Algo parece no encajar cuando Tara Selter, de paso por París tras asistir en Burdeos a la subasta anual de libros ilustrados del siglo XVIII -ámbito en el que ella y su pareja, Thomas, se han especializado desde la librería que regentan en un tranquilo pueblo del norte de Francia, aprovechando la «demanda de trofeos del pasado»-, advierte una inquietante repetición: en el bufé del hotel, por segunda mañana consecutiva, se le cae una rebanada de pan exactamente al mismo huésped, quien reacciona de idéntica manera.. Es más que un déjà vu, sobre todo porque ya antes, al pedir la prensa del día en la recepción, le aseguran que la edición que tiene en la mano, fechada el 18 de noviembre, es la actual, aunque para ella debería ser 19. Al salir a la calle, los detalles del mundo confirman su sospecha: el calendario no se ha movido.. Traducción de Victoria Alonso. Anagrama. 720 páginas. 18,90 € Ebook: 8,99 €. Puedes comprarlo aquí.. Lo que al principio podría interpretarse como una confusión pronto se convierte en una certeza desasosegante. Tara está atrapada en un bucle temporal, acumulando dieciochos de noviembre que para el resto del mundo -incluido Thomas- son días desechados, como si «hubieran caído por una hendidura en la noche». Esta extraña circunstancia nos llega a través de las anotaciones de Tara en lo que parece una mezcla de cuaderno de bitácora y diario de presidio, donde registra cada repetición del día, idéntico como las cuentas de un rosario, desde que, como ella misma describe, se produjo «una fractura en el tiempo» sin explicación ni escapatoria.. Aun así, esas cosas ocurren, «los seres humanos han tenido que contar siempre con algunas dislocaciones en la existencia: ríos que se desbordan, accidentes de tráfico, torceduras de tobillo, inviernos glaciales o sequías», pero luego el tiempo vuelve a su cauce, lineal y previsible. Aunque este no será el caso de la protagonista.. En El volumen del tiempo I, primera entrega de una septología todavía en marcha -acaba de publicarse el quinto volumen-, Solvej Balle (Sønderjylland, Dinamarca, 1962) desarrolla la premisa de este extraño confinamiento temporal. La novela relata el primer año del estupor de Tara a partir del día 121, mientras trata de racionalizar su aislamiento en una especie de «trituradora lógica» mental.. Pero, más allá de intentar comprender su situación, Tara se enfrenta a una urgencia mayor: salvar su relación amorosa con Thomas. Cada día, tiene que explicarle su increíble situación y, aunque él la cree con una fe admirable, la naturaleza del bucle hace que termine olvidándola sin remedio: «Yo recordaba. Thomas olvidaba. Yo me movía en el tiempo. Thomas permanecía quieto».. Los objetos participan de las reglas misteriosas del bucle a su manera: unos desaparecen, mientras otros la acompañan, «como si oscilaran entre las posibilidades del tiempo, en el borde de un tiempo que pasaba y un tiempo que retornaba». Este esfuerzo por descifrar las leyes de su nueva realidad se convierte en el núcleo de la novela, cuya base es menos fantástica de lo que parece; esto es, que «nuestra expectativa de la constancia del mundo reposa sobre un fundamento carente de certeza». Al fin y al cabo, nuestros parámetros temporales, construidos en torno a relojes y calendarios, son sólo una convención.. A través de Tara Selter, el lector explora una inquietante reflexión: no basta con que los días se sucedan; es esencial que sean distintos entre sí. La coexistencia de patrones e irregularidades en el tiempo da sentido a nuestra existencia, pero la repetición sin cambio, o el caos sin orden, se vuelve insoportable. En medio de esta incertidumbre, Tara encuentra una forma de restaurar la linealidad perdida gracias a su diario: la escritura, que es una forma de domar el tiempo.
La Lectura // elmundo
En la primera parte de la monumental septología de la escritora danesa, el lector explora a través de lo que le ocurre a Tara Selter una inquietante reflexión: la repetición sin cambio se vuelve insoportable Leer
En la primera parte de la monumental septología de la escritora danesa, el lector explora a través de lo que le ocurre a Tara Selter una inquietante reflexión: la repetición sin cambio se vuelve insoportable Leer