En el panorama intelectual de nuestros días, pocos pensadores han logrado conjugar con tanta brillantez el rigor académico con el periodismo divulgativo y el compromiso político como la escritora estadounidense Anne Applebaum (Washington D. C., 1964). Cronista del totalitarismo soviético en Gulag, una obra maestra que mereció el Premio Pulitzer en 2004 y en cuyas páginas se reconstruye el entramado de una sociedad sometida a la lógica del terror de Estado, Applebaum ha sabido combinar con destreza en su labor historiográfica la investigación profesional con la atención a los pequeños detalles y al papel revelador de la anécdota en nuestra vida cotidiana.. Los ensayos de la autora americana confirman algo evidente para cualquiera que haya vivido bajo alguna modalidad de autocracia o que conozca de cerca la bibliografía al respecto: el totalitarismo no es simplemente un sistema político, sino la expresión de una cultura cuyo filo penetra en todas las capas de la experiencia humana y erosiona la capacidad de reconocer la verdad hasta convertirla en una neblina indistinguible de la mentira.. Traducción de Rosa Pérez. Debate. 224 páginas.21,90 € Ebook: 10,99 €Puedes comprarlo aquí.. Pienso ahora en la obra del nobel polaco Czeslaw Milosz y en Václav Havel, pienso en Solzhenitsyn y en la lectura atenta de la lengua del nacionalsocialismo que realizó el filólogo Victor Klemperer. El totalitarismo es una cultura y, a la vez, conforma una mentalidad que exige sometimiento. De ahí que, en la crisis democrática global que padecemos hoy en día, el corpus literario de Anne Applebaum adquiera una actualidad renovada. Su análisis de lo que podríamos denominar la «seducción autoritaria» -la cual amenaza nuestras sociedades aparentemente estables- resulta perturbador, aunque en ocasiones el lector logra identificar cierta tendencia a la unilateralidad. Quizás alguno de los paralelismos que plantea puedan resultar faltos de la perspectiva que sólo el paso del tiempo puede conceder.. La conocida posición de Applebaum, en todo caso, responde a una tendencia habitual entre aquellas élites liberales que se enfrentan al desconcierto causado por el fracaso de la tesis de Fukuyama sobre el final de la Historia. Se trata, en definitiva, de la creencia de que una línea ininterrumpida conecta el cosmopolitismo liberal con la virtud social. La Historia, sin embargo, con sus tragedias y sus meandros misteriosos, se niega a desaparecer. Al igual que las viejas ideologías del siglo XIX, renacidas una y otra vez. En Autocracia S.A., Applebaum avanza en su análisis del origen de la crisis democrática. Y lo hace con brillantez indudable, subrayando el peso de las instituciones amenazadas por el desafío de los nuevos totalitarismos.. Ya no se trata de dictadores a la vieja usanza -de Stalin a Hitler, pasando por Mao-, sino que las actuales autocracias se caracterizan por el uso de «sofisticadas redes que cuentan con estructuras financieras cleptocráticas, un entramado de servicios de seguridad -militares, paramilitares, policiales- y expertos tecnológicos que proporcionan vigilancia, propaganda y desinformación. Los miembros de esas redes no sólo están conectados entre sí dentro de una determinada autocracia, sino también con las redes de otras autocracias y, a veces, incluso de las democracias».. Y, un poco más adelante, leemos en el prefacio al libro: «Entre los autócratas modernos hay quienes se definen como comunistas, monárquicos, nacionalistas y teócratas. Sus regímenes tienen raíces históricas distintas, objetivos distintos, estéticas distintas. El comunismo chino y el nacionalismo ruso no sólo difieren entre sí, sino también del socialismo bolivariano de Venezuela, la ideología juche de Corea del Norte o el radicalismo chií de la República Islámica de Irán». El punto en común lo constituye el rechazo a las democracias liberales y a sus valores.. En este sentido, creo que Applebaum no yerra en su diagnóstico acerca de los peligros que nos amenazan. Al contrario, su pesimismo encuentra profundas razones históricas. Y, sin embargo, cabe preguntarse cuánto hay de causa y cuánto de síntoma en la actual crisis democrática. ¿En qué medida las fracturas profundas que surgen en el mundo liberal no dibujan también limitaciones y contradicciones internas que deberían ser analizadas y afrontadas si no queremos ceder a las consecuencias del apocalipsis populista? Si, para Tocqueville, una determinada sensibilidad cultural y unos valores determinados sustentan el éxito de cualquier proyecto democrático, ¿resulta creíble que el vaciamiento cultural y, en última instancia, la pérdida del sentido de comunidad en Occidente no tengan algún tipo de consecuencias?. Ensayo valioso y arriesgado, como todos los suyos, Autocracia S.A. nos sitúa ante una realidad no deseada. La caída del Muro cambió el signo de la historia de un modo distinto al que entonces se creía. Paradójicamente, la globalización no ha traído más democracia al mundo, sino una mayor inestabilidad económica, social y política. «Ya no existe un orden mundial liberal -sostiene la autora cerrando el libro- y la aspiración a crearlo ya no parece real. Sin embargo, hay sociedades liberales, países abiertos y libres que ofrecen a sus ciudadanos más posibilidades de llevar una vida útil que las dictaduras herméticas. No son perfectas. Las que existen tienen graves defectos, profundas divisiones y terribles cicatrices históricas. No obstante, esa es aún otra razón para protegerlas. Han existido muy pocas a lo largo de la historia; muchas lo han hecho durante poco tiempo antes de fracasar. Pueden destruirse desde fuera y también desde dentro, víctimas de divisiones y de demagogos. O pueden salvarse. Pero sólo si quienes vivimos en ellas estamos dispuestos a hacer el esfuerzo».. Tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales americanas, estas palabras adquieren más fuerza aún, pues lo que se encuentra en juego es el futuro. Con inquietante precisión, incluso con las salvedades señaladas anteriormente, este último libro de Anne Applebaum suscita preguntas importantes que debemos atrevernos a responder antes de que sea demasiado tarde. Quien desee reflexionar acerca de los peligros que acechan a las democracias de hoy ya dispone de un libro -y de una autora- de cabecera muy recomendables.
La Lectura // elmundo
Ensayo valioso y arriesgado, como todos los suyos, en ‘Autocracia S.A.’ la periodista e historiadora analiza con brillantez el origen de la crisis democrática occidental y ahonda en las amenazas de los nuevos totalitarismos globales Leer
Ensayo valioso y arriesgado, como todos los suyos, en ‘Autocracia S.A.’ la periodista e historiadora analiza con brillantez el origen de la crisis democrática occidental y ahonda en las amenazas de los nuevos totalitarismos globales Leer