Durante años, Fahmi Alqhai soltaba una mentirijilla cuando en las estaciones le preguntaban qué llevaba en aquel pedazo de funda. Para no tener que dar explicaciones wikipédicas ni quedar tampoco como un misterioso pedante, solía decir que lo que le acompañaba era un chelo. O incluso un guitarra. «Hoy, cuando me subo a un taxi, ya reconocen que se trata de una viola da gamba», dice. «Hay más gente que sabe quién es Jordi Savall o que sabe algo de música española. Hemos avanzado desde que empecé en esto hace 30 años», confiesa uno de los grandes renovadores de la música antigua de nuestro país y el artífice -junto al propio Savall- del creciente interés por los sonidos del Barroco autóctono. Esos en los que su instrumento puntea, rasga y cruje como un relámpago barnizado hace siglos pero todavía flamígero.. Alqhai (Sevilla, 48 años) acaba de presentar junto a su formación, Accademia del Piacere, uno de los discos del año: Spain On Fire. Pasiones divinas y humanas en el Barroco español (Challenge Records). Colocarlo en un pedestal no tiene que ver con las métricas -ventas físicas y escuchas online-, sino con algo intangible como la audacia investigadora. El violagambista ha rastreado casi con afán arqueológico la diversidad y riqueza de la tradición musical de los siglos XVI y XVII, cuando España ejercía plenamente como imperio y la capital andaluza lo era también del mundo. El resultado es un conjunto de composiciones que celebra el entramado de culturas de la época y hace vibrar las tripas con un eco al mismo tiempo solemne y popular. Folías, glosas, canarios, tarantelas y otros géneros que al oído contemporáneo le costaría identificar reviven en los dedos del arreglista de origen sirio-palestino y en la voz de la soprano valenciana Quiteria Muñoz.. «La música española de finales del siglo XVI y principios del XVII es, probablemente, la más mestiza que se ha hecho nunca, con elementos cristianos, musulmanes, judíos, indios y negros. Pensar en la España de esa época en términos de pureza es absurdo», contextualiza Alqhai por videollamada. «Hay un momento histórico con el encuentro con la cultura americana que se traduce en una eclosión a nivel musical muy potente. Genera lo que se llamó estilo español, que puso la base de nuestro folclore y se expandió por toda Europa. Usaba un ritmo estandarizado y frenético junto a un esquema armónico también bastante básico y repetitivo pero que calaba muy hondo».. El repertorio à l’espagnole llegó a Versalles y a otros epicentros del poder continental, donde se veía a sus vecinos del sur con una mezcla de asco y fascinación. Como a ese rincón del mundo en el que las pasiones más elementales, y no la razón, regían la vida. La realidad es que la vieja Hispalis, gracias al oro que empezó a entrar por el puerto, se convirtió en una magnética precursora de Nueva York para los mejores creadores del momento. «Además de diversa, era la sociedad más moderna», señala el también director del Festival de Música Antigua de Sevilla (FEMAS). «Atrajo a los mejores músicos, pintores, arquitectos, cronistas… Con todas las razas del mundo metidas en el centro, sólo puedo pensar que era gente muy abierta para la época y que realmente hizo que el mundo cambiara».. ¿Valoramos ese legado cultural o todavía sufrimos la leyenda negra?. No sé si la leyenda negra es cosa de los ingleses o nos la hemos creado los españoles. En Alemania siempre han estado orgullosos de sus cosas. Es verdad que con Bach, Schumann y Brahms es imposible no sentirse orgulloso. Pero los italianos han hecho lo mismo que ellos, y yo creo que la música española está a la altura de la italiana o de la francesa. Aquí se ha escuchado mucho más a Vivaldi o a Pergolesi que a nuestros compositores, cuando muchos de ellos eran incluso mejores.. ¿Por qué?. Porque no fuimos nosotros quienes recuperamos nuestra música, sino que nos la recuperaron otros. Hablo de hace 80 a 90 años. Y porque aquí tampoco ha habido cultura de música clásica. Los conservatorios se vieron hasta el fin del franquismo como algo de viejos, aunque ahora estamos mucho mejor.. ¿Qué siente al investigar música de hace 500 años?. Responsabilidad. Muchas veces te preguntas dónde está el límite a la hora de hacer palanca en la Historia. Hay quienes me dicen si cuando hago esta música pienso como una persona de aquel momento. ¿Cómo voy a pensar yo como alguien del siglo XVI? Es imposible. Desafortunadamente, yo escucho a Bad Bunny. Dicho con todo mi cariño. No quiero decir que cuando me pongo a escribir hago como él, pero es algo que ya tienes aquí [se señala la cabeza]. Hay muchos elementos que al final te van a afectar. Eso pasa también en el sur de Italia. Al haber estado en contacto con músicos árabes, cuando oyes sus composiciones antiguas, parece que son de Argelia.. El título del álbum es una declaración de intenciones.. Al ser la continuación de Rediscovering Spain (2013), un éxito con el que hemos girado desde Estados Unidos hasta Japón, quería que reflejara precisamente cómo nos ven fuera: con el fuego, la pasión, con un clavel en la boca como Antonio Banderas.. Spain On Fire trae al presente obras de Antonio de Cabezón (1510-1566), Mateo Flecha El Viejo (1481-1553), Luis de Briceño (1610-1630), Antonio Martín y Coll (1660-1734), José Marín (1618-1699) o Santiago de Murcia (1673-1739) con arreglos de Alqhai. «Todo lo que se creó ahí sigue siendo siendo el fundamento de la música actual. El pop de hoy se asemeja mucho a lo que se hacía entonces. Hay muchísimas canciones que usan la rueda de acordes de la mariona, por ejemplo. Diría incluso que una de cada tres canciones pop tienen este tipo de esquema», enfatiza quien ha sido capaz de hacer convivir el Barroco con el flamenco gracias a sendas alianzas con Arcángel y Rocío Márquez.. Accademia del Piacere presentará en directo el trabajo en Almería (24 de julio) y Castellón (28). Antes, el 18 de mayo, estrenará en Sevilla el espectáculo Origen. La semilla de los tiempos, el más ambicioso en su cuarto de siglo de existencia y concebido con el Ballet Flamenco de Andalucía. Lenzburgo (Suiza), Utrecht (Países Bajos) y Helsinki esperan en junio, septiembre y octubre.
La Lectura // elmundo
El violagambista sevillano y su Accademia del Piacere publican ‘Spain On Fire’, que trae al presente la riqueza y diversidad sonora durante el auge del Imperio Leer
El violagambista sevillano y su Accademia del Piacere publican ‘Spain On Fire’, que trae al presente la riqueza y diversidad sonora durante el auge del Imperio Leer