Lejos de concebir sus obras como objetos acabados y definitivos, Farah Atassi (Bruselas, 1981) reconoce en sus pinturas una transición perpetua en la que cualquier elemento es susceptible de verse convertido en otra cosa: «La pintura es para mí una exploración perpetua. No veo un cuadro como un producto acabado. Me interrogo sobre los desafíos de la representación. De un lienzo a otro, los cambios parecen sutiles, casi imperceptibles, pero cuando uno toma distancia, se percibe una transformación impactante».. Formada en París, donde reside y trabaja, Atassi ha llamado la atención en la escena del arte contemporáneo por su singular lenguaje pictórico, en el que toma elementos propios de la abstracción (fundamentalmente geométricos) para crear obras de poderosa reivindicación figurativa. Al mismo tiempo, esta «exploración» dialoga abiertamente con las vanguardias del siglo XX, especialmente el cubismo, tal como muestra su exposición Genius Loci en el Museo Picasso de Málaga, que se podrá ver hasta el 14 de diciembre.. El título de la muestra hace referencia al concepto clásico del espíritu del lugar, la singularidad que confieren a los espacios los encargados de habitarlos con sus usos y costumbres. En Atassi, el espacio es el de la propia creación artística. «Pinto desde la infancia y la cuestión del espacio se impuso desde mis primeros cuadros. En Bellas Artes, pintaba sobre todo paisajes. Luego comprendí que necesitaba crear espacios cerrados, mensurables -especies de escenas, como en el teatro- para poder expresarme verdaderamente. Necesito escenificar el espacio para interrogar la representación, para construir el lugar donde las figuras cobran sentido», cuenta la artista.. En esta indagación, Atassi ha llevado la pintura a un registro expresivo que limita a menudo con la arquitectura, casi como una consecuencia natural: «Cuando empiezo un lienzo, mi primera pregunta no es: ‘¿es bonito?, sino: ‘¿se sostiene?’. Tiene que funcionar, sostenerse en pie, como una casa construida ladrillo a ladrillo. De modo que sí, hay un vínculo profundo con la arquitectura. Hace falta una forma de aplomo, un espacio en el que se pueda creer, aunque esté deconstruido. No se puede pintar sin preocuparse por el espacio. Por eso me fascina el cubismo, que revolucionó la pintura inventando una nueva manera de concebir el espacio».. Además de la celebración del espacio como materia pictórica, el otro gran argumento de Genius Loci es el diálogo abierto con los maestros del arte moderno, como Matisse o, especialmente, Picasso: «Tengo una afinidad natural con el arte moderno. Hace veinte años, me apasionaban los constructivistas y suprematistas del periodo de entreguerras, luego mi mirada se volvió hacia el cubismo. Lo que me fascina en los artistas modernos es esa tensión entre narración y anti-narración. Hay que encontrar el equilibrio justo, la manera adecuada de introducir una forma de relato, manteniendo al mismo tiempo el tema como objeto puramente pictórico. El rechazo total de la narración me parece imposible. Los pintores modernos estaban comprometidos en una exploración constante de la pintura; para ellos, el tema era solo un vector. Es desde ese enfoque que me siento más próxima a ellos», explica Atassi, quien comparte la idea de que el cubismo «está ya tan perfectamente integrado que a menudo se olvida su origen». Aunque precisamente por ello cree necesario recordar que la pintura contemporánea «no sería lo que es sin la herencia cubista y sin la transformación radical que significó el cubismo en su momento».. La recreación del genius loci se concreta en en el taller del artista, el hábitat de la inspiración, asimilado como una obra de arte más. Por eso la muestra incluye otros elementos distintivos de un atelier: «Se presenta como una puesta en abismo del taller, una inmersión en el corazón mismo de la pintura. La presencia de bastidores monumentales en el espacio expositivo es su manifestación más clara. Junto a la comisaria Marjolaine Lévy, buscamos recrear el universo del taller para ofrecer al espectador una experiencia inmersiva, en resonancia con la escenografía de los cuadros, donde el taller del pintor aparece con frecuencia como motivo central», cuenta la artista. Para Farah Atassi, la percepción de su obra y el modo en que la misma es interpretada constituyen cuestiones fundamentales, pero, al mismo tiempo, admite la imposibilidad de ordenar y sistematizar la reacción del público: «La pintura tiene algo mágico, puede tocar a cada persona a su manera. Un cuadro siempre requiere una cierta puesta en cuestión. Nunca se revela del todo con una sola mirada».. Farah Atassi protagonizó ya en el otoño de 2022 una exposición en el Museo Picasso de París, comisariada por Florence Derieux, que en gran medida constituyó su consagración y para la que la exhibición en el Museo Picasso Málaga ofrece una especie de prolongación reveladora: algunas de las obras que pueden verse ahora en la capital de la Costa del Sol formaron ya parte de aquella exposición, si bien es en sus pinturas más recientes donde los vínculos entre la abstracción y la representación figurativa quedan reforzados con más intención. Con motivo de la inauguración de aquella exposición parisina, Atassi admitió que mantenía «una relación abstracta con la realidad», y de alguna forma esta afirmación anticipaba el tono de su creación posterior, en la que el costumbrismo de los espacios recreados abraza una especie de disolución onírica. Y lo cierto es que esta evolución la acerca aún más a Picasso, que nunca se rindió a los postulados de la abstracción (o sí lo hizo, pero a su manera) y para quien, igualmente, la obra no podía ser otra cosa que un objeto por terminar. Así, Atassi se mostraba hace unos días especialmente ilusionada ante la presentación de Genius Loci en el museo de la ciudad natal del artista, «donde flota el fantasma de Picasso» y, de paso, lanzaba esta reflexión sobre la responsabilidad social y cultural de los museos: «Vivimos en una sociedad donde el deporte y otras formas de entretenimiento ocupan un lugar dominante. Cuando los museos logran iniciar al público y crear las condiciones para un encuentro, es algo extraordinario. La pintura puede ser una revelación para quienes aún no la conocen».
La Lectura // elmundo
La artista belga reinterpreta el legado de Picasso y Matisse en la exposición ‘Genius Loci’, con un cubismo contemporáneo filtrado por una mirada femenina Leer
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