Vayan por delante estas dos consideraciones: Maximiliano Fuentes Codera ha escrito una buena biografía de Rafael Sánchez Mazas; y su Sánchez Mazas no es para mí el más interesante. Pero tampoco ha querido engañar a nadie. La ha titulado Sánchez Mazas. El falangista que nació tres veces. O sea, que en su estudio prevalece el falangista sobre el escritor, cuando de no haber sido el notable escritor que fue, probablemente nadie se acordaría del falangista, como nadie se acuerda ya de Arrese. Los únicos falangistas que se recuerdan (poco) fueron escritores: Eugenio Montes, Agustín de Foxá, Dionisio Ridruejo, Luys Santa Marina, Rafael García Serrano, Luis Rosales, los tovares, los laínes…. Y luego está eso de que nació tres veces. Se refiere Fuentes al nacimiento biológico de SMazas, a haber sobrevivido a su fusilamiento a manos de los milicianos que asesinaron a ropa franca junto a él a otros cuarentaiocho presos, y a Soldados de Salamina, la novela de Javier Cercas que se ocupó de esa postrera gesta de la República y que, según Fuentes, puso de nuevo a SMazas en el mapa.. Que SMazas nació dos veces, no ofrece duda. Ahora, la tercera y por la razón que dice Fuentes, lo dudo mucho: puedo dar fe de que el éxito de Cercas no logró vender ni un solo ejemplar de las obras de SMazas. Sus admirables Poesías, los ensayos de Las aguas de Arbeloa o 4 lances de boda, que su hijo Rafael Sánchez Ferlosio admiraba sin reservas, y sus novelas Rosa Krüger y La vida de Pedrito de Andía, fueron obras tan ajenas a Cercas como al falangismo y la política. O sea, que SMazas siguió y sigue tan muerto como estaba. Literariamente, me refiero. Y es comprensible, porque la novela de Cercas no va de Sánchez Mazas, sino de Cercas y la idea que este tiene de la memoria histórica, de los hechos «ni probados ni probables» sobre los que dijo basarse para escribirla, y de cómo pasar por real y verdadera una ficción política.. Al margen de estos desacuerdos, la biografía está muy bien. Y no era fácil, porque si algo es enormemente tedioso es la retórica falangista, inextricable y ramplona: ni se sabe qué querían decir («España es una unidad de destino en lo universal»), ni se ve bien adónde conduce («Voy por rutas imperiales», dicho en los años del estraperlo, no deja de tener su gracia). De modo que Falange, como el populismo fascista o comunista, quedó reducida a algunas consignas («¡Arriba España!» la acuñó el propio SMazas), un gran himno digno de mejor causa (Cara al sol), y tras la brega de la Guerra Civil, la administración de la victoria. Al principio, lo hicieron de una manera criminal. Y después, entre sordas y sórdidas luchas por el poder que Franco manejó con astucia: su desprecio por los políticos le llevó a conocer su fondo servil y a tratarlos a punta de bota. SMazas incluido. Toda esa parte, de 1936 hasta mediados de los 50, está contada por Fuentes con amenidad, seriedad, ecuanimidad y mil detalles exactos valiosos que amplían y corrigen algunos de los datos que teníamos.. Qué vida la de ese hombre. Tan cumplida y desdichada al mismo tiempo. Alcanzó a ver el triunfo de sus ideas (lo que no lograron ni José Antonio ni Ruiz de Alda, eliminado uno y asesinado el otro al comenzar la guerra, carnets 1 y 2 de Falange; SMazas fue el 3); un golpe de suerte le hizo millonario; y contó con el respeto de casi todos en el periodismo y en la literatura. Pero al mismo tiempo acabó solo, llevándose mejor con las nueras que con los hijos («todos me han salido rojos», admitió desconcertado), y teniendo a su madre más cerca que a su mujer, la elegante y temperamental Liliana Ferlosio.. Dotado como pocos para la literatura, que mantuvo alejada de la que él mismo llamó «prosa de munición», SMazas, un Baroja pasado por el Renacimiento y el catolicismo, nos dejó algunas de las páginas más hermosas del siglo XX. ¿Despertará esta biografía la curiosidad de algún lector, le llevará hasta sus escritos? No le resultará fácil, la mayor parte de ellos han desaparecido de la circulación. O sea, que de nuevo la política ha vencido a la literatura, por desgracia.
La Lectura // elmundo
Dotado como pocos, un Baroja pasado por el Renacimiento y el catolicismo, nos dejó algunas de las páginas más hermosas del siglo XX. ¿Despertará esta biografía la curiosidad de algún lector por sus escritos? Leer
Dotado como pocos, un Baroja pasado por el Renacimiento y el catolicismo, nos dejó algunas de las páginas más hermosas del siglo XX. ¿Despertará esta biografía la curiosidad de algún lector por sus escritos? Leer