El otro día una de mis mejores amigas y yo estábamos caminando de vuelta a casa después de una sesión de tenis. Ninguna de las dos era buena, de hecho mi amiga podría ser calificada fácilmente como pésima. Al terminar, le dije que me extrañaba que no se le diera mejor (en su defensa, era la primera vez que jugaba), ya que cuando habíamos entrenado en el pasado solía ser hábil. Inevitablemente, nos acordamos de una persona ausente, una persona que. Hazte Premium desde 1€ el primer mes. Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web. Si lo prefieres
La Lectura // elmundo
Hay personas a las que (para bien o para mal) estamos dispuestas a darles siempre una oportunidad y otras con las que nos indignamos simplemente por un mal comentario Leer
Hay personas a las que (para bien o para mal) estamos dispuestas a darles siempre una oportunidad y otras con las que nos indignamos simplemente por un mal comentario Leer