En 2002 Joe Abercrombie (Lancaster, 1974) era un editor de televisión, principalmente documentales, amante de la literatura fantástica y la ciencia ficción y fan de videojuegos como Dungeon Master, Civilization y Age of Empires que decidió retomar una antigua idea y comenzar a escribir una novela fantástica. En 2006 se publicaría La espada misma, la primera de una exitosa saga de nueve novelas y dos libros de relatos, La Primera Ley, que ha vendido más de seis millones de ejemplares y le ha convertido en uno de los grandes autores del género a nivel mundial.. «Comencé a escribir fantasía porque es lo que me gusta, lo que me pareció natural», explica el escritor, que se recuerda de niño entrando fascinado a este universo, como tantos, a través de las obras de Tolkien. «Además tiene la ventaja de que no es necesario ser tan preciso en la investigación. La idea de escribir ficción histórica me resulta bastante intimidante, pero la fantasía es bastante liberadora. No tienes que preocuparte demasiado por el tipo de cristal que habrá en las ventanas. Puedes concentrarte en lanzar a un personaje por ellas y en que la escena resulte impresionante», bromea.. Heterodoxo e iconoclasta, las historias de Abercrombie destacan entre la cada vez más amplia oferta fantástica por sus diálogos llenos de sarcasmo y humor negro, sus personajes complejos y torturados y una visión desencantada del heroísmo, todo arropado con tramas trepidantes y, dentro de los cánones, con un punto original. Este es el caso de su nueva novela, Los diablos (Alianza), una historia ambientada en una Europa medieval deforme y oscura en la que Roma nunca venció a Cartago, que es la potencia que ha dado forma a una gran civilización mediterránea con una Ciudad Santa donde las mujeres son la clase alta del clero; Troya nunca cayó y domina oriente, aunque las conspiraciones que se ciernen sobre su Trono Serpentino recuerdan a las mejores historias de Bizancio; y los bordes del mapa, al sur y al este, están poblados no por hordas de invasores y saqueadores a caballo, sino por sanguinarios elfos de dientes picudos que son una amenaza latente para el continente.. «Después de trabajar tantos años con un mundo completamente inventado, me he dado cuenta de las grandes ventajas de usar la historia real como inspiración. Para empezar, aunque haya cambios, la gente está familiarizada con lo básico, y eso permite trabajar mejor el humor, por ejemplo, un chiste sobre hombres lobo alemanes, «ejemplifica Abercormbie. «En mi novela hay grandes diferencias entre la Europa real y esta extraña fantasía que he creado, que no pretendía ser una historia alternativa, sino simplemente un marco donde los personajes destacaran con fuerza».. Traducción de Manu Viciano. Alianza. 808 páginas. 23,95 € Ebook: 12,99 €. Puedes comprarlo aquí.. Entre esos cambios, el más llamativo es el del sacerdocio femenino, que dirige una Iglesia tan radical y fanática como la medieval pero con una Papisa, de 10 años, además, al frente. «Al viajar al pasado, aunque sea en la fantasía, es difícil huir del patriarcado, y existe el riesgo de que los libros se conviertan en ancianos con autoridad hablando con otros ancianos, que se cree un reparto monótono y que todas las escenas adquieran un tono similar», se queja el autor, que por eso decidió crear a una Salvadora y un clero femenino que está presente desde la primera página. «Cuando en la primera frase lees: ‘el hermano Díaz llegab tarde a su audiencia con Su Santidad la Papisa’, lo entiendes y te das cuenta de inmediato de que estamos como al otro lado del espejo, de que hay algo extraño y ligeramente diferente».. Amable y divertido, Abercrombie no puede esconder la enorme ilusión que le hace estrenar nuevo mundo, pues, como reconoce: «tras tantas novelas de La Primera Ley sentía que necesitaba un cambio, pues no quería caer en la rutina de hacer lo mismo una y otra vez. Además, es muy difícil atraer a nuevos lectores con una saga tan amplia, pues el esfuerzo de entrar en ese universo pasa por leer muchos libros previos para entender el nuevo. Con este espero que se acerque a mi obra mucha gente curiosa que no me conozca», explica el escritor, que cuenta que la idea nuclear de la novela llevaba varios años rondándole la cabeza. «De pronto se me ocurrió esa idea de una serie de monstruos que el Papa guarda en su sótano para lidiar con los problemas que no son aptos para los justos. Me pareció tan tentador que me puse a ello», dice entre risas.. «Después de trabajar tantos años con un mundo completamente inventado, me he dado cuenta de las grandes ventajas de usar la historia real». En efecto, esta es la trama de Los diablos, que narra el épico viaje de un grupo de monstruos, los integrantes de la Capilla de la Santa Conveniencia, y su improbable líder, un ingenuo monje, para escoltar a la aspirante al trono de Troya, que además es una antigua ladrona callejera. «Para mí los personajes son la esencia misma de un libro. Como lector, lo que me atrae siempre son los personajes y sus voces, la forma en que la perspectiva única del autor sobre el mundo se expresa a través de ellos. Y eso es lo que intento hacer, personajes individuales, únicos, cautivadores, y que el elenco tenga una amplia gama de voces, para que todos se sientan muy diferentes, casi como si estuvieras leyendo un libro diferente al leer desde el punto de vista de cada uno», apunta el escritor.. Aquí, los protagonistas son el incompetente hermano Díaz, que Abercrombie define como «un burócrata, un administrador algo ambicioso y un poco taimado que termina totalmente perdido en aguas turbias» y Alex, la joven pobre que descubre que en realidad es una princesa destinada a sentarse en un trono, lo que, apunta, «es el mayor ejemplo de fantasía. El Rey Arturo, Aragorn… todos son personas con el destino especial de ser reyes. Estas dos voces contrastantes son interesantes para representar a la gente común que se ve arrojada a este mundo tan anormal de monstruos y magia».. El resto del reparto son monstruos de un tipo u otro que plantean el tema fundamental del libro: dónde está el límite entre lo moral y lo inmoral y qué es lo que nos convierte en monstruos. Aquí, Abercrombie ha hecho gala de su talento para tomar los arquetipos clásicos y subvertirlos por donde el lector menos espera. «Yendo un poco a la contra de los clásicos Crepúsculo o True Blood, en el libro hay una mujer lobo cachas y un vampiro sexy. Un poco diferente, no precisamente original en su esencia, pero creo que la originalidad es como la sal, a menudo, con un poco se consigue mucho», bromea el escritor. Completan el equipo una elfa invisible -«todo equipo necesita una»-, y un nigromante excéntrico y de clase alta que aporta aún más variedad al grupo.. «Hubo una época en la fantasía épica se veía como algo bastante friki y un poco vergonzoso, pero esa imagen se ha desvanecido considerablemente». Un aspecto clave de la novela es justamente cómo todos estos personajes transitan por el filo entre el bien y el mal, entre el héroe y el villano, una paleta de matices que el escritor maneja con maestría. «Tradicionalmente, siguiendo el ejemplo de Tolkien, la fantasía ha tenido una visión deliberadamente simplista, similar a una parábola, del bien y el mal. Pero en realidad, la vida es mucho más compleja, por eso me gusta meterme en la piel de personajes ambiguos», comparte Abercrombie. «Creo que la literatura, sea fantástica o no, tiene que explorar esas zonas grises de la moral humana e indagar en que lo que nos hace héroes o villanos es, muchas veces, una cuestión de perspectiva».. Joe Abercrombie en el estudio de su casa de Bath.Lou Abercrombie. En este sentido, el escritor reivindica el género y considera que «es un momento brillante para ser escritor o lector de fantasía, porque se ha diversificado mucho. Hubo una época en la fantasía épica de espadas, magos y chicos con destinos especiales se consideraba algo chavales, bastante friki y un poco vergonzoso, pero en buena medida esa imagen se ha desvanecido considerablemente», opina.. Y es que, para Abercrombie, la fantasía no es, como suele decirse, una forma de escapismo de la realidad, sino «una herramienta muy poderosa para explorarla e investigar sobre situaciones que necesitan una perspectiva más alejada de lo cotidiano, especialmente en un mundo cada vez más polarizado y partidista. Cada vez es más difícil abrir los ojos de la gente a nuevas ideas o discutir las cosas de una manera nueva. Y creo que, al situar las cosas en un mundo diferente y en circunstancias diferentes, la fantasía logra que la gente se ponga en la piel de alguien muy diferente».. A punto de visitar España para el Festival Celsius de Avilés -del 15 al 19 de julio- al que lleva acudiendo desde 2012 y que considera como su casa -de hecho los responsables y la ciudad tiene un pequeño guiño en la novela-, Abercrombie está ahora embarcado en la adaptación cinematográfica de Los diablos en la que trabajará codo con codo nada menos que con James Cameron. «Es muy emocionante, obviamente. Es una figura imponente, la figura que uno elegiría para crear escenas de acción enormes, elaboradas y desafiantes, que es buena parte del contenido del libro», reconoce.. «Hay adaptaciones al cine o la televisión que no aportan gran cosa, por cada Juego de Tronos, hay muchas que se olvidan un par de años después». No obstante, el escritor, que conoce de primera mano el mundo de las pantallas, rebaja la euforia que ha provocado el anuncia y afirma que la cosa va para largo. «Ya estamos prácticamente en marcha con los primeros fragmentos de escritura, pero él hombre muy ocupado, con muchos otros compromisos. Además, las cosas pueden salir mal de muchas maneras diferentes. Hay adaptaciones que no aportan gran cosa, por cada Juego de Tronos, hay muchas que se olvidan un par de años después. Así que no hay certezas. Simplemente toca cruzar los dedos, hacer lo mejor que podamos con el guion y esperar que dé en el clavo», afirma entusiasta el escritor que, para concluir, desvela cuál es la peor pesadilla de un escritor de fantasía oscura, muy similar a la de cualquier creador.. «Siempre eres consciente de que a cierta gente no le gustará nada de lo que escribes. Si te esfuerzas por ampliar tus límites y probar algo nuevo con cada libro, como suelo intentar, te abres a nuevos lectores, pero también eres consciente de que a algunos de los lectores antiguos no les va a gustar el rumbo que has tomado esta vez. Y eso siempre es un poco desagradable», admite. «Sin embargo, creo que lo peor no son las críticas de una estrella o los fans enfadados, sino pasar desapercibido. Yo he tenido mucha suerte, pero creo que lo peor de todo sería que tu trabajo no le importe a alguien tanto como para valorarlo, sea con admiración o con un odio intenso», concluye.
La Lectura // elmundo
Heterodoxo, iconoclasta y dueño de un humor sarcástico, el ‘enfant terrible’ de la fantasía publica ‘Los diablos’, una épica historia ambientada en una oscura e inventada Europa medieval que subvierte los arquetipos y cánones del género. «La fantasía es el género perfecto para explorar la realidad» Leer
Heterodoxo, iconoclasta y dueño de un humor sarcástico, el ‘enfant terrible’ de la fantasía publica ‘Los diablos’, una épica historia ambientada en una oscura e inventada Europa medieval que subvierte los arquetipos y cánones del género. «La fantasía es el género perfecto para explorar la realidad» Leer