La impostura, la novela más reciente de Zadie Smith (Londres, 1975), es un libro complejo y con muchas capas, puestas de manera más bien orgánica, cuya densidad de ideas no se traduce en pretensión en ningún momento.. Traducción de Eugenia Vázquez Nacarino. Salamandra. 480 páginas. 24 € Ebook: 10,99 €Puedes comprarlo aquí.. Smith debutó con Dientes blancos en el año 2000 y desde entonces ha entregado cuatro novelas, sin contar con La impostura, libros de cuentos, ensayos y libros para niños. Había cierta expectación cuando se supo que en su nuevo trabajo viajaba a la Inglaterra victoriana y que el colonialismo era uno de los temas.. Para construirlo, la escritora se fijó en un caso real, que ya había llamado la atención de otros escritores, entre ellos, Borges, sobre un juicio para dirimir la verdadera identidad del demandante que decía ser sir Roger Tichborne, aristócrata del que no se habían tenido noticias desde que se subiera a un barco rumbo a ultramar años atrás y al que se había dado por muerto.. El proceso llenó portadas y despertó un interés tan intenso como fugaz, Smith aprovecha la atención popular en el juicio para mostrar otras cosas: en la novela vemos a la masa defender primero una postura y luego otra con el mismo entusiasmo y sin que se sepa muy bien qué ha guiado el cambio. ¿No estará Zadie Smith hablando de lo arbitraria, manipulable y poco fiable que es la opinión pública? Ése es uno de los muchos asuntos que despliegan como un abanico en esta novela-muñeca rusa, llena de historias, de las cuales, algunas toman elementos de la realidad, como se ha visto.. El caso Tichborne permite, a través de la figura del testigo Bogle sobre todo, viajar a Jamaica en el siglo XIX y mostrar el trato inhumano que se daba a los aborígenes, y dibuja el patrón de maltrato hacia el subordinado que se repite en todas partes. Por otro lado, está la trama doméstica, que es la más audaz, donde Smith es más Smith, y donde se divierte jugando.. La impostura, dividida en ocho volúmenes, acaba por ser la novela que escribe Eliza Touchet, prima no carnal de William Harrison Ainsworth, escritor de cierta fama en un momento ya pasado. Ainsworth es representante de un mundo ya por desaparecer, es un escritor ya del pasado, empeñado en buscar la épica de la novela colonial, espadas y héroes; su prima en cambio cree que el interés ha de ser otro.. Touchet arrastra varias tragedias pasadas y ve en la historia de Bogle la prueba de que la bondad humana existe. Ainsworth y su círculo de amigos escritores, entre los que está Dickens, aparecen también en el libro y dan mucho juego esas reuniones de hombres tan seguros en sus cómodas opiniones.. También hay un reverso doméstico que Smith explota y conoce: el día a día de un novelista. «El peso de toda esta literatura es una carga tremenda para una casa, señora Touchet. Una carga tremenda», le dice el muchacho que acude a arreglar el «desastre de la biblioteca». «Tienes toda la razón», responde Touchet, que no está hablando en ese momento del peso material de los libros de su primo.. El personaje de Touchet está basado en un ama de llaves del Ainsworth real, pero Smith inventa aquí a su novelista secreta y audaz, con sentido del humor, capaz de hacer comentarios mordaces o de señalar las injusticias que ve, tanto las del país como las de la casa.. Una muestra, Eliza Touche en su dilema moral: «Todos los pensamientos que la asaltaban eran perturbadores. Surgían del hueco en el que debía haber un nombre. Y en ese mismo hueco se tambaleaba vacilante, yendo a su encuentro, la libertad. ¡El sueño de poder irse a vivir a donde quisiera! En una casa propia, pagada con su dinero. Daba vértigo. Se detuvo y se miró los zapatos. Eran viejos y necesitaban suelas nuevas. ¿Por qué era más fácil pensar en unos zapatos que en la libertad?».. Porque es más fácil, Eliza, por eso eres la heroína de esta novela.
La Lectura // elmundo
En esta novela muñeca-rusa, la escritora británica reconstruye con brillantez y fuerza las miserias y contradicciones de este frondoso periodo histórico a partir de un famoso juicio real por suplantación Leer
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