El amor y la inteligencia rara vez comparten un mismo destino. Con Elegía a Iris, John Bayley nos ofrece un libro inusual: el retrato de la gran novelista Iris Murdoch en la última etapa de su vida, cuando el Alzheimer la despojaba lentamente de su genialidad. Es una obra sobre la memoria, la pérdida y la paradójica ternura de la decadencia; pero, antes que nada, sobre la pervivencia del amor cuando todo lo demás se ha perdido.. Traducción de Fernando Borrajo. Elba. 264 páginas. 23 €. Puedes comprarlo aquí.. Profesor de literatura en Oxford y esposo de la escritora irlandesa -si no han leído su asombrosa novela El mar, el mar, háganlo ya-, Bayley escribió esta elegía con una naturalidad pasmosa. Su prosa es ligera, a veces desenfadada, como si deseara conjurar el drama mediante una sutil ironía. Por supuesto, la recuerda también en sus años de plenitud; aunque no es esto lo que realmente nos conmueve en el libro, sino el relato de la vida cotidiana: la mujer que olvida las palabras, sus gestos mecánicos, su mirada vacía que a veces se llena de una dulzura antigua, humana.. Bayley no llegó ahí por casualidad: hay una calma engañosa en su forma de contar el naufragio. Uno diría que su autor no se deja llevar por las emociones. Pero, al contrario, Elegía a Iris se llena de luz al hablarnos sobre el amor que, como toda realidad verdadera, no se alimenta tanto del ardor de los comienzos como de la terca paciencia del final.. Bayley y Murdoch retratados por Margaret Thompson a mediados de los años 90.IM Society. El libro, lógicamente, no se queda en un mero ejercicio de memoria personal. Aunque Bayley no lo explicite, cabe leerlo como testimonio cultural de un tiempo ya perdido. En una época que idolatra la juventud y la velocidad, ¿qué lugar queda para la lentitud de una mente que se apaga y para la dignidad de lo que se desvanece?. No se trata de un réquiem sombrío ni de una idealización banal -su autor nos confía, por ejemplo, las habituales excentricidades de Murdoch-, sino de algo mucho más hondo: el descubrimiento de que el amor, incluso más que la memoria, es lo que nos sostiene cuando todo lo demás se derrumba.. Sin duda, en un mundo de fetiches, la lectura de este libro nos recuerda que la fragilidad puede convertirse en belleza y en verdad. Y que es ante la enfermedad y el dolor donde el hombre descubre el significado más preciso y noble del amor: aquel que se manifiesta cuando ya no puede ser correspondido.
La Lectura // elmundo
En esta semblanza de su mujer, John Bayley no traza un réquiem sombrío ni de una idealización banal, sino algo mucho más hondo: la idea de que el amor, incluso más que la memoria, es lo que nos sostiene cuando todo lo demás se derrumba Leer
En esta semblanza de su mujer, John Bayley no traza un réquiem sombrío ni de una idealización banal, sino algo mucho más hondo: la idea de que el amor, incluso más que la memoria, es lo que nos sostiene cuando todo lo demás se derrumba Leer