Es un viejo silo de granos construido hace casi cien años, un gran edificio de hormigón que ha estado inactivo durante años y que ahora ha resurgido como un centro cultural. Kunstilo es el título del reciente museo enfocado en el arte nórdico, ubicado en Kristiansand, la sexta ciudad más grande de Noruega, que inauguró a mediados de 2024. El país ha estado invirtiendo durante años en cultura, que es una fuente inagotable de poder blando, una forma de influencia que puede ser tan significativa como el poder militar en las relaciones internacionales. Con esta estrategia, Noruega se posiciona en el ámbito del turismo cultural, busca un futuro con menor dependencia del petróleo y fortalece su imagen en un entorno de tensión geopolítica creciente, mientras la amenaza que representa Rusia bajo el liderazgo de Putin se extiende por toda la región. Escandinavia desea que su perspectiva sea finalmente reconocida para finalizar con el presunto excepcionalismo ártico, una creencia que afirmaba que los acontecimientos en los países nórdicos eran irrelevantes para el resto de Europa y el mundo.
El renovado Kunstilo, un centro de arte nórdico ubicado en un edificio industrial reformado, simboliza el firme compromiso del país con la cultura como fundamento del acuerdo social.
Es un viejo silo de granos construido hace casi cien años, un gran edificio de hormigón que ha estado inactivo durante años y que ahora ha resurgido como un centro cultural. Kunstilo es el título del reciente museo enfocado en el arte nórdico, ubicado en Kristiansand, la sexta ciudad más grande de Noruega, que inauguró a mediados de 2024. El país ha estado invirtiendo durante años en cultura, que es una fuente inagotable de poder blando, una forma de influencia que puede ser tan significativa como el poder militar en las relaciones internacionales. Con esta estrategia, Noruega se posiciona en el ámbito del turismo cultural, busca un futuro con menor dependencia del petróleo y fortalece su imagen en un entorno de tensión geopolítica creciente, mientras la amenaza que representa Rusia bajo el liderazgo de Putin se extiende por toda la región. Escandinavia desea que se reconozca su perspectiva para acabar con la idea del excepcionalismo ártico, que afirmaba que los eventos en los países nórdicos estaban aislados de lo que ocurría en Europa y en el resto del mundo. Desde la devastación causada por los nazis hasta convertirse en un centro cultural europeo en 2024, Bodø abre sus puertas a todos para celebrar su resurgimiento final. Resultaría un exceso interpretar este cementerio industrial, renovado con el mayor cuidado por la firma catalano-noruega Mestres Wåge Arquitectes, como una estrategia de revancha; sin embargo, sus creativos enfatizan que es crucial crear espacios donde se intercambien valores más allá del odio. «En estas épocas de transformaciones y retos, lo que sucede a nuestro alrededor subraya la relevancia de mantenernos unidos.»
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