La lista deseada se parece bastante a la que ha salido de las votaciones del jurado que este año han integrado 107 expertos. Aparecen clásicos contemporáneos —como Paul Auster, Lídia Jorge, Mircea Cărtărescu o Ignacio Martínez de Pisón—, pero destaca la incorporación de voces apenas escuchadas hasta ahora como son las de David Uclés, Sara Barquinero o Nicolás Sesma.. Aunque la lista tiene algo de inesperado, porque no aparecen libros premiados ni tampoco lanzamientos megapromocionados, no ha sido una sorpresa que La llamada fuese elegido el mejor libro del año. Desde el primer día que pudo leerse, Leila Guerriero ha fascinado con la máquina de precisión literaria que es su retrato de Silvia Labayru. El nombre de la periodista argentina abre una lista en la que el peso de las escritoras latinoamericanas —Enriquez, Ojeda, Gainza— debe ser justamente subrayado.. 1) La llamada. Leila Guerriero. Anagrama. Durante la dictadura argentina la Escuela de Mecánica de la Armada —la ESMA en Buenos Aires— fue el principal centro de detención clandestino del país. Entre 1976 y 1983 allí fueron torturadas, secuestradas y asesinadas unas 5.000 personas. Sobrevivieron menos de doscientas. Una de ellas fue Silvia Labayru, hija de una familia de militares. En 2021 Leila Guerriero (1967) vio la fotografía de esa mujer en un reportaje publicado con motivo del primer juicio por crímenes de violencia sexual cometidos en ese infierno. Habían pasado décadas sin que ella hablase con periodistas. Después Guerriero habló con ella, con respeto y obsesión, días y días y días, con ella y con decenas de personas, en calma y ante el vértigo. Porque la supervivencia, moralmente, es más compleja que la muerte: lleva la humanidad al límite.. ¿Qué sucedió allí? ¿Cómo logró sobrevivir? “Bajo amenaza de muerte, consentir es resistir”, puede leerse en un texto que Labayru le hizo llegar al empezar su diálogo. Cuando a finales de 1976 la detuvieron, tenía 20 años, embarazada de cinco meses, y pertenecía al revolucionario Ejército Montonero. Estaba integrada en el Servicio de Inteligencia cuyo máximo responsable en la capital era el escritor Rodolfo Walsh, autor de Operación Masacre, el hito fundacional del periodismo narrativo latinoamericano. Al leer La llamada conmociona que esta nueva obra maestra acabe por cuadrar el círculo de la mejor no ficción literaria en lengua española.. Leila Guerriero ha llevado el periodismo a una nueva frontera, sobre todo por la construcción de un riquísimo discurso formal donde fluyen las voces que matizan testimoniando y en el que la tensión entre lo ocurrido entonces y lo relatado ahora se convierte en una lección memorable sobre la vida adulta que se salva por la lucidez y contra el autoengaño. No hay juicio. Hay hechos, versiones sobre hechos y la moral, es decir, experiencia meditada sobre el dilema fatal y ambiguo entre muerte y supervivencia en un presente puro y oscuro. Hay alta literatura. Sé que la lectura de La llamada, tan adicitiva, me acompañará para siempre. Por Jordi Amat. Crítica de Jordi Gracia. Entrevista con Leila Guerriero. Por Andrea Aguilar. Charla con Leila Guerriero en el “podcast” Qué estoy leyendo. 2) La península de las casas vacías. David Uclés. Siruela. David Uclés ha cruzado un océano de 14 años hasta dar por finalizada su tercera novela. La vocación inicial fue narrar la historia de su propia estirpe, arraigada en Jándula (trasunto del pueblo de Quesada). Sin embargo, acabó contando la de todo un país durante la Guerra Civil española, el terrible hito que truncó el futuro de lo que él gusta en llamar Iberia. Su imaginación desborda los marcos mentales en los cuales se suelen constreñir las narrativas contemporáneas, porque su mirada es imprevisible. No elude mencionar ningún episodio real bajo el tamiz de lo taumatúrgico. No rehúye siquiera vengarse con diálogos inventados de figuras que le resultan deleznables. Es la suya una escritura prodigiosa y atrevida. Incluso el narrador, que es el propio autor, interviene en los acontecimientos para dialogar con sus personajes, siempre concebidos a medio camino entre lo real y lo imposible, como por ejemplo Odisto, el hombre en torno al cual gira la historia, en homenaje a su tatarabuelo.. Todo el libro es un ejercicio apabullante de eso que hemos convenido en llamar realismo mágico y que, como decía Elena Garro, una de sus máximas exponentes, no es más —ni menos— que “la plasmación de la cosmogonía de los pueblos originarios”, de los habitantes de lugares como Jándula/Quesada, quienes, a principios del siglo XX, aún pasaban la vida ajenos a la contaminación de lo urbano, a la coerción de lo convencional y a la preponderancia de lo homogéneo. Basta con advertirles que la novela empieza con el parto de un niño muerto y el rito del luto tiñéndolo todo, incluso los árboles. No se me ocurre una imagen más profética con la que empezar a contar esa guerra que la de un árbol negro. Por Esther López Barceló.. Crítica de Nadal Suau. Entrevista con David Uclés. Por Sergio C. Fanjul. 3) Theodoros. Mircea Cărtărescu. Traducción de Marian Ochoa de Eribe. Impedimenta. Con Theodoros, Mircea Cărtărescu prueba que toda futurología estética es pólvora del Rey: si Italo Calvino pronosticó que la literatura del siglo XXI sería ligera y breve, rápida y visible, la del rumano es barroca, caudalosa, lenta y rebosante de oscuridades. Con el mismo estilo de lirismo estupefaciente de su trilogía Cegador y una imaginación desbocada, la novela narra la epopeya de una ambición insaciable: la de un muchacho en la corte de Valaquia, dispuesto a remedar a su idolatrado Alejandro Magno a cualquier precio. Las vicisitudes de su ascenso lo llevan de su condición de sirviente en Rumanía a la de pirata en el mar Egeo y de ahí a la Etiopía cuya monarquía pretende. Mediante un injerto de un realismo mágico opulento en el molde de la novela histórica y de aventuras de raíz decimonónica, el escritor rumano desata en Theodoros una escritura torrencialmente barroca, sembrada de digresiones, desaforada, con la que reivindicaba la jurisdicción de la novela sin límites. Por Domingo Ródenas de Moya.. 4) Ropa de casa. Ignacio Martínez de Pisón. Seix Barral. Pertenece a la especie de lo indescifrable el hecho de que Ignacio Martínez de Pisón no haya desarrollado la menor propensión a la vanidad ensoberbecida ni sepa qué es la envidia literaria (ni la otra), pese a figurar desde hace 40 años en la nómina fiable de la mejor literatura de la democracia. Sus libros se leyeron primero en Anagrama y después en Seix Barral, pero esta obra tan humildemente titulada Ropa de casa habla de la primera etapa, de cuando Herralde decidió publicar a un muchacho jovencísimo con un fajo de folios bajo el brazo, de cuando el joven decidió vivir en Barcelona, de cuando era imposible no ver bebido a Carlos Barral y de cuando empezó una amistad inquebrantable con Enrique Vila-Matas mientras trasegaba con un “izquierdismo algo desmayado”.. Sin aspavientos ni retóricas autocompasivas, Martínez de Pisón enhebra los pasos de una autobiografía literaria con multitud de evocaciones familiares y personales que trasladan de forma muy fiel un modo de vivir el oficio de la escritura y la publicación de libros literarios. El magisterio paternalista que ejerció con él en privado Javier Marías (“Si te sirve de algo, yo creo que tienes mucho talento y que en principio no tiene por qué estropearse si no te dejas amilanar”), está entre las mejores cosas de este libro, con algunas transcripciones de cartas un punto señoriales de Marías y la confidencia de Pisón de haber padecido injustamente la “automática expulsión de su mundo”. La franqueza sin ínfulas reveladoras y la naturalidad del relato de su apacible prosperidad en el oficio se concentran en la que probablemente sea la mejor semblanza del libro: corresponde a su amigo Félix Romeo y nada en ella devalúa la gratitud que Pisón disemina en cada una de las páginas del libro. Por Jordi Gracia.. Crítica de Jordi Amat. Charla con Ignacio Martínez de Pisón en el “podcast” Qué estoy leyendo. 5) Los escorpiones. Sara Barquinero. Lumen. Tendrá su parte de verdad, sí, pero es innegable que decir hoy que quienes escribimos optamos por la forma corta o fragmentaria porque “no nos da la vida” o “no tenemos tiempo para otra cosa” se ha vuelto un lugar común. En Los escorpiones, Sara Barquinero prefiere la grandilocuencia y pasarse de las 800 páginas, al estilo de los posmodernos americanos que reconstruían, siguiendo los impactos de un partido de béisbol, el espíritu de un momento de la historia. Desfilan por sus partes el suicidio, la muerte y teorías de la conspiración; mezcla y agita una anhedonia muy generacional con el origen del fascismo o los primeros foros que brotaban cuando Internet era una jungla. La primera vez que lo leí fui incapaz de parar hasta el final de la segunda parte. Sara, Thomas, Margherita o Michaela, algunos de sus protagonistas, conducen a quien lee a abismos de deseo y muerte, futuros vampirizados, castigo, consumo y fantasmas. El libro ya ha logrado lo mejor que una obra puede conseguir: es un libro de gran ambición, pero sobre todo es el libro de una gran lectora, que retuerce el diálogo con sus referentes para reavivar otra conversación con el mundo. Por Elizabeth Duval. Crítica de Nadal Suau. Artículo de Sergio C. Fanjul. Charla con Sara Barquinero en el “podcast” Qué estoy leyendo. 6) Ni una, ni grande, ni libre. Nicolás Sesma. Crítica. Nicolás Sesma, 47 años, criado en Huesca, profesor en Grenoble (Francia), pertenece a una generación de historiadores que nació después de la muerte de Franco. De la misma forma que su maestro Robert Paxton cambió la mirada sobre la relación de Francia con el fascismo, su libro Ni una, ni grande, ni libre ha contribuido a deshacer de forma rotunda muchos tópicos sobre el franquismo: la dictadura sobrevivió durante 40 años porque no se trataba de una panda de tuercebotas trasnochados, sino que Franco supo rodearse de políticos competentes. “No eran mediocres”, apuntó sobre los gerifaltes del régimen en una entrevista con Marc Bassets. “¡Ojalá lo hubieran sido!”. El principal malentendido al que se enfrenta el libro es la idea de que España fue diferente. El famoso lema acuñado por Manuel Fraga no se corresponde en absoluto con la realidad de un país integrado en las grandes tendencias de unos tiempos en los que, desde América hasta Corea del Sur o Portugal, las dictaduras era muy habituales.. Como todos los grandes libros de historia, los secundarios son tan importantes como los protagonistas, la escritura es fluida y con mucha garra y las referencias tremendamente amplias y a veces insospechadas —hay hasta un apartado dedicado al rodaje de El Cid en el capítulo en el que describe la transformación tecnocrática de la dictadura—. El ensayo acaba con la saga familiar de los Díez-Alegría, que reunía todas las tendencias de un país que buscaba un cambio definitivo y “una tierra donde poder ser libres”. Esperamos la continuación. Por Guillermo Altares. Entrevista con Nicolás Sesma. Por Marc Bassets. 7) Baumgartner. Paul Auster. Traducción de Benito Gómez Ibáñez. Seix Barral. Traducción de Ernest Riera Arbussà (catalán). Edicions 62. La última obra publicada y quizás escrita por Paul Auster es una novela de amor y de duelo llena de vida, de inteligencia y de ternura. Es una de sus mejores novelas, y eso ya es mucho decir en el caso de este escritor milagroso. Los 40 años con su esposa, Siri Hustvedt, desde que eran jovencísimos estudiantes en Nueva York, con sus altibajos y con toda su intensidad contada o adivinada, reverbera inevitablemente en la mente de los lectores asiduos de Auster. Baumgartner es su último acto de protección y de cariño hacia ella y hacia el tiempo que pasaron juntos. El más bello y conmovedor, y de nuevo inteligente, que he leído en mucho tiempo. Como también es la mejor novela o ensayo de duelo que conozco.. Conmueve de veras el mandato de felicidad, de búsqueda del amor y de la vida para quien se queda. Sin alharacas ni sensiblería, ni mentiras piadosas, con sobriedad y hasta con humor. “¿Tarde para qué?” le pregunta el profesor al hombre que viene a leerle el contador de la luz, al principio de su soledad. No es tarde para nada, escribe al final del viaje para alejarse de ella: “Recuerda este momento, chico, acuérdate de él durante el resto de tu vida, porque nunca te ocurrirá nada más importante que lo que te está pasando ahora mismo”. Por Isabel Burdiel.. Crítica de Javier Aparicio Maydeu. Obituario de Paul Auster. Por Eduardo Lago. 8) Misericordia. Lídia Jorge. Traducción de María Jesús Fernández. La Umbría y la Solana. No sé muy bien cómo decirlo, pero hay una ética literaria en la obra de Lidia Jorge que se aprecia en todo cuanto escribe: en el punto de vista, el tono, la sensibilidad o bien la finura de espíritu con que encara los temas más difíciles. En Misericordia, la escritora portuguesa asume la memoria cotidiana de su anciana madre, ingresada en una residencia por sus problemas de movilidad (y donde fallecería de covid en 2020 sin que su hija pudiera acompañarla), y nos ayuda a comprender que otra vida es posible en la vejez. Una vida donde se mantiene a raya el dolor y la tristeza, tan habituales en esta etapa, para concentrarse en la medida de lo posible en la felicidad de las pequeñas cosas que puede ofrecer el día. Basta con buscar la armonía en la disposición de los objetos más sencillos que rodean a la protagonista para decirse a sí misma que con ello está ordenando la tierra, el mar, el mundo.. Mejorando la disposición de un plato, de unos cubiertos o de unas flores en la mesa donde Dona Alberti, trasunto del verdadero personaje que inspira a Lidia Jorge, comparte almuerzos y cenas con otras residentes, para pensar que está mejorando la geometría del mundo: “He aprendido que el alma que se eleva, eleva el mundo. Y sé cómo, porque amasé el pan. Se trata del principio de la levadura. La agria levadura, mezclada con la harina, la transforma y la hincha. De la misma manera una buena persona tiene el poder de atemperar la fealdad del mundo gracias a la belleza”. Y con este principio combate la gran oscuridad que avanza en su interior y también en su entorno con la pandemia. En resumen, honrando la muerte de su madre, Lidia Jorge ha liberado un espacio de vida iluminador que a todos nos concierne. Por Anna Caballé.. Crítica de Tereixa Constenla. Entrevista con Lidia Jorge. Por Tereixa Constenla. 9) Biografía de X. Catherine Lacey. Traducción de Núria Molines Galarza. Alfaguara. Ni fragmentario, ni ensayo personal-político, el cuarto libro de Catherine Lacey (Tupelo, 36 años) contradice algunas de las corrientes que triunfan hoy entre autoras de su generación. Y, sin embargo, no cabe duda de que la biografía ficticia de una artista total que imagina y escribe en su novela está escrita ahora. La distopía es el telón de fondo de esta historia con un EE UU escindido entre un norte progresista que gobernó Emma Goldman, un sur en el que se estableció un régimen teocrático y totalitario, y un oeste libertario. El país está en plena reunificación cuando se escribe la biografía, pero todo es inestable e incierto. Hay giros y guiños, humor, dolor y una fina inteligencia en la reconstrucción de la vida de X que acomete su viuda, C. M. Lucca, una periodista que lleva años abducida por la historia de amor con su magnética y misteriosa esposa.. El desconcertante duelo tras su muerte la empuja a tratar de descubrir quién era X, y cómo fue que trabajó en Berlín con Bowie, en Nueva York con Connie Converse o en Italia con la feminista Carla Longhi. El artista Larry Rivers encabeza un grupo de hombres que protestan en la puerta de los museos contra las tareas administrativas que se ven forzados a realizar, puesto que el sistema favorece que solo las mujeres produzcan obras. Capa a capa, Lacey construye un fascinante juego de espejos tan bien armado que la intriga sobre qué ocurrió y qué está inventando acompaña al lector hasta la última página. Y con su cuerpo de notas finales vuelve a sacudir el tablero. Por Andrea Aguilar. Crítica de Laura Fernández. Artículo de Andrea Aguilar. 10) James. Percival Everett. Traducción de Javier Calvo. De Conatus. Si Las aventuras de Huckleberry Finn es una obra maestra y un pilar de la cultura estadounidense, James, la versión de Percival Everett, “también podría serlo”, sentencia la crítica de The New York Times. No es poco halago, incluso para un autor reconocido como Everett. La reescritura del relato de Twain, situado en los Estados Unidos prebélicos y protagonizado por Jim, el esclavo fugado que acompaña a Huck, aúna ingredientes de grandes clásicos. Es un relato de aventuras trepidante, contado en episodios breves, con grandes dosis de humor y sarcasmo y, al mismo tiempo, una narración de la huida física y existencial del enemigo blanco hacia la libertad.. A través del ejercicio del lenguaje, el pensamiento y la literatura y, casi por defecto, la violencia, James —como decide llamarse Jim— deviene libre. Hablar esclavo, esto es, de manera poco refinada y apenas inteligible, es una cuestión de supervivencia, le explica a su hija al inicio de la novela. Sabe que los blancos temen más a un esclavo que sepa hablar y leer que uno violento. Unos pocos libros, unas hojas de papel y un lápiz robados constituyen sus bienes más preciados, único refugio en su huida de los blancos, siempre al acecho, sin importar las razones. Entre los libros están obras de Locke, Voltaire y Montesquieu, a quienes James interpela en diálogos imaginarios sobre su hipócrita defensa de los derechos humanos y la esclavitud. Hacia el final, en su búsqueda desesperada de su mujer y su hija, se dirige al juez Thatcher en el inglés correcto que siempre usó con sus compañeros esclavos. Ya no repara en las consecuencias de sus acciones desde el temor, sino con la impasibilidad de un hombre libre que sabe que la batalla no ha hecho más que empezar. Por Olivia Muñoz-Rojas.. Crítica de José Ovejero. 11) Un lugar soleado para gente sombría. Mariana Enriquez. Anagrama. La degradación del cuerpo, y la imposibilidad de escapar del contexto y de uno mismo son temas que atraviesan el retorno de Mariana Enriquez al relato breve. Como siempre, juega con distintos códigos para hacer emerger la oscuridad a la que giramos la cara a base de eslóganes sofisticados y artículos de opinión.. Crítica de Carlota Rubio. Entrevista con Mariana Enriquez. Por Andrea Aguilar. Charla con Mariana Enriquez en el “podcast” Qué estoy leyendo. 12) Chamanes eléctricos en la fiesta del sol. Mónica Ojeda. Random House. No hay manera de resumir la trama de esta novela. Unos jóvenes celebran una fiesta atávica junto a un volcán en la geografía andina. Escuchan música experimental, empiezan un viaje lisérgico. Se diluye su individualidad para convertirse en coro trágico. Cuentan la historia de Noa, una niña abandonada que encontrará a su padre y lo abandonará. Mónica Ojeda uso materiales que son habituales en cierta ficción distópica actual: lo ancestral y lo corporal, lo monstruoso y lo sublime. Pero la escritora de Ecuador huye del tópico y el panfleto y logra que Noa supere sus orígenes inmediatos para conectar con la esencia del chamanismo.. Crítica de Carlos Pardo. Entrevista con Mónica Ojeda. Por Ana Fernández Abad. 13) La última frase. Camila Cañeque. La Uña Rota. La ineficacia, lo improductivo, lo inacabado. Eran los territorios que exploraba Camila Cañeque. Un mes después de su fallecimiento, se publicó La última frase: un ensayo sobre 452 frases con las que terminan 452 libros. Uno de los lectores fascinados por este experimento fue Enrique Vila-Matas, que lo describió como “un elegante, hipnótico artefacto literario, vivamente atraído por el desenlace de las cosas: una maravillosa biblioteca de frases últimas”. También Nadal Suau conectó con su propuesta: “He aquí un canto a la tragedia del desencuentro entre el tiempo infinito y nuestra condición finita, con la literatura como mediadora destinada a un fracaso tan predecible como fascinante”.. Crítica de Nadal Suau. Artículo de Sergo C. Fanjul. Crítica de la exposición póstuma de Camila Cañeque. Por Ángela Molina. 14) Presentes. Paco Cerdà. Alfaguara. En el centro del proyecto cívico y literario de Paco Cerdà están los peones: gentes anónimas que desaparecen de la historia en minúscula porque la Historia en mayúscula los fagocita. En sus libros están los protagonistas principales, los secundarios y los que no están. En Presentes —probablemente su obra formalmente más arriesgada— la tensión se produce entre el via crucis fascista que llevó los restos de José Antonio Primo de Rivera de Alicante a El Escorial y las víctimas conocidas o desconocidas del primer franquismo. Borrados que ahora están presentes.. Reportaje de Ferran Bono. 15) Un puñado de flechas. María Gainza. Anagrama. En este nuevo libro híbrido de la argentina María Gainza confluyen los dos vectores de su creación literaria: la escritura y la crítica de arte. Los distintos capítulos tienen extensiones diversas y no hay una única etiqueta que sirva para descibrirlo: hay crónica, ensayo, relato. A través de esa pluralidad, Gainza crea el puente entre arte y escritura y la clave de Un puñado de flechas, como señaló Laura Ferrero, es la textura de su mirada: “lo milagroso es el ingenio, el socarrón descreimiento, la infinita curiosidad, ese inagotable asombro, siempre acompañado de humor o de esas contradicciones tan honestamente manifiestas”. Así nos permite mirar donde, sin ella, no veríamos.. Crítica de Laura Ferrero. Tribuna de Joaquín Castillo Vial. 16) Madre de corazón atómico. Agustín Fernández Mallo. Seix Barral. Podría parecer un libro sobre Pink Floyd, pero no. Podría parecer un libro sobre una madre, y no exactamente. En la portada parece que sea una vaca, pero no lo acaba de ser. Digamos que Agustín Ferández Mallo centra esta “historia verdadera” en su padre fallecido, pero tampoco cabría leerlo como la historia de aquel veterinario que hizo un viaje a los Estados Unidos para traer en avión una veintena de vacas. Esta casi todo eso, pero sobre todo la relación íntima con todos esos hilos para tramar una magnífica indagación sobre cómo constituimos nuestra identidad a través de una memoria que opera con recuerdos y también con las ficciones que necesitamos para contarnos.. Crítica de Berna González Harbour. 17) Golpe de gracia. Dennis Lehane. Traducción de Aurora Echevarría Pérez. Salamandra. La crítica de este libro que escribió Carlos Zanón ya era una invitación a devorarlo. “A ratos parece una tableta crujiente de chocolate, a ratos una descarada muestra de la superior solvencia y talento narrativo de su autor”. La acción se desarrolla en Boston a mediados de los setenta. El contexto son los disturbios raciales tras la medida de un juez contra la segregación racial. “Sobre ese escenario Lehane explica de forma soberbia en qué consiste el racismo, el clasismo, la ira y la rabia, mediante la mejor forma posible: la ficción”. No habla del presente norteamericano, pero, ciertamente, ayuda a entender el lado oscuro de un país automitificado para que no lográsemos contemplarlo en toda su complejidad.. Crítica de Carlos Zanón. Entrevista con Dennis Lehane. Por Luis Pablo Beauregard. 18) Primavera revolucionaria. Christopher Clark. Traducción de Eva Rodríguez Halffter. Galaxia Gutenberg. ¿Sentirse dentro de un proceso revolucionario? Es una de las sensaciones que puede experimentarse leyendo el ambicioso Primavera revolucionaria de Christopher Clark. El autor del clásico Sonámbulos propone otro ejercicio que rompe con las historias nacionales y conecta en clave transatlántica el clima social y los estallidos cívicos que desembocaron en procesos revolucionarios. No había una planificación conjunta, sino un nervioso cuestionamiento del antiguo régimen. Un “desorden interconectado”. Hubo revoluciones y contrarrevoluciones, claro, incertidumbre y sensación de fracaso, pero después de esa “primavera de los pueblos” muchos caminos del pasado dejaron de ser transitados.. Crítica de Javier Moreno Luzón. 19) Triste tigre. Neige Sinno. Traducción de la autora. Disponible en catalán con traducción de Marta Marfany. Anagrama. La valentía de testimoniar el abuso es una forma de compromiso cívico: el relato de la violación es un acto de disrupción en la normalidad para tomar conciencia de la violencia sistemática contra niñas y mujeres. En Triste tigre la autora rememora diversas escenas de su pasado infantil y adolescente sufriendo las agresiones de su padrastro, pero el valor literario del libro es su capacidad moral para trascender el testimonio. Niege Sinno reflexiona sobre identidad tras el abuso, la convivencia con ese recuerdo, las estrategias de supervivencia y, a partir de ese conocimiento autobiográfico, explora cómo la violación ha sido integrada como una forma de malestar de la cultura.. Entrevista con Neige Sinno. Por Álex Vicente. 20) Un corazón furtivo. Vida de Josep Pla. Xavier Pla. Traducción de Ana Ciurans Ferrándiz, Olga García Arrabal y Francesc Ribes. También disponible el original en catalán. Destino. Josep Pla —figura nuclear de la literatura catalana de todos los tiempos, prosista clave del siglo XX español— sabía que un ángulo muerto de su obra era la intimidad. La intimidad es un tema para un moralista y él lo era. Pero la mixtificaba, la omitía, la disimulaba y la silenciaba. El principal valor de esta monumental biografía es haberla desvelado. El profesor Xavier Pla, que se ha pasado la vida estudiando al Montaigne del Empordà, ha tenido acceso a toneladas de documentación inédita y así ha modificado para siempre la percepción sobre un hombre que fascinó y que siempre se refugió de su sentimentalidad desbocada escribiendo, escribiendo, escribiendo.. Crítica de Jordi Gracia. Artículo de Jordi Amat en Tinta Libre. 21) En El Pensamiento. César Aira. Random House. Crítica de Domingo Ródenas de Moya. 22) Doppelganger. Naomi Klein. Traducción de Ana Pedrero Verge e Ignacio Villaro Gumpert. Paidós. Crítica de Marta Peirano. Entrevista con Naomi Klein. Por Iker Seisdedos. 23) El niño. Fernando Aramburu. Tusquets. Crítica de Domingo Ródenas de Moya. 24) España diversa. Eduardo Manzano Moreno. Crítica. Entrevista con Eduardo Manzano Moreno. Por Ángeles Caballero. 25) Tarántula. Eduardo Halfon. Libros del Asteroide. Crítica de Domingo Ródenas de Moya. 26) El celo. Sabina Urraca. Alfaguara. Crítica de Nadal Suau. 27) El tiempo de los lirios. Vicente Valero. Periférica. Crítica de Nadal Suau. 28) El estilo de los elementos. Rodrigo Fresán. Random House. Crítica de Carlos Pardo. 29) El abrazo. Anne Michaels. Traducción de María Eva Cruz García. Alfaguara. Entrevista con Anne Michaels. Por Andrea Aguilar. 30) Los guapos. Esther García Llovet. Anagrama. Crítica de J. Ernesto Ayala-Dip. 31) Autocracia S. A.. Anne Applebaum. Traducción de Rosa Pérez Pérez. Debate. Entrevista con Anne Applebaum. Por Berna González Harbour. 32) El jardín contra el tiempo. Olivia Laing. Traducción de Lucía Barahona. Capitan Swing. Entrevista con Olivia Laing. Por Rafa de Miguel. 33) La alquimia del tiempo. John Banville. Traducción de Miguel Temprano García. Alfaguara. Crítica de Leonardo Padura. 34) Sé mía. Richard Ford. Traducción de Damià Alou. Anagrama. Crítica de Laura Fernández. 35) Antes que nada. Martín Caparrós. Random House. Reportaje de Paco Cerdà. 36) La distancia que nos separa. Maggie O’Farrell. Traducción de Concha Cardeñoso. Libros del Asteroide. Traducción de Alexandre Gombau (catalán). L’Altra Editorial. Crítica de Berna González Harbour. 37) Perder el juicio. Ariana Harwicz. Anagrama. Crítica de Marta Peirano. 38) Despacio el mundo. Ramón Andrés. Acantilado. 39) Clara y confusa. Cynthia Rimsky. Anagrama. 40) Atusparia. Gabriela Wiener. Random House. Crítica de Carlota Rubio. 41) Alcaravea. Irene Reyes-Noguerol. Páginas de Espuma. Crítica de Luna Miguel. 42) El tiempo perdido. Clara Ramas. Arpa. Crítica de Manuel Cruz. Entrevista con Clara Ramas. Por Sergio C. Fanjul. 43) Luciérnaga. Natalia Litvinova. Lumen. Reportaje de Andrea Aguilar. Entrevista con Natalia Litvinova. Por Margaryta Yakovenko. 44) El volumen del tiempo I. Solvej Balle. Traduccion al castellano de Victoria Alonso. Traducción al catalán de María Rosich. Anagrama. Entrevista con Solvej Balle. Por Andrea Aguilar. 45) Mil ojos esconde la noche. Juan Manuel de Prada. Espasa. Crítica de Nadal Suau. 46) No hemos venido a divertirnos. Nina Lykke. Traducción de Ana Flecha Marco. Gatopardo. Crítica de Daniel Gascón. 47) Intermezzo. Sally Rooney. Traducción de Traducción de Inga Pellisa Díaz. Random House. Traducción de Ferran Ràfols Gesa (catalán). Periscopi. Crítica de Nadal Suau. Enlace del libro en la editorial Periscopi. 48) Los alemanes. Sergio del Molino. Alfaguara. Crítica de Jordi Gracia. 49) Los íntimos (Memoria del pan y las rosas). Marta Sanz. Anagrama. Reportaje de Laura Fernández. 50) Quiero y no puedo. Raquel Peláez. Blackie Books. Crítica de Jordi Gracia. Prepublicación del libro en Icon. En la primera versión de esta lista se incluía ‘Las niñas del naranjel’, de Gabriela Cabezón Cámara. La novela se publicó en noviembre de 2023 y, por tanto, no deberíamos haber contabilizado los votos que recibió. La lista corre y se incluye en el puesto 50º el libro que había quedado en la posición 51ª.. * Nuestros periodistas recomiendan de forma rigurosa e independiente productos y servicios que puedes adquirir en Internet. Cada vez que compras a través de algunos enlaces añadidos al texto, EL PAÍS recibe una comisión. Lee aquí nuestra política comercial.. Seguir leyendo
La lista deseada se parece bastante a la que ha salido de las votaciones del jurado que este año han integrado 107 expertos. Aparecen clásicos contemporáneos —como Paul Auster, Lídia Jorge, Mircea Cărtărescu o Ignacio Martínez de Pisón—, pero destaca la incorporación de voces apenas escuchadas hasta ahora como son las de David Uclés, Sara Barquinero o Nicolás Sesma.Aunque la lista tiene algo de inesperado, porque no aparecen libros premiados ni tampoco lanzamientos megapromocionados, no ha sido una sorpresa que La llamada fuese elegido el mejor libro del año. Desde el primer día que pudo leerse, Leila Guerriero ha fascinado con la máquina de precisión literaria que es su retrato de Silvia Labayru. El nombre de la periodista argentina abre una lista en la que el peso de las escritoras latinoamericanas —Enriquez, Ojeda, Gainza— debe ser justamente subrayado.1) La llamadaLeila GuerrieroAnagramaDurante la dictadura argentina la Escuela de Mecánica de la Armada —la ESMA en Buenos Aires— fue el principal centro de detención clandestino del país. Entre 1976 y 1983 allí fueron torturadas, secuestradas y asesinadas unas 5.000 personas. Sobrevivieron menos de doscientas. Una de ellas fue Silvia Labayru, hija de una familia de militares. En 2021 Leila Guerriero (1967) vio la fotografía de esa mujer en un reportaje publicado con motivo del primer juicio por crímenes de violencia sexual cometidos en ese infierno. Habían pasado décadas sin que ella hablase con periodistas. Después Guerriero habló con ella, con respeto y obsesión, días y días y días, con ella y con decenas de personas, en calma y ante el vértigo. Porque la supervivencia, moralmente, es más compleja que la muerte: lleva la humanidad al límite.¿Qué sucedió allí? ¿Cómo logró sobrevivir? “Bajo amenaza de muerte, consentir es resistir”, puede leerse en un texto que Labayru le hizo llegar al empezar su diálogo. Cuando a finales de 1976 la detuvieron, tenía 20 años, embarazada de cinco meses, y pertenecía al revolucionario Ejército Montonero. Estaba integrada en el Servicio de Inteligencia cuyo máximo responsable en la capital era el escritor Rodolfo Walsh, autor de Operación Masacre, el hito fundacional del periodismo narrativo latinoamericano. Al leer La llamada conmociona que esta nueva obra maestra acabe por cuadrar el círculo de la mejor no ficción literaria en lengua española.Leila Guerriero ha llevado el periodismo a una nueva frontera, sobre todo por la construcción de un riquísimo discurso formal donde fluyen las voces que matizan testimoniando y en el que la tensión entre lo ocurrido entonces y lo relatado ahora se convierte en una lección memorable sobre la vida adulta que se salva por la lucidez y contra el autoengaño. No hay juicio. Hay hechos, versiones sobre hechos y la moral, es decir, experiencia meditada sobre el dilema fatal y ambiguo entre muerte y supervivencia en un presente puro y oscuro. Hay alta literatura. Sé que la lectura de La llamada, tan adicitiva, me acompañará para siempre. Por Jordi AmatCrítica de Jordi GraciaEntrevista con Leila Guerriero. Por Andrea AguilarCharla con Leila Guerriero en el “podcast” Qué estoy leyendo 2) La península de las casas vacíasDavid UclésSiruelaDavid Uclés ha cruzado un océano de 14 años hasta dar por finalizada su tercera novela. La vocación inicial fue narrar la historia de su propia estirpe, arraigada en Jándula (trasunto del pueblo de Quesada). Sin embargo, acabó contando la de todo un país durante la Guerra Civil española, el terrible hito que truncó el futuro de lo que él gusta en llamar Iberia. Su imaginación desborda los marcos mentales en los cuales se suelen constreñir las narrativas contemporáneas, porque su mirada es imprevisible. No elude mencionar ningún episodio real bajo el tamiz de lo taumatúrgico. No rehúye siquiera vengarse con diálogos inventados de figuras que le resultan deleznables. Es la suya una escritura prodigiosa y atrevida. Incluso el narrador, que es el propio autor, interviene en los acontecimientos para dialogar con sus personajes, siempre concebidos a medio camino entre lo real y lo imposible, como por ejemplo Odisto, el hombre en torno al cual gira la historia, en homenaje a su tatarabuelo.Todo el libro es un ejercicio apabullante de eso que hemos convenido en llamar realismo mágico y que, como decía Elena Garro, una de sus máximas exponentes, no es más —ni menos— que “la plasmación de la cosmogonía de los pueblos originarios”, de los habitantes de lugares como Jándula/Quesada, quienes, a principios del siglo XX, aún pasaban la vida ajenos a la contaminación de lo urbano, a la coerción de lo convencional y a la preponderancia de lo homogéneo. Basta con advertirles que la novela empieza con el parto de un niño muerto y el rito del luto tiñéndolo todo, incluso los árboles. No se me ocurre una imagen más profética con la que empezar a contar esa guerra que la de un árbol negro. Por Esther López Barceló.Crítica de Nadal SuauEntrevista con David Uclés. Por Sergio C. Fanjul3) TheodorosMircea CărtărescuTraducción de Marian Ochoa de EribeImpedimentaCon Theodoros, Mircea Cărtărescu prueba que toda futurología estética es pólvora del Rey: si Italo Calvino pronosticó que la literatura del siglo XXI sería ligera y breve, rápida y visible, la del rumano es barroca, caudalosa, lenta y rebosante de oscuridades. Con el mismo estilo de lirismo estupefaciente de su trilogía Cegador y una imaginación desbocada, la novela narra la epopeya de una ambición insaciable: la de un muchacho en la corte de Valaquia, dispuesto a remedar a su idolatrado Alejandro Magno a cualquier precio. Las vicisitudes de su ascenso lo llevan de su condición de sirviente en Rumanía a la de pirata en el mar Egeo y de ahí a la Etiopía cuya monarquía pretende. Mediante un injerto de un realismo mágico opulento en el molde de la novela histórica y de aventuras de raíz decimonónica, el escritor rumano desata en Theodoros una escritura torrencialmente barroca, sembrada de digresiones, desaforada, con la que reivindicaba la jurisdicción de la novela sin límites. Por Domingo Ródenas de Moya.4) Ropa de casaIgnacio Martínez de PisónSeix BarralPertenece a la especie de lo indescifrable el hecho de que Ignacio Martínez de Pisón no haya desarrollado la menor propensión a la vanidad ensoberbecida ni sepa qué es la envidia literaria (ni la otra), pese a figurar desde hace 40 años en la nómina fiable de la mejor literatura de la democracia. Sus libros se leyeron primero en Anagrama y después en Seix Barral, pero esta obra tan humildemente titulada Ropa de casa habla de la primera etapa, de cuando Herralde decidió publicar a un muchacho jovencísimo con un fajo de folios bajo el brazo, de cuando el joven decidió vivir en Barcelona, de cuando era imposible no ver bebido a Carlos Barral y de cuando empezó una amistad inquebrantable con Enrique Vila-Matas mientras trasegaba con un “izquierdismo algo desmayado”.Sin aspavientos ni retóricas autocompasivas, Martínez de Pisón enhebra los pasos de una autobiografía literaria con multitud de evocaciones familiares y personales que trasladan de forma muy fiel un modo de vivir el oficio de la escritura y la publicación de libros literarios. El magisterio paternalista que ejerció con él en privado Javier Marías (“Si te sirve de algo, yo creo que tienes mucho talento y que en principio no tiene por qué estropearse si no te dejas amilanar”), está entre las mejores cosas de este libro, con algunas transcripciones de cartas un punto señoriales de Marías y la confidencia de Pisón de haber padecido injustamente la “automática expulsión de su mundo”. La franqueza sin ínfulas reveladoras y la naturalidad del relato de su apacible prosperidad en el oficio se concentran en la que probablemente sea la mejor semblanza del libro: corresponde a su amigo Félix Romeo y nada en ella devalúa la gratitud que Pisón disemina en cada una de las páginas del libro. Por Jordi Gracia.Crítica de Jordi AmatCharla con Ignacio Martínez de Pisón en el “podcast” Qué estoy leyendo5) Los escorpionesSara BarquineroLumenTendrá su parte de verdad, sí, pero es innegable que decir hoy que quienes escribimos optamos por la forma corta o fragmentaria porque “no nos da la vida” o “no tenemos tiempo para otra cosa” se ha vuelto un lugar común. En Los escorpiones, Sara Barquinero prefiere la grandilocuencia y pasarse de las 800 páginas, al estilo de los posmodernos americanos que reconstruían, siguiendo los impactos de un partido de béisbol, el espíritu de un momento de la historia. Desfilan por sus partes el suicidio, la muerte y teorías de la conspiración; mezcla y agita una anhedonia muy generacional con el origen del fascismo o los primeros foros que brotaban cuando Internet era una jungla. La primera vez que lo leí fui incapaz de parar hasta el final de la segunda parte. Sara, Thomas, Margherita o Michaela, algunos de sus protagonistas, conducen a quien lee a abismos de deseo y muerte, futuros vampirizados, castigo, consumo y fantasmas. El libro ya ha logrado lo mejor que una obra puede conseguir: es un libro de gran ambición, pero sobre todo es el libro de una gran lectora, que retuerce el diálogo con sus referentes para reavivar otra conversación con el mundo. Por Elizabeth DuvalCrítica de Nadal SuauArtículo de Sergio C. FanjulCharla con Sara Barquinero en el “podcast” Qué estoy leyendo6) Ni una, ni grande, ni libreNicolás SesmaCríticaNicolás Sesma, 47 años, criado en Huesca, profesor en Grenoble (Francia), pertenece a una generación de historiadores que nació después de la muerte de Franco. De la misma forma que su maestro Robert Paxton cambió la mirada sobre la relación de Francia con el fascismo, su libro Ni una, ni grande, ni libre ha contribuido a deshacer de forma rotunda muchos tópicos sobre el franquismo: la dictadura sobrevivió durante 40 años porque no se trataba de una panda de tuercebotas trasnochados, sino que Franco supo rodearse de políticos competentes. “No eran mediocres”, apuntó sobre los gerifaltes del régimen en una entrevista con Marc Bassets. “¡Ojalá lo hubieran sido!”. El principal malentendido al que se enfrenta el libro es la idea de que España fue diferente. El famoso lema acuñado por Manuel Fraga no se corresponde en absoluto con la realidad de un país integrado en las grandes tendencias de unos tiempos en los que, desde América hasta Corea del Sur o Portugal, las dictaduras era muy habituales.Como todos los grandes libros de historia, los secundarios son tan importantes como los protagonistas, la escritura es fluida y con mucha garra y las referencias tremendamente amplias y a veces insospechadas —hay hasta un apartado dedicado al rodaje de El Cid en el capítulo en el que describe la transformación tecnocrática de la dictadura—. El ensayo acaba con la saga familiar de los Díez-Alegría, que reunía todas las tendencias de un país que buscaba un cambio definitivo y “una tierra donde poder ser libres”. Esperamos la continuación. Por Guillermo AltaresEntrevista con Nicolás Sesma. Por Marc Bassets7) BaumgartnerPaul AusterTraducción de Benito Gómez Ibáñez. Seix BarralTraducción de Ernest Riera Arbussà (catalán). Edicions 62La última obra publicada y quizás escrita por Paul Auster es una novela de amor y de duelo llena de vida, de inteligencia y de ternura. Es una de sus mejores novelas, y eso ya es mucho decir en el caso de este escritor milagroso. Los 40 años con su esposa, Siri Hustvedt, desde que eran jovencísimos estudiantes en Nueva York, con sus altibajos y con toda su intensidad contada o adivinada, reverbera inevitablemente en la mente de los lectores asiduos de Auster. Baumgartner es su último acto de protección y de cariño hacia ella y hacia el tiempo que pasaron juntos. El más bello y conmovedor, y de nuevo inteligente, que he leído en mucho tiempo. Como también es la mejor novela o ensayo de duelo que conozco.Conmueve de veras el mandato de felicidad, de búsqueda del amor y de la vida para quien se queda. Sin alharacas ni sensiblería, ni mentiras piadosas, con sobriedad y hasta con humor. “¿Tarde para qué?” le pregunta el profesor al hombre que viene a leerle el contador de la luz, al principio de su soledad. No es tarde para nada, escribe al final del viaje para alejarse de ella: “Recuerda este momento, chico, acuérdate de él durante el resto de tu vida, porque nunca te ocurrirá nada más importante que lo que te está pasando ahora mismo”. Por Isabel Burdiel.Crítica de Javier Aparicio MaydeuObituario de Paul Auster. Por Eduardo Lago8) MisericordiaLídia JorgeTraducción de María Jesús FernándezLa Umbría y la SolanaNo sé muy bien cómo decirlo, pero hay una ética literaria en la obra de Lidia Jorge que se aprecia en todo cuanto escribe: en el punto de vista, el tono, la sensibilidad o bien la finura de espíritu con que encara los temas más difíciles. En Misericordia, la escritora portuguesa asume la memoria cotidiana de su anciana madre, ingresada en una residencia por sus problemas de movilidad (y donde fallecería de covid en 2020 sin que su hija pudiera acompañarla), y nos ayuda a comprender que otra vida es posible en la vejez. Una vida donde se mantiene a raya el dolor y la tristeza, tan habituales en esta etapa, para concentrarse en la medida de lo posible en la felicidad de las pequeñas cosas que puede ofrecer el día. Basta con buscar la armonía en la disposición de los objetos más sencillos que rodean a la protagonista para decirse a sí misma que con ello está ordenando la tierra, el mar, el mundo.Mejorando la disposición de un plato, de unos cubiertos o de unas flores en la mesa donde Dona Alberti, trasunto del verdadero personaje que inspira a Lidia Jorge, comparte almuerzos y cenas con otras residentes, para pensar que está mejorando la geometría del mundo: “He aprendido que el alma que se eleva, eleva el mundo. Y sé cómo, porque amasé el pan. Se trata del principio de la levadura. La agria levadura, mezclada con la harina, la transforma y la hincha. De la misma manera una buena persona tiene el poder de atemperar la fealdad del mundo gracias a la belleza”. Y con este principio combate la gran oscuridad que avanza en su interior y también en su entorno con la pandemia. En resumen, honrando la muerte de su madre, Lidia Jorge ha liberado un espacio de vida iluminador que a todos nos concierne. Por Anna Caballé.Crítica de Tereixa ConstenlaEntrevista con Lidia Jorge. Por Tereixa Constenla9) Biografía de XCatherine LaceyTraducción de Núria Molines GalarzaAlfaguaraNi fragmentario, ni ensayo personal-político, el cuarto libro de Catherine Lacey (Tupelo, 36 años) contradice algunas de las corrientes que triunfan hoy entre autoras de su generación. Y, sin embargo, no cabe duda de que la biografía ficticia de una artista total que imagina y escribe en su novela está escrita ahora. La distopía es el telón de fondo de esta historia con un EE UU escindido entre un norte progresista que gobernó Emma Goldman, un sur en el que se estableció un régimen teocrático y totalitario, y un oeste libertario. El país está en plena reunificación cuando se escribe la biografía, pero todo es inestable e incierto. Hay giros y guiños, humor, dolor y una fina inteligencia en la reconstrucción de la vida de X que acomete su viuda, C. M. Lucca, una periodista que lleva años abducida por la historia de amor con su magnética y misteriosa esposa.El desconcertante duelo tras su muerte la empuja a tratar de descubrir quién era X, y cómo fue que trabajó en Berlín con Bowie, en Nueva York con Connie Converse o en Italia con la feminista Carla Longhi. El artista Larry Rivers encabeza un grupo de hombres que protestan en la puerta de los museos contra las tareas administrativas que se ven forzados a realizar, puesto que el sistema favorece que solo las mujeres produzcan obras. Capa a capa, Lacey construye un fascinante juego de espejos tan bien armado que la intriga sobre qué ocurrió y qué está inventando acompaña al lector hasta la última página. Y con su cuerpo de notas finales vuelve a sacudir el tablero. Por Andrea AguilarCrítica de Laura FernándezArtículo de Andrea Aguilar10) JamesPercival EverettTraducción de Javier CalvoDe ConatusSi Las aventuras de Huckleberry Finn es una obra maestra y un pilar de la cultura estadounidense, James, la versión de Percival Everett, “también podría serlo”, sentencia la crítica de The New York Times. No es poco halago, incluso para un autor reconocido como Everett. La reescritura del relato de Twain, situado en los Estados Unidos prebélicos y protagonizado por Jim, el esclavo fugado que acompaña a Huck, aúna ingredientes de grandes clásicos. Es un relato de aventuras trepidante, contado en episodios breves, con grandes dosis de humor y sarcasmo y, al mismo tiempo, una narración de la huida física y existencial del enemigo blanco hacia la libertad.A través del ejercicio del lenguaje, el pensamiento y la literatura y, casi por defecto, la violencia, James —como decide llamarse Jim— deviene libre. Hablar esclavo, esto es, de manera poco refinada y apenas inteligible, es una cuestión de supervivencia, le explica a su hija al inicio de la novela. Sabe que los blancos temen más a un esclavo que sepa hablar y leer que uno violento. Unos pocos libros, unas hojas de papel y un lápiz robados constituyen sus bienes más preciados, único refugio en su huida de los blancos, siempre al acecho, sin importar las razones. Entre los libros están obras de Locke, Voltaire y Montesquieu, a quienes James interpela en diálogos imaginarios sobre su hipócrita defensa de los derechos humanos y la esclavitud. Hacia el final, en su búsqueda desesperada de su mujer y su hija, se dirige al juez Thatcher en el inglés correcto que siempre usó con sus compañeros esclavos. Ya no repara en las consecuencias de sus acciones desde el temor, sino con la impasibilidad de un hombre libre que sabe que la batalla no ha hecho más que empezar. Por Olivia Muñoz-Rojas.Crítica de José Ovejero11) Un lugar soleado para gente sombríaMariana EnriquezAnagramaLa degradación del cuerpo, y la imposibilidad de escapar del contexto y de uno mismo son temas que atraviesan el retorno de Mariana Enriquez al relato breve. Como siempre, juega con distintos códigos para hacer emerger la oscuridad a la que giramos la cara a base de eslóganes sofisticados y artículos de opinión.Crítica de Carlota RubioEntrevista con Mariana Enriquez. Por Andrea AguilarCharla con Mariana Enriquez en el “podcast” Qué estoy leyendo12) Chamanes eléctricos en la fiesta del solMónica OjedaRandom HouseNo hay manera de resumir la trama de esta novela. Unos jóvenes celebran una fiesta atávica junto a un volcán en la geografía andina. Escuchan música experimental, empiezan un viaje lisérgico. Se diluye su individualidad para convertirse en coro trágico. Cuentan la historia de Noa, una niña abandonada que encontrará a su padre y lo abandonará. Mónica Ojeda uso materiales que son habituales en cierta ficción distópica actual: lo ancestral y lo corporal, lo monstruoso y lo sublime. Pero la escritora de Ecuador huye del tópico y el panfleto y logra que Noa supere sus orígenes inmediatos para conectar con la esencia del chamanismo.Crítica de Carlos PardoEntrevista con Mónica Ojeda. Por Ana Fernández Abad13) La última fraseCamila CañequeLa Uña RotaLa ineficacia, lo improductivo, lo inacabado. Eran los territorios que exploraba Camila Cañeque. Un mes después de su fallecimiento, se publicó La última frase: un ensayo sobre 452 frases con las que terminan 452 libros. Uno de los lectores fascinados por este experimento fue Enrique Vila-Matas, que lo describió como “un elegante, hipnótico artefacto literario, vivamente atraído por el desenlace de las cosas: una maravillosa biblioteca de frases últimas”. También Nadal Suau conectó con su propuesta: “He aquí un canto a la tragedia del desencuentro entre el tiempo infinito y nuestra condición finita, con la literatura como mediadora destinada a un fracaso tan predecible como fascinante”.Crítica de Nadal SuauArtículo de Sergo C. FanjulCrítica de la exposición póstuma de Camila Cañeque. Por Ángela Molina14) PresentesPaco CerdàAlfaguaraEn el centro del proyecto cívico y literario de Paco Cerdà están los peones: gentes anónimas que desaparecen de la historia en minúscula porque la Historia en mayúscula los fagocita. En sus libros están los protagonistas principales, los secundarios y los que no están. En Presentes —probablemente su obra formalmente más arriesgada— la tensión se produce entre el via crucis fascista que llevó los restos de José Antonio Primo de Rivera de Alicante a El Escorial y las víctimas conocidas o desconocidas del primer franquismo. Borrados que ahora están presentes.Reportaje de Ferran Bono15) Un puñado de flechasMaría GainzaAnagramaEn este nuevo libro híbrido de la argentina María Gainza confluyen los dos vectores de su creación literaria: la escritura y la crítica de arte. Los distintos capítulos tienen extensiones diversas y no hay una única etiqueta que sirva para descibrirlo: hay crónica, ensayo, relato. A través de esa pluralidad, Gainza crea el puente entre arte y escritura y la clave de Un puñado de flechas, como señaló Laura Ferrero, es la textura de su mirada: “lo milagroso es el ingenio, el socarrón descreimiento, la infinita curiosidad, ese inagotable asombro, siempre acompañado de humor o de esas contradicciones tan honestamente manifiestas”. Así nos permite mirar donde, sin ella, no veríamos.Crítica de Laura FerreroTribuna de Joaquín Castillo Vial16) Madre de corazón atómicoAgustín Fernández MalloSeix BarralPodría parecer un libro sobre Pink Floyd, pero no. Podría parecer un libro sobre una madre, y no exactamente. En la portada parece que sea una vaca, pero no lo acaba de ser. Digamos que Agustín Ferández Mallo centra esta “historia verdadera” en su padre fallecido, pero tampoco cabría leerlo como la historia de aquel veterinario que hizo un viaje a los Estados Unidos para traer en avión una veintena de vacas. Esta casi todo eso, pero sobre todo la relación íntima con todos esos hilos para tramar una magnífica indagación sobre cómo constituimos nuestra identidad a través de una memoria que opera con recuerdos y también con las ficciones que necesitamos para contarnos.Crítica de Berna González Harbour17) Golpe de graciaDennis LehaneTraducción de Aurora Echevarría PérezSalamandraLa crítica de este libro que escribió Carlos Zanón ya era una invitación a devorarlo. “A ratos parece una tableta crujiente de chocolate, a ratos una descarada muestra de la superior solvencia y talento narrativo de su autor”. La acción se desarrolla en Boston a mediados de los setenta. El contexto son los disturbios raciales tras la medida de un juez contra la segregación racial. “Sobre ese escenario Lehane explica de forma soberbia en qué consiste el racismo, el clasismo, la ira y la rabia, mediante la mejor forma posible: la ficción”. No habla del presente norteamericano, pero, ciertamente, ayuda a entender el lado oscuro de un país automitificado para que no lográsemos contemplarlo en toda su complejidad.Crítica de Carlos ZanónEntrevista con Dennis Lehane. Por Luis Pablo Beauregard18) Primavera revolucionariaChristopher ClarkTraducción de Eva Rodríguez HalffterGalaxia Gutenberg¿Sentirse dentro de un proceso revolucionario? Es una de las sensaciones que puede experimentarse leyendo el ambicioso Primavera revolucionaria de Christopher Clark. El autor del clásico Sonámbulos propone otro ejercicio que rompe con las historias nacionales y conecta en clave transatlántica el clima social y los estallidos cívicos que desembocaron en procesos revolucionarios. No había una planificación conjunta, sino un nervioso cuestionamiento del antiguo régimen. Un “desorden interconectado”. Hubo revoluciones y contrarrevoluciones, claro, incertidumbre y sensación de fracaso, pero después de esa “primavera de los pueblos” muchos caminos del pasado dejaron de ser transitados.Crítica de Javier Moreno Luzón19) Triste tigreNeige SinnoTraducción de la autora. Disponible en catalán con traducción de Marta MarfanyAnagramaLa valentía de testimoniar el abuso es una forma de compromiso cívico: el relato de la violación es un acto de disrupción en la normalidad para tomar conciencia de la violencia sistemática contra niñas y mujeres. En Triste tigre la autora rememora diversas escenas de su pasado infantil y adolescente sufriendo las agresiones de su padrastro, pero el valor literario del libro es su capacidad moral para trascender el testimonio. Niege Sinno reflexiona sobre identidad tras el abuso, la convivencia con ese recuerdo, las estrategias de supervivencia y, a partir de ese conocimiento autobiográfico, explora cómo la violación ha sido integrada como una forma de malestar de la cultura.Entrevista con Neige Sinno. Por Álex Vicente20) Un corazón furtivo. Vida de Josep PlaXavier PlaTraducción de Ana Ciurans Ferrándiz, Olga García Arrabal y Francesc Ribes. También disponible el original en catalánDestinoJosep Pla —figura nuclear de la literatura catalana de todos los tiempos, prosista clave del siglo XX español— sabía que un ángulo muerto de su obra era la intimidad. La intimidad es un tema para un moralista y él lo era. Pero la mixtificaba, la omitía, la disimulaba y la silenciaba. El principal valor de esta monumental biografía es haberla desvelado. El profesor Xavier Pla, que se ha pasado la vida estudiando al Montaigne del Empordà, ha tenido acceso a toneladas de documentación inédita y así ha modificado para siempre la percepción sobre un hombre que fascinó y que siempre se refugió de su sentimentalidad desbocada escribiendo, escribiendo, escribiendo.Crítica de Jordi GraciaArtículo de Jordi Amat en Tinta Libre21) En El PensamientoCésar AiraRandom HouseCrítica de Domingo Ródenas de Moya22) DoppelgangerNaomi KleinTraducción de Ana Pedrero Verge e Ignacio Villaro GumpertPaidósCrítica de Marta PeiranoEntrevista con Naomi Klein. Por Iker Seisdedos23) El niñoFernando AramburuTusquetsCrítica de Domingo Ródenas de Moya24) España diversaEduardo Manzano MorenoCríticaEntrevista con Eduardo Manzano Moreno. Por Ángeles Caballero25) TarántulaEduardo HalfonLibros del AsteroideCrítica de Domingo Ródenas de Moya26) El celoSabina UrracaAlfaguaraCrítica de Nadal Suau27) El tiempo de los liriosVicente ValeroPeriféricaCrítica de Nadal Suau28) El estilo de los elementosRodrigo FresánRandom HouseCrítica de Carlos Pardo29) El abrazoAnne MichaelsTraducción de María Eva Cruz GarcíaAlfaguaraEntrevista con Anne Michaels. Por Andrea Aguilar30) Los guaposEsther García LlovetAnagramaCrítica de J. Ernesto Ayala-Dip31) Autocracia S. A.Anne ApplebaumTraducción de Rosa Pérez PérezDebateEntrevista con Anne Applebaum. Por Berna González Harbour32) El jardín contra el tiempoOlivia LaingTraducción de Lucía BarahonaCapitan SwingEntrevista con Olivia Laing. Por Rafa de Miguel33) La alquimia del tiempoJohn BanvilleTraducción de Miguel Temprano GarcíaAlfaguaraCrítica de Leonardo Padura34) Sé míaRichard FordTraducción de Damià AlouAnagramaCrítica de Laura Fernández35) Antes que nadaMartín CaparrósRandom HouseReportaje de Paco Cerdà36) La distancia que nos separaMaggie O’FarrellTraducción de Concha Cardeñoso. Libros del AsteroideTraducción de Alexandre Gombau (catalán). L’Altra EditorialCrítica de Berna González Harbour37) Perder el juicioAriana HarwiczAnagramaCrítica de Marta Peirano38) Despacio el mundoRamón AndrésAcantilado39) Clara y confusaCynthia RimskyAnagrama40) AtuspariaGabriela WienerRandom HouseCrítica de Carlota Rubio41) AlcaraveaIrene Reyes-NoguerolPáginas de EspumaCrítica de Luna Miguel42) El tiempo perdidoClara RamasArpaCrítica de Manuel CruzEntrevista con Clara Ramas. Por Sergio C. Fanjul43) LuciérnagaNatalia LitvinovaLumenReportaje de Andrea AguilarEntrevista con Natalia Litvinova. Por Margaryta Yakovenko44) El volumen del tiempo ISolvej BalleTraduccion al castellano de Victoria Alonso. Traducción al catalán de María RosichAnagramaEntrevista con Solvej Balle. Por Andrea Aguilar45) Mil ojos esconde la nocheJuan Manuel de PradaEspasaCrítica de Nadal Suau46) No hemos venido a divertirnosNina LykkeTraducción de Ana Flecha MarcoGatopardoCrítica de Daniel Gascón47) IntermezzoSally RooneyTraducción de Traducción de Inga Pellisa Díaz. Random HouseTraducción de Ferran Ràfols Gesa (catalán). PeriscopiCrítica de Nadal SuauEnlace del libro en la editorial Periscopi48) Los alemanesSergio del MolinoAlfaguaraCrítica de Jordi Gracia49) Los íntimos (Memoria del pan y las rosas)Marta SanzAnagramaReportaje de Laura Fernández50) Quiero y no puedoRaquel PeláezBlackie BooksCrítica de Jordi GraciaPrepublicación del libro en IconEn la primera versión de esta lista se incluía ‘Las niñas del naranjel’, de Gabriela Cabezón Cámara. La novela se publicó en noviembre de 2023 y, por tanto, no deberíamos haber contabilizado los votos que recibió. La lista corre y se incluye en el puesto 50º el libro que había quedado en la posición 51ª.* Nuestros periodistas recomiendan de forma rigurosa e independiente productos y servicios que puedes adquirir en Internet. Cada vez que compras a través de algunos enlaces añadidos al texto, EL PAÍS recibe una comisión. Lee aquí nuestra política comercial. Seguir leyendo
La lista deseada se parece bastante a la que ha salido de las votaciones del jurado que este año han integrado 107 expertos. Aparecen clásicos contemporáneos —como Paul Auster, Lídia Jorge, Mircea Cărtărescu o Ignacio Martínez de Pisón—, pero destaca la incorporación de voces apenas escuchadas hasta ahora como son las de David Uclés, Sara Barquinero o Nicolás Sesma.. Más información. Aunque la lista tiene algo de inesperado, porque no aparecen libros premiados ni tampoco lanzamientos megapromocionados, no ha sido una sorpresa que La llamada fuese elegido el mejor libro del año. Desde el primer día que pudo leerse, Leila Guerriero ha fascinado con la máquina de precisión literaria que es su retrato de Silvia Labayru. El nombre de la periodista argentina abre una lista en la que el peso de las escritoras latinoamericanas —Enriquez, Ojeda, Gainza— debe ser justamente subrayado.. 1) La llamada. Leila Guerriero. Anagrama. Durante la dictadura argentina la Escuela de Mecánica de la Armada —la ESMA en Buenos Aires— fue el principal centro de detención clandestino del país. Entre 1976 y 1983 allí fueron torturadas, secuestradas y asesinadas unas 5.000 personas. Sobrevivieron menos de doscientas. Una de ellas fue Silvia Labayru, hija de una familia de militares. En 2021 Leila Guerriero (1967) vio la fotografía de esa mujer en un reportaje publicado con motivo del primer juicio por crímenes de violencia sexual cometidos en ese infierno. Habían pasado décadas sin que ella hablase con periodistas. Después Guerriero habló con ella, con respeto y obsesión, días y días y días, con ella y con decenas de personas, en calma y ante el vértigo. Porque la supervivencia, moralmente, es más compleja que la muerte: lleva la humanidad al límite.. ¿Qué sucedió allí? ¿Cómo logró sobrevivir? “Bajo amenaza de muerte, consentir es resistir”, puede leerse en un texto que Labayru le hizo llegar al empezar su diálogo. Cuando a finales de 1976 la detuvieron, tenía 20 años, embarazada de cinco meses, y pertenecía al revolucionario Ejército Montonero. Estaba integrada en el Servicio de Inteligencia cuyo máximo responsable en la capital era el escritor Rodolfo Walsh, autor de Operación Masacre, el hito fundacional del periodismo narrativo latinoamericano. Al leer La llamada conmociona que esta nueva obra maestra acabe por cuadrar el círculo de la mejor no ficción literaria en lengua española.. Leila Guerriero ha llevado el periodismo a una nueva frontera, sobre todo por la construcción de un riquísimo discurso formal donde fluyen las voces que matizan testimoniando y en el que la tensión entre lo ocurrido entonces y lo relatado ahora se convierte en una lección memorable sobre la vida adulta que se salva por la lucidez y contra el autoengaño. No hay juicio. Hay hechos, versiones sobre hechos y la moral, es decir, experiencia meditada sobre el dilema fatal y ambiguo entre muerte y supervivencia en un presente puro y oscuro. Hay alta literatura. Sé que la lectura de La llamada, tan adicitiva, me acompañará para siempre. Por Jordi Amat. Crítica de Jordi Gracia. Entrevista con Leila Guerriero. Por Andrea Aguilar. Charla con Leila Guerriero en el “podcast” Qué estoy leyendo. Búsquelo en su librería. 2) La península de las casas vacías. David Uclés. Siruela. David Uclés ha cruzado un océano de 14 años hasta dar por finalizada su tercera novela. La vocación inicial fue narrar la historia de su propia estirpe, arraigada en Jándula (trasunto del pueblo de Quesada). Sin embargo, acabó contando la de todo un país durante la Guerra Civil española, el terrible hito que truncó el futuro de lo que él gusta en llamar Iberia. Su imaginación desborda los marcos mentales en los cuales se suelen constreñir las narrativas contemporáneas, porque su mirada es imprevisible. No elude mencionar ningún episodio real bajo el tamiz de lo taumatúrgico. No rehúye siquiera vengarse con diálogos inventados de figuras que le resultan deleznables. Es la suya una escritura prodigiosa y atrevida. Incluso el narrador, que es el propio autor, interviene en los acontecimientos para dialogar con sus personajes, siempre concebidos a medio camino entre lo real y lo imposible, como por ejemplo Odisto, el hombre en torno al cual gira la historia, en homenaje a su tatarabuelo.. Todo el libro es un ejercicio apabullante de eso que hemos convenido en llamar realismo mágico y que, como decía Elena Garro, una de sus máximas exponentes, no es más —ni menos— que “la plasmación de la cosmogonía de los pueblos originarios”, de los habitantes de lugares como Jándula/Quesada, quienes, a principios del siglo XX, aún pasaban la vida ajenos a la contaminación de lo urbano, a la coerción de lo convencional y a la preponderancia de lo homogéneo. Basta con advertirles que la novela empieza con el parto de un niño muerto y el rito del luto tiñéndolo todo, incluso los árboles. No se me ocurre una imagen más profética con la que empezar a contar esa guerra que la de un árbol negro. Por Esther López Barceló.. Crítica de Nadal Suau. Entrevista con David Uclés. Por Sergio C. Fanjul. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 3) Theodoros. Mircea Cărtărescu. Traducción de Marian Ochoa de Eribe. Impedimenta. CARTARESCU. Con Theodoros, Mircea Cărtărescu prueba que toda futurología estética es pólvora del Rey: si Italo Calvino pronosticó que la literatura del siglo XXI sería ligera y breve, rápida y visible, la del rumano es barroca, caudalosa, lenta y rebosante de oscuridades. Con el mismo estilo de lirismo estupefaciente de su trilogía Cegador y una imaginación desbocada, la novela narra la epopeya de una ambición insaciable: la de un muchacho en la corte de Valaquia, dispuesto a remedar a su idolatrado Alejandro Magno a cualquier precio. Las vicisitudes de su ascenso lo llevan de su condición de sirviente en Rumanía a la de pirata en el mar Egeo y de ahí a la Etiopía cuya monarquía pretende. Mediante un injerto de un realismo mágico opulento en el molde de la novela histórica y de aventuras de raíz decimonónica, el escritor rumano desata en Theodoros una escritura torrencialmente barroca, sembrada de digresiones, desaforada, con la que reivindicaba la jurisdicción de la novela sin límites. Por Domingo Ródenas de Moya.. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 4) Ropa de casa. Ignacio Martínez de Pisón. Seix Barral. Pertenece a la especie de lo indescifrable el hecho de que Ignacio Martínez de Pisón no haya desarrollado la menor propensión a la vanidad ensoberbecida ni sepa qué es la envidia literaria (ni la otra), pese a figurar desde hace 40 años en la nómina fiable de la mejor literatura de la democracia. Sus libros se leyeron primero en Anagrama y después en Seix Barral, pero esta obra tan humildemente titulada Ropa de casa habla de la primera etapa, de cuando Herralde decidió publicar a un muchacho jovencísimo con un fajo de folios bajo el brazo, de cuando el joven decidió vivir en Barcelona, de cuando era imposible no ver bebido a Carlos Barral y de cuando empezó una amistad inquebrantable con Enrique Vila-Matas mientras trasegaba con un “izquierdismo algo desmayado”.. Sin aspavientos ni retóricas autocompasivas, Martínez de Pisón enhebra los pasos de una autobiografía literaria con multitud de evocaciones familiares y personales que trasladan de forma muy fiel un modo de vivir el oficio de la escritura y la publicación de libros literarios. El magisterio paternalista que ejerció con él en privado Javier Marías (“Si te sirve de algo, yo creo que tienes mucho talento y que en principio no tiene por qué estropearse si no te dejas amilanar”), está entre las mejores cosas de este libro, con algunas transcripciones de cartas un punto señoriales de Marías y la confidencia de Pisón de haber padecido injustamente la “automática expulsión de su mundo”. La franqueza sin ínfulas reveladoras y la naturalidad del relato de su apacible prosperidad en el oficio se concentran en la que probablemente sea la mejor semblanza del libro: corresponde a su amigo Félix Romeo y nada en ella devalúa la gratitud que Pisón disemina en cada una de las páginas del libro. Por Jordi Gracia.. Crítica de Jordi Amat. Charla con Ignacio Martínez de Pisón en el “podcast” Qué estoy leyendo. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 5) Los escorpiones. Sara Barquinero. Lumen. Tendrá su parte de verdad, sí, pero es innegable que decir hoy que quienes escribimos optamos por la forma corta o fragmentaria porque “no nos da la vida” o “no tenemos tiempo para otra cosa” se ha vuelto un lugar común. En Los escorpiones, Sara Barquinero prefiere la grandilocuencia y pasarse de las 800 páginas, al estilo de los posmodernos americanos que reconstruían, siguiendo los impactos de un partido de béisbol, el espíritu de un momento de la historia. Desfilan por sus partes el suicidio, la muerte y teorías de la conspiración; mezcla y agita una anhedonia muy generacional con el origen del fascismo o los primeros foros que brotaban cuando Internet era una jungla. La primera vez que lo leí fui incapaz de parar hasta el final de la segunda parte. Sara, Thomas, Margherita o Michaela, algunos de sus protagonistas, conducen a quien lee a abismos de deseo y muerte, futuros vampirizados, castigo, consumo y fantasmas. El libro ya ha logrado lo mejor que una obra puede conseguir: es un libro de gran ambición, pero sobre todo es el libro de una gran lectora, que retuerce el diálogo con sus referentes para reavivar otra conversación con el mundo. Por Elizabeth Duval. Crítica de Nadal Suau. Artículo de Sergio C. Fanjul. Charla con Sara Barquinero en el “podcast” Qué estoy leyendo. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 6) Ni una, ni grande, ni libre. Nicolás Sesma. Crítica. Nicolás Sesma, 47 años, criado en Huesca, profesor en Grenoble (Francia), pertenece a una generación de historiadores que nació después de la muerte de Franco. De la misma forma que su maestro Robert Paxton cambió la mirada sobre la relación de Francia con el fascismo, su libro Ni una, ni grande, ni libre ha contribuido a deshacer de forma rotunda muchos tópicos sobre el franquismo: la dictadura sobrevivió durante 40 años porque no se trataba de una panda de tuercebotas trasnochados, sino que Franco supo rodearse de políticos competentes. “No eran mediocres”, apuntó sobre los gerifaltes del régimen en una entrevista con Marc Bassets. “¡Ojalá lo hubieran sido!”. El principal malentendido al que se enfrenta el libro es la idea de que España fue diferente. El famoso lema acuñado por Manuel Fraga no se corresponde en absoluto con la realidad de un país integrado en las grandes tendencias de unos tiempos en los que, desde América hasta Corea del Sur o Portugal, las dictaduras era muy habituales.. Como todos los grandes libros de historia, los secundarios son tan importantes como los protagonistas, la escritura es fluida y con mucha garra y las referencias tremendamente amplias y a veces insospechadas —hay hasta un apartado dedicado al rodaje de El Cid en el capítulo en el que describe la transformación tecnocrática de la dictadura—. El ensayo acaba con la saga familiar de los Díez-Alegría, que reunía todas las tendencias de un país que buscaba un cambio definitivo y “una tierra donde poder ser libres”. Esperamos la continuación. Por Guillermo Altares. Entrevista con Nicolás Sesma. Por Marc Bassets. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 7) Baumgartner. Paul Auster. Traducción de Benito Gómez Ibáñez. Seix Barral. Traducción de Ernest Riera Arbussà (catalán). Edicions 62. La última obra publicada y quizás escrita por Paul Auster es una novela de amor y de duelo llena de vida, de inteligencia y de ternura. Es una de sus mejores novelas, y eso ya es mucho decir en el caso de este escritor milagroso. Los 40 años con su esposa, Siri Hustvedt, desde que eran jovencísimos estudiantes en Nueva York, con sus altibajos y con toda su intensidad contada o adivinada, reverbera inevitablemente en la mente de los lectores asiduos de Auster. Baumgartner es su último acto de protección y de cariño hacia ella y hacia el tiempo que pasaron juntos. El más bello y conmovedor, y de nuevo inteligente, que he leído en mucho tiempo. Como también es la mejor novela o ensayo de duelo que conozco.. Conmueve de veras el mandato de felicidad, de búsqueda del amor y de la vida para quien se queda. Sin alharacas ni sensiblería, ni mentiras piadosas, con sobriedad y hasta con humor. “¿Tarde para qué?” le pregunta el profesor al hombre que viene a leerle el contador de la luz, al principio de su soledad. No es tarde para nada, escribe al final del viaje para alejarse de ella: “Recuerda este momento, chico, acuérdate de él durante el resto de tu vida, porque nunca te ocurrirá nada más importante que lo que te está pasando ahora mismo”. Por Isabel Burdiel.. Crítica de Javier Aparicio Maydeu. Obituario de Paul Auster. Por Eduardo Lago. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 8) Misericordia. Lídia Jorge. Traducción de María Jesús Fernández. La Umbría y la Solana. No sé muy bien cómo decirlo, pero hay una ética literaria en la obra de Lidia Jorge que se aprecia en todo cuanto escribe: en el punto de vista, el tono, la sensibilidad o bien la finura de espíritu con que encara los temas más difíciles. En Misericordia, la escritora portuguesa asume la memoria cotidiana de su anciana madre, ingresada en una residencia por sus problemas de movilidad (y donde fallecería de covid en 2020 sin que su hija pudiera acompañarla), y nos ayuda a comprender que otra vida es posible en la vejez. Una vida donde se mantiene a raya el dolor y la tristeza, tan habituales en esta etapa, para concentrarse en la medida de lo posible en la felicidad de las pequeñas cosas que puede ofrecer el día. Basta con buscar la armonía en la disposición de los objetos más sencillos que rodean a la protagonista para decirse a sí misma que con ello está ordenando la tierra, el mar, el mundo.. Mejorando la disposición de un plato, de unos cubiertos o de unas flores en la mesa donde Dona Alberti, trasunto del verdadero personaje que inspira a Lidia Jorge, comparte almuerzos y cenas con otras residentes, para pensar que está mejorando la geometría del mundo: “He aprendido que el alma que se eleva, eleva el mundo. Y sé cómo, porque amasé el pan. Se trata del principio de la levadura. La agria levadura, mezclada con la harina, la transforma y la hincha. De la misma manera una buena persona tiene el poder de atemperar la fealdad del mundo gracias a la belleza”. Y con este principio combate la gran oscuridad que avanza en su interior y también en su entorno con la pandemia. En resumen, honrando la muerte de su madre, Lidia Jorge ha liberado un espacio de vida iluminador que a todos nos concierne. Por Anna Caballé.. Crítica de Tereixa Constenla. Entrevista con Lidia Jorge. Por Tereixa Constenla. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 9) Biografía de X. Catherine Lacey. Traducción de Núria Molines Galarza. Alfaguara. Ni fragmentario, ni ensayo personal-político, el cuarto libro de Catherine Lacey (Tupelo, 36 años) contradice algunas de las corrientes que triunfan hoy entre autoras de su generación. Y, sin embargo, no cabe duda de que la biografía ficticia de una artista total que imagina y escribe en su novela está escrita ahora. La distopía es el telón de fondo de esta historia con un EE UU escindido entre un norte progresista que gobernó Emma Goldman, un sur en el que se estableció un régimen teocrático y totalitario, y un oeste libertario. El país está en plena reunificación cuando se escribe la biografía, pero todo es inestable e incierto. Hay giros y guiños, humor, dolor y una fina inteligencia en la reconstrucción de la vida de X que acomete su viuda, C. M. Lucca, una periodista que lleva años abducida por la historia de amor con su magnética y misteriosa esposa.. El desconcertante duelo tras su muerte la empuja a tratar de descubrir quién era X, y cómo fue que trabajó en Berlín con Bowie, en Nueva York con Connie Converse o en Italia con la feminista Carla Longhi. El artista Larry Rivers encabeza un grupo de hombres que protestan en la puerta de los museos contra las tareas administrativas que se ven forzados a realizar, puesto que el sistema favorece que solo las mujeres produzcan obras. Capa a capa, Lacey construye un fascinante juego de espejos tan bien armado que la intriga sobre qué ocurrió y qué está inventando acompaña al lector hasta la última página. Y con su cuerpo de notas finales vuelve a sacudir el tablero. Por Andrea Aguilar. Crítica de Laura Fernández. Artículo de Andrea Aguilar. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 10) James. Percival Everett. Traducción de Javier Calvo. De Conatus. Si Las aventuras de Huckleberry Finn es una obra maestra y un pilar de la cultura estadounidense, James, la versión de Percival Everett, “también podría serlo”, sentencia la crítica de The New York Times. No es poco halago, incluso para un autor reconocido como Everett. La reescritura del relato de Twain, situado en los Estados Unidos prebélicos y protagonizado por Jim, el esclavo fugado que acompaña a Huck, aúna ingredientes de grandes clásicos. Es un relato de aventuras trepidante, contado en episodios breves, con grandes dosis de humor y sarcasmo y, al mismo tiempo, una narración de la huida física y existencial del enemigo blanco hacia la libertad.. A través del ejercicio del lenguaje, el pensamiento y la literatura y, casi por defecto, la violencia, James —como decide llamarse Jim— deviene libre. Hablar esclavo, esto es, de manera poco refinada y apenas inteligible, es una cuestión de supervivencia, le explica a su hija al inicio de la novela. Sabe que los blancos temen más a un esclavo que sepa hablar y leer que uno violento. Unos pocos libros, unas hojas de papel y un lápiz robados constituyen sus bienes más preciados, único refugio en su huida de los blancos, siempre al acecho, sin importar las razones. Entre los libros están obras de Locke, Voltaire y Montesquieu, a quienes James interpela en diálogos imaginarios sobre su hipócrita defensa de los derechos humanos y la esclavitud. Hacia el final, en su búsqueda desesperada de su mujer y su hija, se dirige al juez Thatcher en el inglés correcto que siempre usó con sus compañeros esclavos. Ya no repara en las consecuencias de sus acciones desde el temor, sino con la impasibilidad de un hombre libre que sabe que la batalla no ha hecho más que empezar. Por Olivia Muñoz-Rojas.. Crítica de José Ovejero. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 11) Un lugar soleado para gente sombría. Mariana Enriquez. Anagrama. La degradación del cuerpo, y la imposibilidad de escapar del contexto y de uno mismo son temas que atraviesan el retorno de Mariana Enriquez al relato breve. Como siempre, juega con distintos códigos para hacer emerger la oscuridad a la que giramos la cara a base de eslóganes sofisticados y artículos de opinión.. Crítica de Carlota Rubio. Entrevista con Mariana Enriquez. Por Andrea Aguilar. Charla con Mariana Enriquez en el “podcast” Qué estoy leyendo. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 12) Chamanes eléctricos en la fiesta del sol. Mónica Ojeda. Random House. No hay manera de resumir la trama de esta novela. Unos jóvenes celebran una fiesta atávica junto a un volcán en la geografía andina. Escuchan música experimental, empiezan un viaje lisérgico. Se diluye su individualidad para convertirse en coro trágico. Cuentan la historia de Noa, una niña abandonada que encontrará a su padre y lo abandonará. Mónica Ojeda uso materiales que son habituales en cierta ficción distópica actual: lo ancestral y lo corporal, lo monstruoso y lo sublime. Pero la escritora de Ecuador huye del tópico y el panfleto y logra que Noa supere sus orígenes inmediatos para conectar con la esencia del chamanismo.. Crítica de Carlos Pardo. Entrevista con Mónica Ojeda. Por Ana Fernández Abad. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 13) La última frase. Camila Cañeque. La Uña Rota. La ineficacia, lo improductivo, lo inacabado. Eran los territorios que exploraba Camila Cañeque. Un mes después de su fallecimiento, se publicó La última frase: un ensayo sobre 452 frases con las que terminan 452 libros. Uno de los lectores fascinados por este experimento fue Enrique Vila-Matas, que lo describió como “un elegante, hipnótico artefacto literario, vivamente atraído por el desenlace de las cosas: una maravillosa biblioteca de frases últimas”. También Nadal Suau conectó con su propuesta: “He aquí un canto a la tragedia del desencuentro entre el tiempo infinito y nuestra condición finita, con la literatura como mediadora destinada a un fracaso tan predecible como fascinante”.. Crítica de Nadal Suau. Artículo de Sergo C. Fanjul. Crítica de la exposición póstuma de Camila Cañeque. Por Ángela Molina. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 14) Presentes. Paco Cerdà. Alfaguara. En el centro del proyecto cívico y literario de Paco Cerdà están los peones: gentes anónimas que desaparecen de la historia en minúscula porque la Historia en mayúscula los fagocita. En sus libros están los protagonistas principales, los secundarios y los que no están. En Presentes —probablemente su obra formalmente más arriesgada— la tensión se produce entre el via crucis fascista que llevó los restos de José Antonio Primo de Rivera de Alicante a El Escorial y las víctimas conocidas o desconocidas del primer franquismo. Borrados que ahora están presentes.. Reportaje de Ferran Bono. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 15) Un puñado de flechas. María Gainza. Anagrama. En este nuevo libro híbrido de la argentina María Gainza confluyen los dos vectores de su creación literaria: la escritura y la crítica de arte. Los distintos capítulos tienen extensiones diversas y no hay una única etiqueta que sirva para descibrirlo: hay crónica, ensayo, relato. A través de esa pluralidad, Gainza crea el puente entre arte y escritura y la clave de Un puñado de flechas, como señaló Laura Ferrero, es la textura de su mirada: “lo milagroso es el ingenio, el socarrón descreimiento, la infinita curiosidad, ese inagotable asombro, siempre acompañado de humor o de esas contradicciones tan honestamente manifiestas”. Así nos permite mirar donde, sin ella, no veríamos.. Crítica de Laura Ferrero. Tribuna de Joaquín Castillo Vial. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 16) Madre de corazón atómico. Agustín Fernández Mallo. Seix Barral. Podría parecer un libro sobre Pink Floyd, pero no. Podría parecer un libro sobre una madre, y no exactamente. En la portada parece que sea una vaca, pero no lo acaba de ser. Digamos que Agustín Ferández Mallo centra esta “historia verdadera” en su padre fallecido, pero tampoco cabría leerlo como la historia de aquel veterinario que hizo un viaje a los Estados Unidos para traer en avión una veintena de vacas. Esta casi todo eso, pero sobre todo la relación íntima con todos esos hilos para tramar una magnífica indagación sobre cómo constituimos nuestra identidad a través de una memoria que opera con recuerdos y también con las ficciones que necesitamos para contarnos.. Crítica de Berna González Harbour. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 17) Golpe de gracia. Dennis Lehane. Traducción de Aurora Echevarría Pérez. Salamandra. La crítica de este libro que escribió Carlos Zanón ya era una invitación a devorarlo. “A ratos parece una tableta crujiente de chocolate, a ratos una descarada muestra de la superior solvencia y talento narrativo de su autor”. La acción se desarrolla en Boston a mediados de los setenta. El contexto son los disturbios raciales tras la medida de un juez contra la segregación racial. “Sobre ese escenario Lehane explica de forma soberbia en qué consiste el racismo, el clasismo, la ira y la rabia, mediante la mejor forma posible: la ficción”. No habla del presente norteamericano, pero, ciertamente, ayuda a entender el lado oscuro de un país automitificado para que no lográsemos contemplarlo en toda su complejidad.. Crítica de Carlos Zanón. Entrevista con Dennis Lehane. Por Luis Pablo Beauregard. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 18) Primavera revolucionaria. Christopher Clark. Traducción de Eva Rodríguez Halffter. Galaxia Gutenberg. ¿Sentirse dentro de un proceso revolucionario? Es una de las sensaciones que puede experimentarse leyendo el ambicioso Primavera revolucionaria de Christopher Clark. El autor del clásico Sonámbulos propone otro ejercicio que rompe con las historias nacionales y conecta en clave transatlántica el clima social y los estallidos cívicos que desembocaron en procesos revolucionarios. No había una planificación conjunta, sino un nervioso cuestionamiento del antiguo régimen. Un “desorden interconectado”. Hubo revoluciones y contrarrevoluciones, claro, incertidumbre y sensación de fracaso, pero después de esa “primavera de los pueblos” muchos caminos del pasado dejaron de ser transitados.. Crítica de Javier Moreno Luzón. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 19) Triste tigre. Neige Sinno. Traducción de la autora. Disponible en catalán con traducción de Marta Marfany. Anagrama. La valentía de testimoniar el abuso es una forma de compromiso cívico: el relato de la violación es un acto de disrupción en la normalidad para tomar conciencia de la violencia sistemática contra niñas y mujeres. En Triste tigre la autora rememora diversas escenas de su pasado infantil y adolescente sufriendo las agresiones de su padrastro, pero el valor literario del libro es su capacidad moral para trascender el testimonio. Niege Sinno reflexiona sobre identidad tras el abuso, la convivencia con ese recuerdo, las estrategias de supervivencia y, a partir de ese conocimiento autobiográfico, explora cómo la violación ha sido integrada como una forma de malestar de la cultura.. Entrevista con Neige Sinno. Por Álex Vicente. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 20) Un corazón furtivo. Vida de Josep Pla. Xavier Pla. Traducción de Ana Ciurans Ferrándiz, Olga García Arrabal y Francesc Ribes. También disponible el original en catalán. Destino. Josep Pla —figura nuclear de la literatura catalana de todos los tiempos, prosista clave del siglo XX español— sabía que un ángulo muerto de su obra era la intimidad. La intimidad es un tema para un moralista y él lo era. Pero la mixtificaba, la omitía, la disimulaba y la silenciaba. El principal valor de esta monumental biografía es haberla desvelado. El profesor Xavier Pla, que se ha pasado la vida estudiando al Montaigne del Empordà, ha tenido acceso a toneladas de documentación inédita y así ha modificado para siempre la percepción sobre un hombre que fascinó y que siempre se refugió de su sentimentalidad desbocada escribiendo, escribiendo, escribiendo.. Crítica de Jordi Gracia. Artículo de Jordi Amat en Tinta Libre. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 21) En El Pensamiento. César Aira. Random House. Crítica de Domingo Ródenas de Moya. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 22) Doppelganger. Naomi Klein. Traducción de Ana Pedrero Verge e Ignacio Villaro Gumpert. Paidós. Crítica de Marta Peirano. Entrevista con Naomi Klein. Por Iker Seisdedos. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 23) El niño. Fernando Aramburu. Tusquets. Crítica de Domingo Ródenas de Moya. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 24) España diversa. Eduardo Manzano Moreno. Crítica. Entrevista con Eduardo Manzano Moreno. Por Ángeles Caballero. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 25) Tarántula. Eduardo Halfon. Libros del Asteroide. Crítica de Domingo Ródenas de Moya. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 26) El celo. Sabina Urraca. Alfaguara. Crítica de Nadal Suau. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 27) El tiempo de los lirios. Vicente Valero. Periférica. Portada de ‘El tiempo de los lirios’, de Vicente Valero. Crítica de Nadal Suau. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 28) El estilo de los elementos. Rodrigo Fresán. Random House. Crítica de Carlos Pardo. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 29) El abrazo. Anne Michaels. Traducción de María Eva Cruz García. Alfaguara. Entrevista con Anne Michaels. Por Andrea Aguilar. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 30) Los guapos. Esther García Llovet. Anagrama. Crítica de J. Ernesto Ayala-Dip. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 31) Autocracia S. A.. Anne Applebaum. Traducción de Rosa Pérez Pérez. Debate. Portada de ‘Autocracia S.A.’, de Anne Applebaum.. Entrevista con Anne Applebaum. Por Berna González Harbour. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 32) El jardín contra el tiempo. Olivia Laing. Traducción de Lucía Barahona. Capitan Swing. Entrevista con Olivia Laing. Por Rafa de Miguel. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 33) La alquimia del tiempo. John Banville. Traducción de Miguel Temprano García. Alfaguara. Crítica de Leonardo Padura. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 34) Sé mía. Richard Ford. Traducción de Damià Alou. Anagrama. Crítica de Laura Fernández. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 35) Antes que nada. Martín Caparrós. Random House. Reportaje de Paco Cerdà. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 36) La distancia que nos separa. Maggie O’Farrell. Traducción de Concha Cardeñoso. Libros del Asteroide. Traducción de Alexandre Gombau (catalán). L’Altra Editorial. Crítica de Berna González Harbour. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 37) Perder el juicio. Ariana Harwicz. Anagrama. Crítica de Marta Peirano. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 38) Despacio el mundo. Ramón Andrés. Acantilado. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 39) Clara y confusa. Cynthia Rimsky. Anagrama. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 40) Atusparia. Gabriela Wiener. Random House. Crítica de Carlota Rubio. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 41) Alcaravea. Irene Reyes-Noguerol. Páginas de Espuma. Crítica de Luna Miguel. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 42) El tiempo perdido. Clara Ramas. Arpa. Crítica de Manuel Cruz. Entrevista con Clara Ramas. Por Sergio C. Fanjul. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 43) Luciérnaga. Natalia Litvinova. Lumen. Reportaje de Andrea Aguilar. Entrevista con Natalia Litvinova. Por Margaryta Yakovenko. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 44) El volumen del tiempo I. Solvej Balle. Traduccion al castellano de Victoria Alonso. Traducción al catalán de María Rosich. Anagrama. Entrevista con Solvej Balle. Por Andrea Aguilar. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 45) Mil ojos esconde la noche. Juan Manuel de Prada. Espasa. Crítica de Nadal Suau. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 46) No hemos venido a divertirnos. Nina Lykke. Traducción de Ana Flecha Marco. Gatopardo. Crítica de Daniel Gascón. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 47) Intermezzo. Sally Rooney. Traducción de Traducción de Inga Pellisa Díaz. Random House. Traducción de Ferran Ràfols Gesa (catalán). Periscopi. Crítica de Nadal Suau. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. Enlace del libro en la editorial Periscopi. 48) Los alemanes. Sergio del Molino. Alfaguara. Crítica de Jordi Gracia. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 49) Los íntimos (Memoria del pan y las rosas). Marta Sanz. Anagrama. Reportaje de Laura Fernández. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. 50) Quiero y no puedo. Raquel Peláez. Blackie Books. Crítica de Jordi Gracia. Prepublicación del libro en Icon. Comprar en Amazon. Búsquelo en su librería. Fe de errores. En la primera versión de esta lista se incluía ‘Las niñas del naranjel’, de Gabriela Cabezón Cámara. La novela se publicó en noviembre de 2023 y, por tanto, no deberíamos haber contabilizado los votos que recibió. La lista corre y se incluye en el puesto 50º el libro que había quedado en la posición 51ª.. * Nuestros periodistas recomiendan de forma rigurosa e independiente productos y servicios que puedes adquirir en Internet. Cada vez que compras a través de algunos enlaces añadidos al texto, EL PAÍS recibe una comisión. Lee aquí nuestra política comercial.