Todos los músicos profesionales manejan alguna anécdota para las entrevistas sobre las razones que los llevaron a elegir un instrumento en lugar de otro, pero en el caso de los organistas esas historias adquieren tintes de epifanía. «Recuerdo que tenía cinco años cuando mis padres me llevaron a la preciosa Iglesia de Kiruna, al norte de Suecia», cuenta Gunnar Idenstam (Jukkasjärvi, 1961). «Era Navidad y el sonido del órgano se empastaba perfectamente con el ambiente coloridamente festivo del templo mientras, por las ventanas, la nieve cubría el paisaje con su manto».. Si no fuera por el aspecto decidida e intencionadamente rockero de Idenstam, la escena parecería sacada de un cuento de Charles Dickens. «La verdad es que no siempre he llevado estas pintas», se sincera el músico sueco. «Soy uno de esos late bloomers que descubrió algo tarde el camino que conduce al talento. Hace 25 años empecé a bailar danza folclórica sueca y algo de salsa. Lo del rock llegó poco a poco, casi sin darme cuenta, pues de adolescente no pertenecía a esa tribu. En realidad era bastante nerd, ya sabes, el típico chaval que toca el piano y anda algo obsesionado con la música clásica…».. El 16 de noviembre Idenstam regresará a Madrid para inaugurar la XI edición del ciclo Bach Vermut del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM). «Ha habido un cambio de programa de última hora: en lugar del Adagio de la Octava de Bruckner, tocaré las 18 piezas de Metal Angel», un ciclo compuesto por él mismo, con el que causó sensación en su última visita al Auditorio Nacional, hace tres años y en el que combina influencias clásicas, del heavy, también del folclore nórdico y de la música de ballet. «Antes de poner un solo dedo en los teclados, escucho lo que el órgano tiene que decirme…».. Y describe, a continuación, el sonido del imponente Gerhard Grenzing de 18 toneladas y 5.700 tubos que domina la Sala Sinfónica del Auditorio: «Tiene una paleta muy completa de colores que combinan la monumentalidad del repertorio sinfónico con una sensibilidad perfecta para abordar piezas barrocas». Y asegura que Bach, del que sonará su famoso Preludio y fuga en do mayor, habría disfrutado mucho a los mandos de este instrumento. «Su música iba muy por delante de las posibilidades expresivas que ofrecían los órganos de principios del siglo XVIII».. Gunnar Idenstam, en el órgano Cavaillé-Coll de la Basílica de Saint Sernin, en Toulouse.Clément Fumey. Además de como intérprete aficionado a la improvisación, en los últimos años Idenstam ha reivindicado su faceta compositiva con un catálogo de obras que interpreta junto a clásicos del barroco, versiones del rock sinfónico de los 70 y hasta adaptaciones de música para videojuegos. «No es algo que me haya propuesto para resultar original o sofisticado a ojos del público, sino que me sale de manera natural. Hay armonías de la tradición francesa de las catedrales que encajan a la perfección con algunos elementos y sonidos del rock progresivo o la música folclórica sueca».. De ahí que en el programa del recital haya decidido incluir dos temas extraídos de dos conocidas bandas sonoras: Gortoz a ran de Denez Prigent (de La caída del halcón negro) y He’s a pirate de Klaus Badelt (de Piratas del Caribe). «La música de cine no sólo goza de una incuestionable calidad, sino que además ha demostrado servir de señuelo para atraer al público joven a las salas de concierto». Tampoco sus propinas dejan indiferente: «El abanico es amplio: desde el Dancing Queen de ABBA a algún tema flamenco que me permita rasgar el teclado como si de una guitarra se tratara».. Idenstam culminará su actuación nada menos que con su propio arreglo del Boléro de Ravel. «Coloqué la melodía en acordes completos en la mano izquierda para aprovechar todo el potencial del órgano y transcribí una armonización en acordes en la mano derecha que imita el sonido de unas trompetas en uno de esos clímax que resultan difíciles de olvidar». Como cuando, hace unos años, se puso a los mandos del gran órgano Cavaillé-Coll de la Basílica de Santa María del Coro de San Sebastián. «España es un país fascinante en el que todo se comparte y las emociones alcanzan una gran intensidad».
La Lectura // elmundo
El intérprete y compositor sueco se pone a los mandos del órgano del Auditorio Nacional de Madrid para inaugurar el ciclo Bach Vermut del CNDM con obras barrocas y bandas sonoras Leer
El intérprete y compositor sueco se pone a los mandos del órgano del Auditorio Nacional de Madrid para inaugurar el ciclo Bach Vermut del CNDM con obras barrocas y bandas sonoras Leer