Durante varios años, hace ya varios años, Julio José Ordovás (Zaragoza, 1976) fue el mejor crítico de libros español en activo, como recordarán y seguramente suscribirán todos aquellos que le leían. Sus ejemplares reseñas eran las de un lector, no las de un profesor, y, más que formación cuadriculada, rebosaban pasión por todo lo genuinamente literario, un territorio en el que, eso sí, Ordovás había vivido sumergido desde niño.. Lo cual, como a Obélix con la marmita de la poción mágica, le convertían en alguien infalible, original, siempre lúcido, siempre justo (que no justiciero), comprensivo ante los mediocres pero implacable ante los idiotas.. Xórdica. 152 páginas. 14,95 €. Puedes comprarlo aquí.. Ordovás abandonó la crítica (que no el columnismo) hace tiempo (una desdicha que, confiemos, algún día rectificará) y probablemente lo hizo, entre otras cosas, para dedicar a sus propios libros más tiempo del que había podido invertir en los inseguros pero ya estupendos diarios, crónicas, fragmentos o poemas de Días sin día, Frente al cierzo, Nomeolvides, Papel usado, En medio de todo o Una pequeña historia de amor.. Su salto a la crítica de arte (Pepe Cerdá. Entre dos luces) y a la novela (la tanteante El Anticuerpo y la redonda Paraíso Alto) fueron firmes, y la cosa derivó en 2022 y 2023 a sus dos mejores libros, ese homenaje a su ciudad titulado El peatón sentimental, y el libro de recuerdos ficcionalizados de Castigado sin dibujos, dos maravillas que calificaría de «obritas maestras» si ese diminutivo no pareciese una paradoja.. «Es en el callejero de Zaragoza, y no en la palma de mi mano, donde uno ve […] trazado el mapa de su vida», afirmó Ordovás en El peatón…, y ahora, en estas nuevas Lecciones de abismo, el autor incide en ello, pues recorre obsesivamente secretos, zaguanes, esquinas y sucesos de la ciudad, no por afán de documentar la historia colectiva sino por necesidad de entenderse y de entendernos.. De hecho, también introduce anécdotas íntimas y acontecimientos privados (no sé si reales o no) con los que, a través de paseos o juegos con su hijo, o de su separación, o del regreso a la casa de su madre y al barrio obrero…, retrata ya no otras zonas de la ciudad sino otros rincones de su alma (de la del lugar, de la suya y, de paso, de la nuestra). Y, aunque hay páginas duras, hay también mucha más luz de la que el título anuncia.
La Lectura // elmundo
En estas ‘Lecciones de abismo’, donde mucha más luz de la que el título anuncia, el escritor recorre obsesivamente secretos y sucesos de Zaragoza, no por afán de documentar la historia colectiva sino por necesidad de entenderse y de entendernos Leer
En estas ‘Lecciones de abismo’, donde mucha más luz de la que el título anuncia, el escritor recorre obsesivamente secretos y sucesos de Zaragoza, no por afán de documentar la historia colectiva sino por necesidad de entenderse y de entendernos Leer