Hubo dos generaciones del 27, como es sabido, la de los fáciles (Alberti, Aleixandre, Altolaguirre, Lorca y demás) y la de los difíciles (Cernuda, Bergamín, Zambrano, Gaya…). Rosa Chacel pertenecía por derecho propio, claro, a esta.. De Rosa Chacel ha escrito Anna Caballé una biografía monumental, ante la que no cabe otra que quitarse el cráneo (como habría dicho la propia Rosa). Cuando su amigo Gaya tenía que defender al admirado de ambos JRJ de los ataques de sus amigos del 27, decía: «De acuerdo, JR está loco y lleno de manías, como decís; pero es que él ha escrito, además, una obra que no se la salta un gitano».. La vida de RChacel fue tremenda. Yo no conozco ninguna que se le asemeje. Parece rusa. Ni ella misma tenía de sí una gran impresión («esta especie de frialdad antipática que me caracteriza» y «ahora el innumerable coro de mis enemigos puede ver que no soy más que una deplorable criatura que se estrella contra el destino como cada quisque», reconocía más o menos sardónica). En resumidas cuentas: áspera, antipática, injusta con casi todos y con la queja en la punta de la lengua a todas horas y en todas las direcciones, cicatera, rabiosa y egoísta, soberbia y asqueada, envidiosa de colegas que no valían un comino y, en fin, todo lo que se quiera, como tantos mortales, solo que ninguno de estos escribió las Memorias de Leticia Valle (una de las grandes novelas del siglo XX), Desde el amanecer (el más hermoso libro que se haya escrito en español sobre la infancia) o Amanecer en Extremadura (un relato que vale lo que cualquier Chejov).. Podrán hacerse otras biografías de RChacel, mejores o peores, pero no tan completas como esta. Y respetuosa, con lo fácil que lo tenía su autora para lucirse y cargar la suerte. Caballé pone al alcance del lector todo cuanto se conoce de esa vida (montañas de documentación, cartas desconocidas, testimonios recónditos), y deja que cada cual complete su retrato. Uno ni siquiera comparte del todo el suyo, siendo razonable («en mi opinión el solipsismo es el problema tanto literario como moral de Chacel»), y sin embargo no deja de agradecer a cada momento a la biógrafa su logro, desde el planteamiento.. De esto parte Caballé: a lo de RChacel y su marido el pintor Timoteo Pérez Rubio hay que llamarlo por su nombre: una tragedia (víctimas de sí mismos). Al poco de casados, en los años veinte, las infidelidades de él rompieron el matrimonio. Pero jamás lo disolvieron; habría sido lo razonable. Timoteo en brazos de otras mujeres (la última y con harto pesar de la legítima, durante treintaicinco años, hasta que él murió en 1977) y Rosa… célibe desde sus treintaipocos.. «Alguien novelará un día la dostoievsquiana vida de Rosa Chacel, admirada, inestimable y excesiva, y para ello este libro será de consulta imprescindible». Juntos y separados, en ciudades diferentes, a veces en países distintos (él en Brasil y ella en Argentina, en Francia, en España). Antes de la guerra y después, todo el exilio. Yendo y viniendo, carta va y carta viene, en las condiciones más extremosas y miserables, peleándose a muerte, reconciliándose a medias, ella explotándole a él, y él, aplanado, arredrado por la ruptura para salvar una familia tan desdichada.. Ella, sin una perra siempre, entregada como una vestal a la literatura; él, entre sus cuadros de las damas melifluas de Belho Horizonte y unos negocios mineros ruinosos; y ambos con un hijo que, cuando niño, no supieron cómo quitarse de encima y, de adulto, cómo hacer para retenerlo a su lado. Todo descacharrado y mal compuesto, como en la vieja copla: «Ni contigo ni sin ti / tienen mis males remedio». Y sin embargo…. Leyendo esta biografía ha comprendido uno al fin el drama que tanto la impacientó y desesperó: no alcanzó a advertir que la novela ideal e inexpugnable que persiguió ciega durante setenta años era su propia vida, poco más o menos como la ha contado Anna Caballé. Sin quitarle ni añadirle mucho, apenas con variaciones de sentido. No tanto el solipsismo como su excesividad.. En Teresa noveló ella la vida de la amante de Espronceda y alguien novelará un día la dostoievsquiana vida de nuestra gran Rosa Chacel, admirada, inestimable y excesiva, y para ello este libro será de consulta imprescindible.
La Lectura // elmundo
La vida de Rosa Chacel, escritora de la generación del 27, es recogida ahora por Anna Caballé en una biografía completísima, que versa sobre su carácter y su perseguida novela ideal, que era su vida Leer
La vida de Rosa Chacel, escritora de la generación del 27, es recogida ahora por Anna Caballé en una biografía completísima, que versa sobre su carácter y su perseguida novela ideal, que era su vida Leer