Si la historia de éxito del cómic español en las dos últimas décadas fuera una película de Quentin Tarantino, en la escena clave aparecería Paco Roca clavando una inyección de adrenalina en el pecho de un semicadáver. ¡Chac! El estado de salud de la industria autóctona de las viñetas le debe mucho al efecto revitalizador del primer título superventas de Roca, Arrugas, publicado en 2007 y revolucionario por muchos motivos. Aquí van tres: 1) Su protagonista no era un antihéroe paródico, sino un empleado de banca jubilado y con Alzhéimer; 2) Apelaba a un lector adulto y pretendía hacer pensar más que entretener; y 3) Trascendía el concepto tradicional de álbum para desembocar en lo que a partir de entonces se empezó a conocer como novela gráfica.. Arrugas y María y yo, de Miguel Gallardo, que llegó al público al mismo tiempo y abordaba la crianza y el autismo, propiciaron el despegue de la historieta patria como nicho creativo y filón económico después del monumental boquete que había dejado la factoría Bruguera tras su cierre a mediados de los años 80. En paralelo, y de forma espontánea, establecieron una línea muy específica para otros creadores locales interesados en contar historias alejadas de las que acostumbraban a presentar los tebeos hasta ese momento. También hicieron espabilar a libreros, periodistas e incluso gestores culturales. De repente, en la escaleta del telediario o en la biblioteca del Museo Reina Sofía se hablaba de cómic social. Un rompehielos oculto bajo una etiqueta entrañable.. Justo ahora, España prepara las maletas para ejercer como país invitado en el Festival de Angoulême, que se celebra desde el próximo 29 de enero al 2 de febrero. Su presencia en la meca del noveno arte en Europa con más de 100 profesionales del gremio, pabellón propio y cuatro grandes exposiciones repartidas por la localidad evidencia que el circuito ha alcanzado cotas de excelencia y diversidad inimaginables hace sólo un cuarto de siglo. La antaño cuna risible de Mortadelo, Superlópez o Zipi y Zape se presenta hoy ante el mundo como seria aspirante a potencia. O al menos como candidata a sentarse un ratito a la mesa del G-3 comiquero: Estados Unidos, Japón y el mercado que forman Francia y Bélgica.. Con una facturación de 130 millones de euros en 2024 -el 7% de todo el mercado editorial, excluidos libros de texto- y 4.600 nuevos lanzamientos por ejercicio, la historieta española constituye un sector «relevante y estratégico» para el Ministerio de Cultura. Su titular, Ernest Urtasun, así lo aseguró en el acto de presentación del programa en la sede madrileña del Institut Français. «Ser país foco en Angoulême es cumplir un sueño colectivo y nos marca un camino para que en las políticas públicas el cómic tenga el peso que se merece», añadió Urtasun como si de la boca le saliera un bocadillo de texto.. La delegación española acudirá al festival como La Roja a la Eurocopa: con estrellas indiscutibles y promesas a punto de echar la puerta abajo. Entre los autores que viajarán y ya disfrutan de reconocimiento nacional e internacional están algunos de los ganadores del Premio Nacional del Cómic, convocado precisamente por el Ministerio de Cultura desde 2007. Por ejemplo, Max (autor del cartel conmemorativo de la presencia en Angoulême y ganador de la primera edición), Roca (vencedor de la segunda) o Bea Lema (galardonada en la última). También colegas con alguno o varios Eisner -los famosos Oscar del cómic- en sus vitrinas, como Salvador Larroca, David Aja o Juanjo Guarnido. Y, por último, jóvenes creadoras como Aneke, Yeyei Gómez o Alba Chan.. «La primera vez que estuve en Angoulême lo hice con unos amigos como simple aficionado y soñando con volver como autor algún día», confiesa Paco Roca mientras le da descanso al lápiz en Valencia. «Llegué a coincidir en una cafetería con José Luis Munuera, que estaba en lo más alto porque acababa de sacar su primer Spirou. Entonces eso era lo máximo a lo que se podía llegar. En España no había referentes, ni mercado. No había nada. Si querías triunfar tenías que hacerlo en Francia y seguir el camino de toda la gente que se había ido allí a vender su talento. Las cosas han cambiado mucho desde entonces… Personalmente, todo lo que me ha sucedido a mí desde que me encontré a mi admirado José Luis en aquella cafetería era impensable».. Viñeta de ‘Todo bajo el sol’, de Ana Penyas, primera mujer en ganar el Premio Nacional del Cómic, en 2018.SALAMANDRA GRAPHIC. Y lo mismo puede decirse del paisaje post Arrugas. ¿Cómo se ha pasado del erial de finales de los 80 y principios de los 90 al huerto rebosante de 2024? Resumiendo muchísimo: en el cambio de siglo surgieron editoriales independientes como Astiberri y Sins Entido, que acabaron con la percepción del tebeo como producto de consumo infantiloide y fomentaron el gusto por el tono intimista; brotaron como champiñones por todo el territorio nacional los Salones del cómic, a rebufo del más señero de todos: el de Barcelona (1981); se multiplicó la publicación de títulos foráneos avalados por sus versiones televisivas o cinematográficas (de Dragon Ball a Spiderman); se produjo una emigración inédita hacia las mesas de dibujo de los gigantes estadounidenses, con Carlos Pacheco, Salvador Larroca y Pasqual Ferry como jefes de expedición; sobrevivió El Jueves al resto de revistas satíricas de la Transición el suficiente tiempo como para mutar en escuela de nuevos talentos; desaparecieron los tebeos de grapa de los quioscos y el lugar de estos lo ocuparon las librerías especializadas con dependientes-prescriptores; se profesionalizó radicalmente la parte menos visible del negocio de la viñeta, con la creación de agencias de representación de autores…. Y mientras tanto, para deleite de los nostálgicos, el maestro Ibáñez seguía provocando la multitudinaria cola de cada primavera en la Feria del Libro de Madrid.. «Uno de nuestros problemas es que nos miramos en el espejo de Francia, donde hay series que venden un millón de ejemplares. Pero eso es una rareza». Paco Roca. El resultado ha sido algo muy parecido a una edad de plata del cómic español. Con Akira Cómics, un local de barrio y con gestión familiar reconocida en 2012 como la mejor tienda de historietas del mundo, como indiscutible icono a pie de calle: en 30 años de existencia en el extrarradio madrileño ha triplicado su plantilla (de cuatro a 12 trabajadores) y ha ampliado su superficie de los 25 metros cuadrados originales a los 1.080. Y, por supuesto, con el actor, músico y coleccionista Carlos Areces como embajador mediático del tebeo y relevo pop de Terenci Moix.. «Vivimos un momento de explosión creativa. Hay una diversidad de estilos y un interés en la exploración del lenguaje mayor que en otras épocas», admite desde su estudio sevillano Ana Penyas, primera mujer en recibir el Premio Nacional del Cómic en 2018. «Además, es un medio joven que está viéndose legitimado y abriéndose paso en ámbitos donde todavía no había llegado. A todo esto hay que sumar la irrupción de la mirada femenina con nuevas generaciones de autoras y lectoras».. Varias viñetas de ‘Emotional World Tour’, el diario-cómic de Paco Roca y Miguel Gallardo tras el éxito de ‘Arrugas’ y ‘María y yo’.ASTIBERRI. «Las mujeres se han lanzado a contar sus historias de una manera novedosa y sorprendente, gracias, sobre todo, creo yo, a que han crecido y se han formado ajenas casi por completo a la larga tradición del medio», observa Max. «No se han nutrido demasiado de ella y, por tanto, tampoco han tenido que luchar para desembarazarse de ella. La tradición es genial, pero su peso también ahoga».. «Leí hace un par de semanas que un 12% de los lectores habían leído un cómic en el último año, el doble que en la anterior edición», comparte la coruñesa Bea Lema. «Tenía esa intuición porque había comprobado que El cuerpo de Cristo llegaba a lectores muy diversos: lo puede leer una señora de 60 años que no suela hojear novela gráfica como quien sí lo haga a menudo», cuenta a propósito de uno de los trabajos más experimentales que se han publicado aquí en años, en el que mezcla ilustraciones… ¡y bordados! Acaba de llegar a la quinta edición.. «Hay una cantidad de autores y autoras espectacular y de un nivel magnífico», sintetiza Laureano Domínguez, editor de Astiberri tras pasar por Norma Editorial y Ediciones B. «Las ventas también van mejorando. Es verdad que no todos los títulos son superventas, pero por lo menos el cómic ha salido bastante del gueto en cuanto a público».. «Tenemos talento de sobra, y no lo digo desde un punto de vista patriótico, sino desde el hecho y la prueba. Los mejores autores de Marvel y DC, hoy por hoy, son españoles. Hay un caudal de talento innegable que está llegando incluso a Japón», resume el guionista Javier Marquina a caballo entre Barcelona y Huesca. Y añade: «Muy pocas veces habíamos tenido un abanico tan gigantesco de publicaciones, y de todo tipo. Cualquier lector entra en una librería dedicada al cómic y casi le abruma la cantidad de títulos a la que puede acceder».. Si la historia de éxito del cómic español en las últimas dos décadas fuera un documental de National Geographic, veríamos moviéndose a cámara lenta al detective gatuno de Blacksad en compañía de Astro-ratón y la unicornia Sadalbari. La apuesta en tierras de Astérix situará en el escaparate obras que reflejan la variedad de géneros, sensibilidades y formatos que conforman el actual catálogo made in Spain: desde las aventuras de superhéroes, el noir y la ciencia ficción a la salud mental, la memoria democrática y la rebeldía adolescente; del webcómic al fanzine de autor. El programa de Angoulême pretende igualmente a dar a conocer la pluralidad lingüística del Estado y visibilizar la igualdad de género, que a nadie se le escapa que son dos ejes políticos del Gobierno.. «Los mejores autores de Marvel y DC, hoy por hoy, son españoles. Hay un caudal de talento innegable que está llegando incluso a Japón». Javier Marquina. Hay otra derivada que no es necesario verbalizar de forma explícita: España aspira a reforzar su influencia como poder blando global y, consecuentemente, a materializar el impacto cultural del cómic -como el del cine o la gastronomía- en ingresos. A Corea del Sur no le va nada mal con el El juego del calamar, el kimchi, la Nobel Han Kang y el k-pop. Y qué decir de su vecino nipón: el bum del manga en nuestro país, con la publicación de 1.700 novedades al año, festivales temáticos en capitales de provincia y una capacidad de arrastre envidiable entre el público juvenil, puede servir perfectamente como referencia e inspiración.. Para competir en la liga del entretenimiento mundial, España está dando diminutos pero simbólicos pasos. La incorporación al calendario del Día Nacional del Cómic y del Tebeo en 2022 sería uno. Como la reciente publicación del Libro Blanco del Cómic por parte del Ministerio de Cultura y la Sectorial del Cómic. Se trata de un estudio pionero que hace un TAC a este medio de expresión y quiere servir de palanca para futuras actuaciones, léase el desarrollo de planes concretos o la concesión de ayudas públicas.. Una de las páginas, dibujadas y bordadas, de ‘El cuerpo de Cristo’, de la gallega Bea Lema, última obra en recibir el Premio Nacional del Cómic.ASTIBERRI. «Aporta una cantidad ingente de información basada en datos reales, a partir de los cuales diagnosticar los problemas del sector y emprender unas políticas culturales de fomento de la Historieta que no sean simples brindis al sol», interviene Max desde Mallorca. «Por lo que respecta a los autores, llevo años insistiendo en que lo que más necesitamos es una política de becas específicas a la creación. Pero ahora, además, exigimos la protección urgente de nuestros derechos frente al saqueo de la IA generativa. Y ahí estoy viendo que el Ministerio no parece ir por buen camino…», asoma el dibujante guerrillero que abanderó el cómic underground barcelonés desde de la redacción de El Víbora.. Borja González, penúltimo ganador del Premio Nacional del Cómic, considera que la elaboración del Libro Blanco «era algo muy necesario para el Ministerio, ya que gracias a todas esas entrevistas y estadísticas han podido asomarse a la realidad del sector». Eso sí, matiza desde Badajoz: «También es un libro de consulta verdaderamente útil para que abandones cualquier esperanza de profesionalizarte en el mundo del cómic».. «Lo que más necesitamos es una política de becas a la creación y exigimos la protección urgente de nuestros derechos frente al saqueo de la IA». Max. «Se podía haber hecho de otra manera y es mejorable, como todo, pero por algún sitio había que empezar. Si queremos tener una industria es preciso establecer el estado de situación y el marco de actuación. Igual que es necesario hacer un estudio de mercado riguroso sobre qué se vende, cómo, cuándo y a quién. Sin eso, no se puede redactar un plan empresarial, por lo menos en términos económicos», añade Marquina. «Dicho esto, hay una industria del cómic en España, pero no una industria del cómic español. Existe una gran diferencia entre lo uno y lo otro. Es decir, hay publicaciones, tiendas, distribuidoras… pero no una industria que permita a los autores españoles vivir del cómic en España».. Si la historia de éxito del cómic español en las últimas dos décadas fuera un monólogo de Ricky Gervais, el mayor chorreón de ácido correría a cargo precisamente de Marquina. Durante el confinamiento se le ocurrió denunciar la precariedad laboral de los artistas con humor corrosivo y en formato fanzine. La reflexión que planteó junto a la dibujante Rosa Codina provocó tal agujeraco que acabó reeditándose en pasta dura. Cómo salvar la industria del cómic (sin tener ni puta idea) es una mirada a la trastienda inquietante del sector. A un reparto de ingresos que ofrece una porción liliputiense (10%) precisamente a quienes generan la materia prima. A un mercado que se dedica fundamentalmente a comercializar obras traducidas (más del 85%, según el Libro Blanco). En definitiva, a una dinámica laboral tortuosa que, a pesar de los pesares, resulta pegajosa para los creadores, abocados a una de estas tres opciones: irse fuera a probar suerte, dejar el oficio -después de hacer malabares con otros empleos- o tragar.. Las reflexiones del guionista Javier Marquina y la dibujante Rosa Codina en ‘Cómo salvar la industria del cómic (sin tener ni puta idea)’.ECC Ediciones. Borja González suele decir que a él le va bien, publica en varios países… y apenas es mileurista. «Hay más lectores, más editoriales, más presencia en medios, más interés y más autores. No hay manera de entender eso como algo malo, pero lo cierto es que sigue siendo complicado vivir del cómic, aquí en España y también en otros mercados más sólidos. A la industria parece irle bien, o esa es la sensación que tengo. Pero siempre me gusta recordar que los autores no formamos parte de ella», especifica. ¿El vaso entonces está medio lleno o medio vacío? «Lo único seguro es que hay un vaso con agua».. «De la mayoría de los títulos que se publican, los autores lo único que van a recibir es entre 3.500 y 3.000 euros en concepto de adelanto. Y eso está lejos de ser un salario digno», critica Penyas. La tirada media de un cómic en España no supera los 2.500 ejemplares para el 72% de las editoriales, según el Libro Blanco. «Con esa cifra no vas a ningún lado. Comparada con las de los tres principales mercados es una ridiculez», expone Jesús Marugán desde Akira Cómics, en el barrio del Pilar (Madrid), consciente de que para que el sector subsista también es imprescindible la renovación generacional. Por eso organiza talleres y todo tipo de actividades para niños relacionadas con las viñetas.. «Hay más lectores, más editoriales, más presencia en medios, más interés y más autores. Pero lo cierto es que sigue siendo complicado vivir del cómic». Borja González. Si la historia de éxito del cómic español en las últimas dos décadas fuera un videojuego de disparos en primera persona, todavía quedarían algunos blancos móviles a los que apuntar. «Encontrar lectores. No se me ocurre nada más importante que eso», ataja Borja González cuando se le pregunta por los desafíos del medio, condenado por lo que se ve a oscilar entre la penumbra del todomalismo y el brillo cegador de sus representantes bestsellers.. De acuerdo con los datos sobre hábitos de lectura de 2024 recién presentados por la Federación de Editores de España, el disfrute de cómics ha pasado del 10,8% al 13,8% en relación al pasado año. «Desde que tengo uso de razón llevo escuchando que el cómic se muere. Primero con el VHS, luego con los videojuegos, más tarde con internet… Y yo cada vez veo más tiendas, más editoriales y más autores», observa Pepe Caldelas, guionista y responsable de Nutopi@ Agency, donde vela por los intereses de Jorge Jiménez (Batman), Bruno Redondo (Nightwing), Daniel Sampere (Wonder Woman) y Rafa Sandoval (Superman).. «Las dos visiones son legítimas», tercia Roca. «El mundo del cómic, como el del libro, el del cine, el del teatro o de la música, es bastante precario. Uno de nuestros problemas es que nos miramos en el espejo de Francia, donde hay series que venden 100.000, 500.000 o un millón de ejemplares. Pero es que eso es una rareza. Y ni siquiera la industria francesa es lo que era: cada vez paga menos adelantos, los contratos suelen ser leoninos…».. Además, el autor de El abismo del olvido invita a tener en cuenta ciertos intangibles. «Cuando aparecieron María y yo y Arrugas no había muchos cómics que se pudieran reseñar sin tener que dar una larga explicación. Watchmen, por ejemplo, obligaba a hablar de la ruptura con el mundo del superhéroe. Eso hizo que nuestros trabajos tuvieran muchísima difusión y fueran fáciles de comprar. Pero fue un poco coincidencia. Si se hubieran publicado cinco años antes, por ejemplo, igual habrían pasado totalmente desapercibidos como muchos otros títulos que ahora consideramos precursores de la novela gráfica».. Porque todo esto que pasa ahora, conviene recordarlo, pudo no haber sucedido.
La Lectura // elmundo
La presencia de España como país invitado en el festival de Angoulême proyecta la historieta autóctona a cotas inéditas. De paso, invita a revisar las luces y sombras del éxito de las dos últimas décadas: «Hay más lectores, editoriales, presencia en medios y autores, pero sigue siendo complicado vivir de él» Leer
La presencia de España como país invitado en el festival de Angoulême proyecta la historieta autóctona a cotas inéditas. De paso, invita a revisar las luces y sombras del éxito de las dos últimas décadas: «Hay más lectores, editoriales, presencia en medios y autores, pero sigue siendo complicado vivir de él» Leer