«Tengo pesadillas antes de cada publicación. Una vez soñé que visitaba una librería y descubría que el libro en el que estaba trabajando en ese momento ya había sido publicado. Saqué el libro del estante y vi que era mi manuscrito inacabado, sin editar y sin corregir que el editor había publicado por descuido. Fue terrible y fue una de esas pesadillas que duran mucho tiempo», relata sonriente a La Lectura el guionista y escritor húngaro Attila Veres (Nyíregyháza, 1985), gran exponente actual de la literatura de terror centroeuropea, demostrando que las pesadillas de un autor son más dulces que sus escritos.. «En realidad, rara vez tengo la intención de escribir una historia puramente de terror, pero mis ideas y una cierta forma de pensar me llevan en esa dirección. Lo que encuentro interesante en una historia suele traer consigo una idea de horror, por lo que mis historias a menudo se etiquetan como de terror», explica el escritor. «No me importa porque amo el género y ser escritor de terror es muy gratificante. Me gusta el horror porque es conflictivo. Quiero que mis historias se queden grabadas en la mente del lector, que le persigan, que planteen preguntas sobre el mundo que le rodea, preguntas que debe intentar responder por si mismo… Y el terror proporciona el marco perfecto para eso», sostiene.. Traducción de Judit Faller y Andrés Cienfuegos. Sexto Piso. 354 páginas. 23,90 € Ebook: 13,99 €Puedes comprarlo aquí.. De visita en España para participar en el Festival de Géneros Fantásticos de Barcelona -que se celebra hasta el día 10 y donde se codeará con autores como Catriona Ward, Javier Calvo, Lisa Yaszek, Slovej Balle, Ted Chiang o Lisa Tuttle-, Veres acaba de publicar en nuestro país Negro tal vez (Sexto Piso), una colección de 12 relatos inquietantes y originales donde mezcla el terror urbano y el horror folk o elementos más clásicos de corte lovecraftiano con visiones rompedoras y modernas. Lejos de encajonarse en el género, en estos cuentos el autor pasa con naturalidad de la ácida crítica política a un tierno intimismo, todo ello tamizado con un humor irónico y satírico y un acercamiento a la realidad cotidiana de la que surgen las sombras que nos acechan o que todos llevamos dentro.. En este sentido, Veres defiende que el terror es un género idóneo para explorar las experiencias y vivencias humanas, ciertos límites que sólo rompemos en situaciones extremas. «El horror es capaz de la máxima honestidad. La preocupación central de la literatura de terror es la experiencia humana en sí misma y nada más», defiende el escritor. «Habla de nuestros miedos, ansiedades, deseos, esperanzas al extremo, sin las limitaciones de la apariencia de respetabilidad y sin los corsés de la moralidad. Sin estas limitaciones, es más fácil llegar al meollo del asunto sin preocuparse por ofender a alguien, porque, en cierto sentido, se espera que se ofenda».. «El horror es capaz de la máxima honestidad. La preocupación central de la literatura de terror es la experiencia humana en sí misma y nada más». En Negro tal vez encontramos así historias donde la vida corriente se ve rota por las causas más inverosímiles: spas donde unas vacaciones se tornan siniestras y mortales en «Dormiremos en la nieve», pueblos apartados donde las tradiciones ancestrales esconden terrores ocultos en el que da título al volumen, vacaciones que conducen a la más terrible locura en «Multiplicado por cero», una reflexión sobre las relaciones de pareja que se torna crudamente violenta en «Morder a un perro» e incluso una banda urbana fantasma que parece inducir al suicidio a quienes la escuchan en «Ciudad de niebla».. En todas ellas, sus personajes, muchos narradores, sufren un proceso de cambio al verse abocados a situaciones que, en principio, no deberían suceder. «Lo que más me gusta de este tipo de cambio forzado, de metamorfosis es la idea de que pierdes el control de tu propio ser. A menudo pienso que mis historias describen experiencias en última instancia positivas para mis personajes, incluso si eso significa que al final de su metamorfosis ya no existen como personas y se convierten en seres monstruosos», apunta Veres.. «La cuestión es que se enfrentan a algo mucho más grande que ellos mismos y, en lugar de ser destruidos por ello, se transforman en lo que temían o deben someterse a ello. Después de esta transformación, ya no necesitan temer nada porque han abandonado la ilusión de control sobre sus propias vidas, incluso sobre ellos mismos, y ese hecho sirve para reflexionar sobre muchas realidades contemporáneas como la alienación o la insatisfacción», sostiene.. Estudiante de cine y guionista de éxito en su país -ganador del Premio del Cine Húngaro 2020 junto al director István Tasnádi por Egy másik életben (En otra vida)-, la carrera literaria de Veres ha sido fulgurante. En 2017 su primera novela, Odakint sötétebb (Un exterior más oscuro), se convirtió en un éxito inesperado en su país y tras él vendrían dos libros de relatos, Éjféli iskolák (Escuelas de medianoche, 2018) y A valóság helyreállítása (La restauración de la realidad, 2022), de los que se nutre este volumen publicado con gran éxito en Estados Unidos, donde fue nominado al Premio Bram Stoker y también muy valorado por algunos de los popes del género, como Brian Evenson, Nathan Ballingrud y Laird Barron.. «No creo que el terror pueda existir si el humor. Mis historias surgen de lo absurdo de la experiencia humana, y sin lo cómico de ésta no funcionarían». También por Mariana Enriquez, autora de un magistral prólogo que el escritor agradece: «Las cosas que perdimos en el fuego es una de las mejores colecciones que he leído jamás, por lo que estoy especialmente contento y agradecido de que haya tenido la amabilidad de escribir una introducción a mi libro», comparte Veres, quien también se declara fan de Samanta Schweblin, Amparo Dávila, Roberto Bolaño, Mónica Ojeda y Agustina Bazterrica. «Este gótico latinoamericano es un movimiento que sigo porque tengo la sensación de que sus inquietudes y métodos son similares a los míos, aunque trabajemos en contextos históricos completamente diferentes».. «El cine me ha obligado a pensar detenidamente sobre la trama y las necesidades de la narrativa, siempre manteniendo el impulso, pues en un guion sólo se describe la acción, sólo las cosas que se verán en pantalla», apunta Veres sobre su relación con el mundo cinematográfico. La música especialmente el rock underground y los géneros urbanos surgidos en la Hungría postcomunista -«fui batería de rock de joven», confiesa-, es otro elemento muy presente en muchas de sus historias. «A la hora de escribir, la música me lleva a ideas que desafían la descripción inmediata, pues describe emociones puras o estados de ánimo que fluyen y refluyen sin intención narrativa», explica. «Si intentas describir tu música favorita, a menudo encontrarás que no tienes las palabras, porque la música está más allá de las palabras. Me gusta que mi escritura esté en algún punto entre estos dos extremos: una historia que te atrapa, pero te lleva a lugares que desafían la descripción, que existen como un estado emocional puro», argumenta.. El escritor húngaro Attila Veres en las calles de Budapest.Márton Mohos. El humor, sarcástico, irónico y negro, claro, es una de las claves de su literatura, pues lo considera ligado al terror. «No creo que uno pueda existir sin el otro. La risa de un hombre suele gastarse a costa del sufrimiento de otro. Cuando se me ocurre una historia, normalmente me río de lo absurdo de la idea. A menudo también me río mientras escribo. Sin humor, por muy oscuras que sean, estas historias no funcionarían, pues no escribo terror clásico con asesinos en serie, mutantes o posesión demoníaca», razona el escritor. «Mis ideas surgen de lo absurdo de la experiencia humana, y si no reconociera el humor que contiene ésta, no funcionarían. Quiero que mis lectores se rían, porque la risa es una salida a través de la cual pueden liberar cierta tensión, algo necesario para que la historia tenga pleno efecto. Si el público está constantemente bajo presión, se cansa. Cuando ríen, se animan de nuevo y pueden volver a asustarse».. La fórmula ha funcionado en un país en el que, como explica Veres, la literatura fantástica y de terror tiene muy poca tradición. «Los lectores húngaros eran muy reacios a la literatura de género con un ambiente local, sin embargo, yo quería abordar Hungría, su historia, su mundanidad, sus personajes, su sufrimiento, sus esperanzas, miedos y sueños. Lo reconstruí basándome en lo que sabía y veía a mi alrededor todos los días, y en los problemas y ansiedades con los que lucha mi generación», defiende. Esto hace que la realidad política y social del país impregne muchos de los relatos donde, por ejemplo, el mundo rural se presenta de un modo muy distinto al campo naíf que impera en la literatura occidental.. «Ojalá no sea tan salvaje y brutal como en mis historias», se ríe, «pero sí que dependiendo de la zona que elijas, definitivamente puedes encontrar aspectos difíciles. Los entornos rurales de mis historias son una mezcla de realidad y fantasía, pero algunos de los aspectos y mentalidades más inmediatos provienen de lugares y personas reales que conozco. Ha habido un esfuerzo político consciente durante los últimos 14 años para avivar el contraste entre las áreas urbanas y rurales de Hungría, y algunas de mis historias satirizan esta narrativa política, llegan al corazón de muchos de nuestros miedos actuales y abordan las narrativas populistas de forma subversiva, utilizando los métodos de lo fantástico».. «El terror y la ciencia ficción son géneros que están en auge porque favorecen el escapismo, nos evaden de un mundo que está fuera de nuestro control». A juicio del escritor, estos mundos alternativos «nos dan un nuevo par de ojos con los que podemos ver nuestro propio mundo. Mientras vivimos el día a día, nos falta la perspectiva histórica de nuestra sociedad. Vemos el mundo como algo fijo y sólo en retrospectiva reconocemos los cambios que han ocurrido», opina Veres. «Las distopías pueden servir como herramientas para acelerar esta visión de cambio, generalmente para peor. Yo diría que también sirven como advertencia, pero ¿a quién engaño? Lo que es una distopía para una persona es una utopía para otra». Uno de los relatos más terroríficos, «La máquina de color sangre», se puede leer tanto como recuerdo del pasado autoritario como profecía distópica. «La memoria del pasado autoritario o una profecía de una futura dictadura son la misma cosa. Esta historia trata sobre la apatía de los habitantes de una ciudad, cómo se dejan humillar, ridiculizar y destruir a cambio de la ilusión de seguridad», explica Veres. «En el momento en que escribí esta historia, Hungría acababa de llegar a un punto sin retorno en el camino hacia una dictadura blanda. Muchos de los elementos inquietantes de la historia reflejan directamente las decisiones de nuestros líderes políticos y la narrativa que utilizan para mantener a la población en un estado de miedo salvaje, que es lo que buscan para gobernar».. Es por este miedo por lo que Veres opina que géneros como la fantasía, la ciencia ficción y el terror están en auge en el mundo actual. «Tenemos una clara sensación de pérdida de control. Todos podemos ver que el planeta se dirige hacia una especie de escenario apocalíptico: política, social, económica y ambientalmente. ¿Qué podemos hacer al respecto? ¿Devolver las botellas de plástico a los sitios de reciclaje mientras las fábricas que las fabrican destruyen nuestro planeta?», se pregunta. «Existe un temor generalizado a esta pérdida de control que crea una necesidad de escapismo; de ahí el éxito de las películas de superhéroes, donde se abordan problemas imaginarios, o de las de de terror, que abordan este miedo global de forma personal. No es de extrañar que muchas de las creaciones actuales estén tan fascinadas por la idea del duelo. Ya estamos de luto por un mundo que se va», concluye.
La Lectura // elmundo
Punta de lanza de la literatura de terror centroeuropea, el escritor húngaro publica ‘Negro tal vez’, un estremecedor y absorbente libro de relatos lleno de historias inquietantemente reconocibles. «El terror permite explorar la realidad sin ceñirse a corsés morales» Leer
Punta de lanza de la literatura de terror centroeuropea, el escritor húngaro publica ‘Negro tal vez’, un estremecedor y absorbente libro de relatos lleno de historias inquietantemente reconocibles. «El terror permite explorar la realidad sin ceñirse a corsés morales» Leer