Wynnie Mynerva nació en Lima en 1992, el año en que Raphael triunfó en todo el mundo con Escándalo, que podría haber sido su canción de cuna. Mynerva lleva un par de años de eurotrip con varias exposiciones y residencias artísticas: Amsterdam, Londres, Roma, Barcelona… Al llegar a su estudio provisional en pleno Eixample, tras una persiana metálica grafiteada, el director artístico Manuel Guevara abre la puerta con una advertencia: «Wynnie no puede hablar ahora». Entre sus lienzos de seis metros con el óleo aún húmedo, esperando las últimas pinceladas antes de trasladarlos a la Galería Mayoral, Mynerva está acabando de prepararse para ensayar la performance con la que inaugurará su primera exposición en España: El dulce néctar de tu sangre. Saluda con la mano y un murmullo confuso.. Como si fuese una náyade que emerge de la playa, su piel está cubierta de arena de la Barceloneta, luce un tocado trenzado cual reina del desierto y en su boca asoma una especie de mordaza de silicona en forma de… ¿qué es eso? «Un ano», traduce Guevara. A su lado, su amiga Alexis Lima, otra transgresora performer de Perú, también se ha transformado en una ninfa de arena versión hardcore con la prótesis de una vagina en la boca. Tras dos horas de montaje, el look se completa con unas largas uñas que terminan en diez finas jeringuillas, una bolsa de transfusión de sangre compartida (que no es real) y una estola de sacerdote de color púrpura, con un bordado dorado de la fecha en que ambas supieron que eran portadoras del VIH.. Wynnie Mynerva y la performer peruana Alexis Lima.VICTÒRIA ROVIRA / ARABA PRESS. En la galería de Barcelona prevén suspenderse del techo durante una o dos horas, inmóviles, con los brazos en cruz como si fueran dos ángeles caídos o una encarnación queer de Lilith y Eva, un mito subvertido por la propia Mynerva, que en 2023 se quitó quirúrgicamente su costilla izquierda (la de Adán) para exponerla cual escultura en el New Museum de Nueva York, donde sigue en depósito.. No era el primer paso por quirófano de Mynerva, a la que descubrimos en ARCO 2022 con la galería Ginsberg y su obra Cerrar para abrir, que acaparó todos los titulares de aquella edición: Una cirugía de vagina en directo, la obra más controvertida. «Hubo un antes y un después de ARCO», admite la artista, ya sin prótesis en la boca.. «Había expuesto lo mismo en Lima y no pasó nada. Pero al estar en ARCO… ¡boom! Pensaba que Europa estaba preparada. Sinceramente, no esperaba que una vagina causara tanto revuelo. Mi interés era provocar una reacción en Lima, no en España…», admite. Reflexiona unos instantes con su piel aún de arena -pegada con una cola especial- y añade: «En realidad el vídeo de la vagina era como el de un parto, solo que al revés. La sociedad quiere que la vagina esté abierta y sirva para maternar. Yo estaba decidiendo sobre mi cuerpo: renunciaba a la maternidad, a la penetración. Supongo que de ahí vino el escándalo».. En Madrid, Mynerva presentó coloridas esculturas de plexiglás, muy pop, y una de sus grandes pinturas como un autorretrato del cierre de su sexo (el cirujano le dejó una mínima apertura para expulsar fluidos). «No me siento identificada con la idea de mujer biológica», dijo entonces. Algo que costaba de entender viendo a una atractiva chica de 30 años, sugerente como una pin up y vestida con una minifalda rosa, corsé y botas altas de cuero, además de su llamativa bisutería, maquillaje y uñas XXL. Estéticamente, la estampa de una mujer en toda regla, de una feminidad canónica. Sin embargo, Mynerva huye de lo normativo y se define a sí misma en el espectro de lo no binario, en sintonía con las teorías de género de Judith Butler y Paul B. Preciado.. Uno de los lienzos de casi tres metros que Wynnie Mynerva expone en Mayoral.VICTÒRIA ROVIRA / ARABA PRESS. «Una cirugía no es una operación: abre una nueva forma de pensar. Para mí es un arma de construcción ideológica, de producción de conocimiento», sostiene Mynerva. Sus dos cirugías se enmarcan en su práctica artística, aunque aún no ha llegado al extremo de la francesa ORLAN, que a sus 77 años lleva décadas haciendo de su cuerpo parte de su obra, empezando por sus icónicas protuberancias en las sienes: en los 90 se sometió a nueve operaciones, hasta que los médicos dijeron basta porque su vida corría peligro.. Para Mynerva no hay distinción entre vida y arte. Cada exposición habla de sí misma, incluso cuando imagina un nuevo génesis con Lilith, la primera mujer creada del mismo barro que Adán, y Eva. «Es importante crear nuevas mitologías porque las personas vivimos de la filosofía. Hasta la historia es una ficción: la forma en que está narrada tiene una función pedagógica y marca una dirección de tu pensamiento y tu vida», defiende Mynerva, que estudió dos carreras, Historia del Arte y Bellas Artes, en la Universidad de Lima.. Como si fuese una venganza contra siglos de Historia del Arte que han dado la espalda a la representación femenina creó un nuevo Génesis en su primera exposición en Manhattan: un impresionante lienzo de 20 metros, el más grande nunca expuesto en el New Museum (y eso que se inauguró en 1977), en que plasmaba una alianza divina entre Lilith y Eva, que le ofrecía su costilla para sellarla. «Todo empezó por la palabra costilla. En Perú es habitual que a las mujeres se las llame costillas: ‘Eres la costilla de Manuel…’ para decir que eres su pareja. Llamar costilla a una mujer no es algo aleatorio: marca tu mente y condiciona tu cuerpo a ser parte de un hombre», razona Mynerva.. No le bastaba con un soberbio cuadro de 20 metros, casi un mural al óleo en el que soñaba un nuevo paraíso donde plantas y animales podían reproducirse solos. «Para mí, la pintura es como los libros: un manual visualmente bello, organizado. La performance es aquel conocimiento que se lleva a la realidad y se aplica a tu cuerpo. Lo que hago en el cuadro lo aplico en la vida». Se gira y muestra su espalda, una sutil cicatriz de apenas dos centímetros que parece más una mancha de nacimiento.. ¿Dolió? «Sí, dolió».. Un dolor que, en su caso, remite a la célebre sentencia de Marina Abramovic Pain is the door (El dolor es la puerta), que define algunas de sus performances más extremas de los años 70. Pero la operación de costilla de Mynerva es la misma a la que más de una celebrity se ha sometido para lograr una cintura de avispa. Según los rumores -nunca confirmados del todo por sus protagonistas- Cher, Thalía o Marilyn Manson (aunque sus motivos eran otros: practicarse una autofelación) se habrían quitado sus dos costillas flotantes. Hasta Kim Kardashian despertó conjeturas en la última gala del MET.. «En la cirugía estética la gente se quita dos costillas, yo solo una, porque mis motivos eran otros. Pero si esos motivos no responden a criterios estéticos o a unas normas visualmente aceptadas, generalmente para satisfacer a los hombres, la sociedad no lo entiende, causa rechazo…», señala Mynerva, que expuso su costilla como si fuese una reliquia religiosa o un vestigio arqueológico de una cultura ancestral, ya perdida.. En Barcelona sigue construyendo nuevos mitos. La arena de la Barceloneta pegada a su piel remite al desierto sobre el que fue creada la ciudad de Lima y a las antiguas civilizaciones andinas que veneraban al dios Pachacámac. Además de sus magnos lienzos (le gustan los grandes formatos), la performance inaugural aporta el sentido a El dulce néctar de tu sangre. «Exponemos nuestros cuerpos con VIH, que sigue siendo un estigma terrible. Salimos de la arena, de un pasado precolonial, para empujar nuestros futuros. Porque al ser una persona con VIH muchos ya piensan que estás destinada a la muerte. Incluso hoy falta mucha información. Con la medicina y la tecnología actual tu esperanza de vida es muy similar y aunque seas portador puedes no contagiar el VIH, se ha avanzado muchísimo en los últimos años», dice Mynerva.. A su lado Alexis Lima asiente :«La gente se aparta, te ven con pena o con miedo. Y en Latinoamérica es peor… ».. Como si fuesen una versión carnal de Las dos Fridas, el lienzo en el que Kalho se representa por partida doble, ambas se expondrán cogidas de la mano en una perfomance de resistencia. Ríen al oír la palabra resistencia. «La idea de aguantar es algo que nos caracteriza, tenemos esta radicalidad por el lugar de donde venimos. Una performance de seis horas no nos parece tanto… Hemos visto cosas muy fuertes que te dan esa resistencia».. Se refieren a Villa El Salvador, uno de los barrios más duros de Lima, donde ambas nacieron. Y recuerdan el tráfico de drogas, la prostitución, los ajustes de cuentas entre pandillas:. Mynerva. Todavía no puedo olvidar las cosas que vi de niña. La muerte, la gente ahí tirada, sangrando… O pidiendo ayuda a gritos en tu puerta.. Lima. Hemos visto sangre durante muchos años. A mí no se me quita la imagen de mis tías… Literalmente, sus parejas las desfiguraron a golpes.. Mynerva. ¿Te acuerdas cuando se reunían las pandillas en la calle? Agarraban unos machetes, los afilaban en el suelo y empezaban a pelear. Entonces teníamos que correr hacia casa o meternos en la de algún vecino.. Lima. Era como ver un partido de fútbol con machetes y sangre… Esas cosas te marcan cuando eres pequeño. De adulto, muchos se quedan con el trauma. O lo imitan y repiten el proceso.. Mynerva. Yo lo repito a través del arte. Sin hacer daño. O haciéndolo a través de las imágenes.
La Lectura // elmundo
En 2022 fue la protagonista de la feria con una obra sobre la operación para suturar su sexo. Tres años después ha expuesto en Londres, Roma, Nueva York (donde se quitó la costilla de Adán) y, ahora, Barcelona. «Ha habido un antes y un después de ARCO», dice Leer
En 2022 fue la protagonista de la feria con una obra sobre la operación para suturar su sexo. Tres años después ha expuesto en Londres, Roma, Nueva York (donde se quitó la costilla de Adán) y, ahora, Barcelona. «Ha habido un antes y un después de ARCO», dice Leer