El misterio de Grigori Sokolov (Leningrado, hoy San Petersburgo, Rusia, 74 años) está en sus manos. No habla, no sabemos apenas nada de él. Solo quiere desvelarse a través de la música que nos regala, desde hace décadas, como lo que es: para muchos, el más grande pianista vivo. Por tanto, cada vez que aparece en cualquier escenario —lo hace a menudo en España, donde se ha nacionalizado—, resulta un desperdicio no acudir a escucharlo. Al menos así, quienes lo disfruten se lo podrán contar a sus nietos. La maestría de Sokolov responde a un trabajo duro: al menos seis horas al día sentado al piano. Cuando tiene concierto, pueden alargarse a ocho o nueve. Prepara sus repertorios con meses de antelación, cuando desgrana uno ante el público, al tiempo ensaya el siguiente. Sus interpretaciones de Bach, Beethoven, Chopin, Schubert o Mozart son ya legendarias. Su carrera explotó internacionalmente cuando cayó el muro y empezó a girar por todo el mundo. Previamente, apenas salía de la Unión Soviética, pero con la primera apertura del país, antes de que volviera a encerrarse en sí mismo, giró para imponerse en la élite como uno de los grandes. Lleva más de 30 años en la cumbre sin dejar su actitud plenamente monástica y ascética hacia su instrumento. Nada lo distrae de su destino. Y su destino es el piano.. Seguir leyendo
En una programación donde el violín brillará como protagonista, no hay que perder de vista a prodigios adolescentes del piano como Zedginidze, al mejor guitarrista del mundo o a maestros del piano como Sokolov
El misterio de Grigori Sokolov (Leningrado, hoy San Petersburgo, Rusia, 74 años) está en sus manos. No habla, no sabemos apenas nada de él. Solo quiere desvelarse a través de la música que nos regala, desde hace décadas, como lo que es: para muchos, el más grande pianista vivo. Por tanto, cada vez que aparece en cualquier escenario —lo hace a menudo en España, donde se ha nacionalizado—, resulta un desperdicio no acudir a escucharlo. Al menos así, quienes lo disfruten se lo podrán contar a sus nietos. La maestría de Sokolov responde a un trabajo duro: al menos seis horas al día sentado al piano. Cuando tiene concierto, pueden alargarse a ocho o nueve. Prepara sus repertorios con meses de antelación, cuando desgrana uno ante el público, al tiempo ensaya el siguiente. Sus interpretaciones de Bach, Beethoven, Chopin, Schubert o Mozart son ya legendarias. Su carrera explotó internacionalmente cuando cayó el muro y empezó a girar por todo el mundo. Previamente, apenas salía de la Unión Soviética, pero con la primera apertura del país, antes de que volviera a encerrarse en sí mismo, giró para imponerse en la élite como uno de los grandes. Lleva más de 30 años en la cumbre sin dejar su actitud plenamente monástica y ascética hacia su instrumento. Nada lo distrae de su destino. Y su destino es el piano.. Este logroñés de 47 años es el rey de la guitarra clásica en el mundo. Su arte ha cautivado a compositores como John Williams, que ha preparado arreglos especiales de sus obras para adaptarlos a las cuerdas de su instrumento. Su carrera tuvo comienzos duros, estudió en Berlín y Nueva York, pero se impuso entre la élite con una mezcla de empeño y exquisita sensibilidad. Considera un deber hacer hueco al prestigio de la guitarra entre el gran repertorio sinfónico, pero anda también al día y se ha convertido en inspiración de muchos compositores contemporáneos para sus creaciones. Está empeñado en convertir la guitarra en patrimonio universal de la Unesco y dirige e impulsa en su tierra, La Rioja, un festival que aúna música, patrimonio, camino de Santiago y cultura del vino en escenarios como monasterios, iglesias, auditorios o bodegas donde programa todo tipo de conciertos con figuras internacionales. Ha debutado y es habitual en los programas de las grandes orquestas. Su interpretación en la pandemia del Concierto de Aranjuez con la Filarmónica de Berlín lo catapultó entre los grandes dentro de la historia de su instrumento.. La violinista estadounidense es un verdadero referente de su generación. Desde la tradición y con un dominio exhaustivo del repertorio desde el barroco, Hilary Hahn (Lexington, EE UU, 45 años) ha sabido trasladar la vigencia de la música clásica al siglo XXI con curiosidad en varios campos desde que debutara con 12 años junto a la Orquesta Sinfónica de Baltimore. Ha ganado ya tres premios Grammy. Su inquietud de nuevas búsquedas y su compromiso con la creación contemporánea le han llevado a estrenar nuevas obras, reivindicar la música de cámara, así como adaptar las cuerdas de su violín a otros ámbitos como el cine, la experimentación terapéutica o los retos de la tecnología. En esos terrenos ha destacado como intérprete de bandas sonoras de éxito mundial, como la compuesta por James Newton Howard para El bosque, del director M. Night Shyamalan, o el Concierto de Barber que suena en The Deep Blue Sea, de Terence Davis. Además, ha creado la empresa Deepmusic.ai, cuyo propósito es investigar las posibilidades de la inteligencia artificial (IA) en la creación y las artes.. Los talentos multifacéticos de Sarah Willis (Bethesda, EE UU, 56 años) la han convertido en una de las grandes trompistas de su generación y también en una de las referentes de la divulgación musical como comunicadora. La intérprete de origen estadounidense nacionalizada también británica forma parte de la Orquesta Filarmónica de Berlín desde 2001, donde ingresó en la época de Simon Rattle después de haber tocado años antes en la de la Ópera Estatal de la ciudad alemana junto a Daniel Barenboim. En su faceta como divulgadora, Willis triunfa como presentadora del programa Sarah’s Music en la cadena alemana Deutsche Welle, pero es habitual de la plataforma que tiene la orquesta berlinesa como entrevistadora de solistas y directores, además de animar conciertos para familias. En el canal de su página web dirige además el espacio Horn Hangouts, dedicado a instrumentos de viento.. Este prodigio de 15 años nacido en Georgia toca el piano y compone. Proviene de una familia de músicos y es descendiente de Niko Sulkhanishvili, uno de los compositores y profesores más importantes de su país. Ha cautivado a su compatriota, la violinista Lisa Batiashvili, o a genios como Sokolov. Su talento se fraguó mostrando desde niño interés por la ópera o la música de ballet. A los dos años ya era capaz de nombrar y distinguir varios instrumentos musicales de una formación orquestal. Con cinco años comienza a recibir clases de piano de mano de su abuela, la maestra Nino Mamradze, y a los seis ya empezaba a estudiar obras del repertorio de compositores como Clementi, Scarlatti, Mozart o Beethoven. A esa misma edad comenzó a componer y ya, con 10 años, dio su primer recital en Tiblisi, la capital de su país. Un año después, en 2020, comenzó a presentar en público sus obras, como The Bells, compuesta en la pandemia del covid y dedicada a su madre, Irene Sulkhanishvili, fallecida. Su carrera ya es internacional y ha debutado en varios países. Sin embargo, prosigue sus estudios y asombra a grandes maestros como Daniel Barenboim, que le ha dado clase y ha afirmado sobre él: “Mozart ha vuelto a Alemania desde Georgia”.. El griego Leónidas Kavakos (Atenas, 57 años) es uno de los violinistas más brillantes de la actualidad. Junto a su stradivarius, ha conquistado a públicos de medio mundo con interpretaciones contundentes, de carácter enérgico, técnica apabullante y sonido sofisticado. Comenzó sus estudios a los cinco años, logró una beca Onassis para estudiar en EE UU junto a Josef Gingold en la Universidad de Indiana y debutó en su ciudad en 1984. Con 18 años ganó el concurso Jean Sibelius de Helsinki y a partir de ahí, y de vencer en otros como el Naumburg de Nueva York y el Paganini en Génova, despuntó su carrera por todo el mundo. Es intérprete residente de la Filarmónica de Berlín y ha destacado también como director de orquesta en la Filarmónica de Nueva York, la Sinfónica de la Radio de Baviera, la Filarmónica della Scala milanesa o la Sinfónica de Boston, entre otras.. La artista alemana nacida en Tiflis (Georgia) hace 45 años es una de las violinistas fundamentales en el actual panorama de la música clásica. Su padre, también violinista, fue su primer maestro, pero se formó básicamente en el conservatorio de Hamburgo junto a Mark Lubotski, alumno de David Oistrach, y después en Múnich, junto a Ana Chumachenko. Entre 1999 y 2001 formó parte del programa New Generation of Artist de la BBC y poco después debutó en los Proms de Londres. Utiliza actualmente para sus apariciones un Guarneri del Gesu que data de 1739. Ha impulsado en su país de origen una fundación con su nombre para apoyar jóvenes talentos, como el de Tsotne Zedginidze y otros. Graba sus obras en Deutsche Grammophone y destaca en el repertorio con obras de Shostakóvich, Prokofiev, Chaikovski, Beethoven, Bach, Dvorák…, aparte de haber sido residente de grandes orquestas a lo largo de su carrera, como la Filarmónica de Berlín o la Concertgebouw, de Ámsterdam, y de haber debutado con las mejores del mundo.. Marin Alsop (Nueva York, EE UU, 68 años) se ha pasado la vida abriendo brecha. Esta alumna aventajada de Leonard Bernstein será la primera mujer estadounidense en debutar en la Filarmónica de Berlín en febrero de 2025, pero es que durante toda su carrera ha sido muchas veces la primera mujer que… Por ejemplo, en dirigir como titular la Sinfónica de Baltimore en su país o la de la Radio de Viena. En la orquesta estadounidense no fue muy bien recibida, pero dejó el cargo tras 14 temporadas y unos músicos encantados por su liderazgo. También ha sido titular de la Sinfónica del Estado de São Paulo en Brasil y en Europa siguió rompiendo marcas para su género al convertirse en la primera maestra en dirigir la última noche de los Proms londinenses. Graba habitualmente con el sello Naxos y mantiene colaboraciones continuas con formaciones como la Filarmónica de Londres, la Sinfónica de Londres, la Filarmónica de Nueva York, la Orquesta de Filadelfia, la Gewandhaus de Leipzig, la del Siglo de las Luces de Londres, la del Festival de Budapest y la Orquesta de París, la Orquesta de La Scala, la Concertgebouw o la Orquesta Filarmónica de Radio France. En 2024 debutó también en el Metropolitan de Nueva York con la ópera El niño, de John Adams.
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