El «yo» de Love me tender es el de una desertora. Alguien que, a los cuarenta y siete años, abandona todos sus deberes y compromisos: un trabajo prestigioso, la familia («vivir demasiado cerca acaba generando odio»), una clase social acomodada y una orientación sexual normativa. Deja atrás la toga de abogada, rompe un matrimonio de dos décadas, se desprende de lo material y se exilia en los cuerpos de otras mujeres, como una manera de abrirse a otro mundo. No es simplemente una exploración sexual («es un poco como el decorado de un escenario, lo que yo busco se encuentra detrás»), sino un medio para excavar en una soledad que la ponga a prueba.. Traducción de Palmira Feixas. Alpha Decay. 160 páginas. 17,50 €Puedes comprarlo aquí.. «Para mí, la homosexualidad no significa nada más que un vacío de todo lo demás. Algo así como las vacaciones de verano, algo vasto como el mar, sin nada en el horizonte, nada que lo cierre, nada que lo defina», afirma. Solo entonces puede entregarse a la escritura («cuando escribes no queda espacio para nadie»).. Sin embargo, hay un vínculo que aún le impide alcanzar ese punto a partir del cual ya no hay retorno del que hablaba Kafka: su hijo Paul, menor de edad. Por qué no podemos desertar de «esa historia grandiosa del amor», se pregunta. En todas sus formas. Constance Debré (París, 1972) narra una transición, un impasse («mi curro consiste en esperar, nadar y follar con mujeres»), una identidad que se revela al desafiar las convenciones («hacer cosas de las que no te creías capaz procura cierto placer»).. La cronología está marcada por los tribunales, los peritos judiciales y los mediadores, pues su marido, en una suerte de venganza, exige la custodia del hijo, que vive con él. Pide el divorcio y medidas cautelares urgentes, alegando que ella es una mala madre que pervierte a su hijo. «Un juez le dice a un niño que no es una verdadera madre porque no es una verdadera mujer porque no ama verdaderamente a los hombres».. Love me tender, organizada en tres secciones, cada una con capítulos breves, crea una peculiar sensación de proximidad con ese yo a la deriva, pero convencido del valor de su odisea, tan íntima como universal. Quizás por su experiencia en los tribunales defendiendo los relatos que construye de sus clientes («No es el hecho de que sean culpables lo que me fascina, es ver hasta dónde puede llegar un hombre», cuenta en Playboy, su título anterior, inédito en español), Debré logra desafiar los sentimientos y las certezas de quien la lee, impactando en cuerpo y mente por igual, sin recurrir a transgresiones gratuitas.
La Lectura // elmundo
En ‘Love me tender’, novela que ha causado un terremoto en Francia, la abogada y escritora narra su abandono de una vida tradicional desafiando los sentimientos y las certezas de quien la lee Leer
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