Sus fotografías revolucionaron el arte de vanguardia y, probablemente si no hubiera sido mujer ni estado bajo la alargada sombra de Picasso -del que fue amante durante casi 10 años-, la Historia del Arte la habría reconocido mucho antes como la gran artista que fue. Por eso, el Museo Lázaro Galdiano de Madrid homenajea a Dora Maar con una exposición que se podrá ver hasta el 14 de septiembre en el marco de PhotoEspaña, que también reivindica su faceta de dibujante, la más desconocida.. «De Dora Maar se conoce, principalmente, la obra surrealista que realizó en el ámbito de la fotografía. Sin embargo, también llevó a cabo un abundante número de retratos en su estudio, encargos publicitarios, de moda y fotografía de calle. Además, formó parte del movimiento de la Nueva Objetividad que se desarrolló durante los años 20 y 30», señala María Millán, comisaria de la muestra. Especialmente relevantes fueron las series que Maar realizó en Barcelona en 1933, donde inmortalizó la belleza de la cotidianeidad y a los olvidados, a los marginales de la sociedad justo tres años antes de estallar la Guerra Civil española.. La sensibilidad y el ojo empático y critico frente a la situación de desamparo que siempre caracterizó a la artista fueron las notas que definieron un arte que, en palabras de Millán «invita a los espectadores a cuestionar la normalidad de algunas condiciones sociales que, vistas desde el margen cómodo del status quo, podían resultar hasta surrealistas».. Dora Maar comenzó su formación artística como pintora, pero pronto se interesó por la fotografía y desarrolló su obra de manera exitosa en este campo tiempo antes de conocer a Picasso. En la década de los años 30 abrió un taller junto a Pierre Kéfer y se dedicó, casi por completo, a realizar reportajes de moda, imágenes comerciales y retratos. Coincidiendo con el desarrollo del movimiento surrealista, Maar entró en contacto con Man Ray, posando para algunos de sus más icónicos trabajos. Eran tiempos de experimentación y de cambio.. La artista se dejó influir entonces por el gran fotógrafo francés Eugène Atget, famoso por su fotografía callejera del París de finales del siglo XIX, además de ser buena amiga de Brassaï (del que se muestra un exquisito retrato de Maar en su estudio) y de Henri Cartier-Bresson. La exposición explora sus diferentes etapas creativas: el retrato, la fotografía experimental, el collage, el reportaje, la fotografía surrealista, el dibujo e incluso la pintura, por la que se inclinó a partir de 1936, influenciada por la relación que inicia con Pablo Picasso.. Si en la primera sala de la exposición se muestra el reportaje que hizo en la Barcelona de 1933, en la segunda se despliegan sus fotografías vintage del proceso de creación del Guernica. Fue la única persona que pudo retratar la evolución de la obra, la única a la que Picasso permitió que le fotografiara mientras trabajaba en su estudio parisino de la calle des Grands-Augustins. Se habían conocido en 1936 y su relación terminaría por destruirla, hasta casi abocarla a la locura. Sin embargo, ambos influyeron en el trabajo del otro de modo intenso. Y ahora se recupera a Maar más allá de Picasso.
La Lectura // elmundo
Una exposición en el Museo Lázaro Galdiano reivindica sus dibujos y las fotografías de la Barcelona de 1933 y el proceso de creación del ‘Guernica’ Leer
Una exposición en el Museo Lázaro Galdiano reivindica sus dibujos y las fotografías de la Barcelona de 1933 y el proceso de creación del ‘Guernica’ Leer