Jackson Pollock se mató en 1956 en un accidente automovilístico y resultaba consecuente que la revelación del arte pop se diera en un viaje en coche por California: «Cuanto más al oeste íbamos, más pop parecía todo desde las autopistas. De pronto nos sentimos como parte de aquello porque aunque el pop estaba en todas partes […], para nosotros era la nueva forma de Arte. Una vez que te has convertido al pop, ya no puedes volver a ver las cosas del mismo modo […]. El misterio había desaparecido, pero lo asombroso no había hecho más que empezar».. Así lo contó en su día Andy Warhol, a quien en 1999 dedicó Estrella de Diego (Madrid, 1958) su celebrado ensayo Tristísimo Warhol. Cadillacs, piscinas y otros síndromes modernos, que recupera ahora la editorial Anagrama, tal y como advierte la autora en el nuevo prólogo, «sin apenas cambios».. Anagrama. 288 páginas. 20,90 € Ebook: 10,99 €. Puedes comprarlo aquí.. La reedición tiene su sentido de la oportunidad y coincide con la exposición Warhol, Pollock y otros escenarios americanos que, comisariada también por Estrella de Diego, se inaugura hoy en el Museo Thyssen de Madrid. Más allá de estos escenarios, lo cierto es que la reformulación del arte propuesta en sus páginas, que cuestionaba la presunta transición de un arte pasional como el expresionismo abstracto a otro frío y melancólico representado en el pop, sigue siendo oportuna. El mundo, admite la autora, ha cambiado, pero la resistencia de la historia del arte a revisar sus paradigmas más prejuiciosos es tanto o más recia que hace veinticinco años.. Tristísimo Warhol empieza con la muerte de Pollock y acaba con la muerte de Warhol, pero en esta transición hay más protagonistas: «Hamilton y Johns hacen mucho más que inaugurar un siglo: nos devuelven una mirada, la nuestra, que es a la vez frígida y nostálgica, que desea siempre lo que no puede tener. Luego algunos los llamaron pop porque no supieron cómo llamarlos».. Ni David Hockney ni Tom Wesselmann tuvieron que repetir las piruetas de Pollock para apartarse de Picasso, pero las piscinas del primero y las mujeres del segundo anticipan que el centro de la cuestión ya es otro. Si Lucio Fontana había rajado los lienzos, Warhol nos muestra con sus latas de sopa Campbell lo que podemos ver a través, al otro lado: lo superficial, esto es, en palabras de André Malraux, «la posibilidad de arrancar algo a la muerte, aunque nos lleve luego». El deseo de ser tan famoso como la reina de Inglaterra es el deseo de los solitarios sin pasado, pero deseo al fin y al cabo. Para vivir, basta.
La Lectura // elmundo
Anagrama recupera ‘Tristísimo Warhol’, el ensayo de Estrella de Diego sobre la naturaleza del pop y su identidad melancólica respecto al anterior furor pasional del expresionismo abstracto Leer
Anagrama recupera ‘Tristísimo Warhol’, el ensayo de Estrella de Diego sobre la naturaleza del pop y su identidad melancólica respecto al anterior furor pasional del expresionismo abstracto Leer
