mantiene la alegría, la esperanza y permanece impasible». Pausa. «Expresarme a través del arte como en esta película es mucho más fácil que verbalizar mis experiencias ante un periodista. Hacer un trabajo sustancial es importante; es un alivio. Siempre pensé que era capaz de más. No me arrepiento de nada. Solo aprecio donde estoy ahora», insiste a modo de lema y hasta escudo.. La película cuenta la historia de la última representante de una forma de espectáculo en declive. Estamos en Las Vegas y Pamela Anderson da vida a una emplumada estrella de revista de las de antes. De repente, 30 años sobre el escenario no son nada. The Last Showgirl brilla en la construcción del ambiente, en la forma tan delicada y tierna de retratar un mundo que desaparece. La cámara se mueve entre camerinos atestados e interiores de casas desordenadas y algo sucias sin ningún afán de exhibicionismo. La propia Pamela Anderson juega a imitarse con cariño. En verdad, no es tanto una imitación de nada como un reflejo de la imagen por fuerza equivocada que quizá el espectador atesora de ella. Digamos que en el contraste entre lo que imaginamos y lo que vemos se encuentra la virtud y la gracia.. ¿Qué recuerda de todo ese tiempo en el que dice que se desconectó y se dejó llevar?. En verdad, tengo la impresión de haber pasado de Los vigilantes de la playa a esta película sin que haya pasado nada más. No recuerdo muy bien lo que sucedió entre medias. Es todo muy borroso. Me cuesta mirar atrás porque no guardo memoria de todo aquello. Es como si mi vida se hubiera quedado cortada. Ahora prefiero que sea lo que hago, y no tanto yo, la que hable y se exprese.. ¿Se arrepiente entonces de lo vivido?. Supongo que podría decir que me arrepiento de haber fracasado en ciertas cosas como mis hijos o mi familia tal vez. En cuanto a la industria no me molesta tanto… Somos humanos. Intento no darle demasiadas vueltas. Pero a veces se dicen ciertas cosas de mí y piensas: «¿Por qué me persiguen?». Estoy aquí, ya no soy esa persona. Y no es que antes fuera mala persona, simplemente no necesito que eso me siga atormentando… Pero imagino que las cosas son así: dos pasos adelante, uno atrás.. Pamela dice y se corrige, se reafirma y proclama.
La Lectura // elmundo
Pamela Anderson se recompone desde las cenizas en ‘The Last Showgirl’, de Gia Coppola: del mito machista que encarnó en los años 90 a una mujer plenamente consciente, y dueña, de su cuerpo y de su relato Leer
Pamela Anderson se recompone desde las cenizas en ‘The Last Showgirl’, de Gia Coppola: del mito machista que encarnó en los años 90 a una mujer plenamente consciente, y dueña, de su cuerpo y de su relato Leer