Cuando Abdulrazak Gurnah (Zanzíbar, 1948) ganó el Premio Nobel, en 2021, en España apenas se habían traducido tres de sus diez novelas. Fue uno de esos ganadores sorpresa, que pocos lectores conocían. Escritor y académico en la Universidad de Kent, donde obtuvo su doctorado e impartió clases de literatura poscolonial, la obra de Gurnah explora las cicatrices que el imperialismo europeo dejó en África y en la propia metrópoli.. Su biografía encarna las turbulencias políticas de Zanzíbar, una isla-paraíso en medio del Índico, enclave estratégico de la ruta de las especias (también del esclavismo) y auténtico crisol de culturas, donde dos años antes que Gurnah, había nacido Freddie Mercury, cuyo nombre real era Farrokh Bulsara, hijo de una familia india. Tras siglos bajo la influencia del Sultanato de Omán, Zanzíbar fue un protectorado británico hasta la revolución que trajo la independencia en 1963, como en otros países africanos.. Siguió una ola de violencia, dirigida sobre todo contra las minorías árabes e indias, que desembocaría en un regimen socialista autoritario y la unión con Tanganika en 1964 para formar la moderna Tanzania. El Abdulrazak adolescente fue testigo de la represión, del terror en las callesy del cierre de escuelas.Cuando cumplió 18 años huyó de la isla de forma ilegal para establecerse en Reino Unido.. Allí pudo seguir estudiando y en 1987 publicaría su primera novela con el significativo título de Memory of Departure (Memoria de la partida, aún no traducida al español) que ya anticipaba los temas centrales de toda su obra: el exilio, el desarraigo, la identidad fragmentada, la soledad, el recuerdo… Todo con el telón de fondo de las tensiones poscoloniales, como también exploraría en Paraíso, A orillas del mar o El desertor (todas publicadas por Salamandra).. Aunque fuera un desconocido para el gran público, una universidad española ya estudiaba su obra desde 2010, en la latitud más insospechada: Lleida. El grupo de investigación Ratkanara, dedicado a la literatura poscolonial del ámbito del Océano Índico, y fundado por las doctoras Esther Pujolràs y Felicity Hand, lleva lustros analizando a Gurnah. Por eso, el autor viajó a España la semana pasada, para ser investido doctor honoris causa por la Universidad de Lleida, la segunda que le otorga ese reconocimiento después de la Pontificia de Perú. Un viaje que coincidió con la presentación de su último libro, el que ya había empezado a escribir cuando recibió el Nobel.Un largo camino (Salamandra) es un mosaico de la vida en Zanzíbar desde su revolución hasta los primeros 2000. Recién aterrizado en Barcelona, con un dolor de garganta que le preocupa («Tengo una charla en la biblioteca, no me hagas hablar mucho», pide), baja la voz para conservarla y dibujar un Zanzíbar lejos del mito.. En este libro alterna palabras en suajili y en árabe de forma indistinta, como un reflejo de la forma natural de hablar en Tanzania.. Sí, pero no porque sea árabe, sino porque gran parte del vocabulario en suajili proviene del árabe, así como de otros idiomas. No necesitas hablar árabe para usar estas palabras y entender su significado. Te contaré una historia interesante… ¿Conoces al escritor sudanés Tayeb Saleh?. Fue uno de los grandes escritores en árabe, pero está poco traducido al español…. Época de migración al norte (1966)es su libro más famoso. Hace muchos años, lo conocí en Estados Unidos en una conferencia o algo por el estilo. Y me dijo: «Fui al aeropuerto de Mombasa, en Kenia, y vi todos esos letreros. Se supone que están en suajili, pero no. ¡Están en árabe!» [ríe]. No, no es así. Simplemente son palabras prestadas que ahora son palabras en suajili. Y los hablantes de suajili, como mi hijo, las consideran palabras en suajili, no siempre saben que derivan del árabe. Así funciona el lenguaje.. ¿Cree que si hubiera escrito en suajili en vez de inglés, habría sido reconocido con el Nobel? Solo cinco escritores africanos han ganado el premio: el nigeriano Wole Soyinka, los sudafricanos J.M. Coetzee y Nadine Gordimer, el egipcio Naguib Mahfuz y usted. Todos escribiendo en inglés, salvo Mahfuz, el único escritor en lengua árabe que ha ganado en más de un siglo…. Esto es un problema tanto de lectores como de la existencia, o no existencia, de una industria editorial. Actualmente existen muchos escritores que buscan publicar en ciertos géneros literarios, tal vez crimen o romance, donde hay una gran cantidad de lectores. Pero hay mucha gente escribiendo en lenguas vernáculas, locales. Algunas son más dominantes que otras. El suajili es una de ellas: lo hablan millones de personas. Y hay una literatura creciente y un público lector en aumento. Pero el problema es que la gente no lee realmente por placer. El público lector sigue siendo bastante limitado y los editores luchan por vender libros en cualquier idioma. Otra cuestión es la difusión de las lenguas africanas, que no se promociona lo suficiente. Pero, por supuesto, si escribes en inglés… No siempre es una elección. Quizás el hecho de que yo tenga un idioma como el inglés es un accidente histórico. Podría haber sido colonizado por España, podría estar hablando español, pero no necesariamente escribiendo en ese idioma. El accidente es que fueron los británicos quienes nos colonizaron. Y encontré una relación con el inglés que me permitió expresar ideas de una manera interesante. No siempre es una cuestión de elegir. Es suerte.. En su discurso del Nobel se definió como un «hijo del colonialismo» y habló de la necesidad de desarrollar una «narrativa familiar de emancipación racial y progreso». ¿Para usted la literatura supone ese espacio de libertad?. Sí, claro. Libertad en el sentido de que permite una especie de expresión que no tiene que ver con la obligación. No tengo que escribir. Nadie me pidió que lo hiciera. No escribo porque ocupe una cierta posición política ni para persuadir a nadie. Escribo lo que pienso. Así que en este sentido es la libertad de decir lo que quiero decir, lo que me interesa. Y la libertad también es tuya. No tienes que leerlo. No hay obligación para mí de escribir ni hay obligación para ti de leer. Es la libertad total, esa es la belleza de la literatura.. Sin embargo, en Occidente hay una escasez de las narrativas del llamado Sur Global. Antes del Nobel, había muy pocas traducciones suyas, por ejemplo…. Esto es lo que hace algo como el Nobel o los premios. Y es uno de los grandes y maravillosos beneficios para los escritores. Pero también es algo maravilloso para nosotros como lectores, que podamos conocer escritores de los que, de otra manera, no habríamos oído hablar nunca. Pero eso también requiere que haya un público lector receptivo, listo para que le digan: ‘Sí, oh, interesante. Déjame descubrir más sobre esto’. Tiene que haber ese impulso para leer, que ya exista una cultura lectora en la sociedad. De lo contrario, es solo una cuestión de celebridad.. El escritor Abdulrazak Gurnah en Barcelona.VICTÒRIA ROVIRA / ARABA PRESS. Su primera novela tras el Nobel es muy psicológica, casi se lee como un cuento moderno en el que plantea varios dilemas morales. Hay abandonos y traiciones, pero no moraliza, incluso se llegan a entender los actos más cobardes y egoístas. ¿Deja que sea el lector quien juzgue a sus personajes?. Como lector quieres poder entender, hacer tus propios juicios. Yo solo construyo personajes con luces y sombras, como somos todos. ¿Cómo lidian con lo que la vida les ha dado? Todos tienen comienzos problemáticos en la vida. No es fácil el lugar desde donde empiezan, ya sea la orfandad, el abandono… Y ese fue mi interés: explorar cómo lidia la gente con la suerte que le ha tocado. Algunos tienen integridad, otros osadía, otros lo tienen todo en contra pero saben esperar, otros son guapos y lo tienen más fácil… ¿Toman las decisiones correctas? [sonríe y se encoge de hombros].. El título de su libro en inglés es simplemente ‘Theft’ (Robo). No solo en un sentido literal, sino más bien en un sentido metafórico, con personajes a los que les han robado la infancia, la identidad, incluso una vida. ¿La idea de robo también está relacionada con la historia política de Zanzíbar?. En efecto, hay muchos robos y acusaciones de robo. Por ejemplo, el hotel que aparece en la novela es un edificio robado que pertenecía a otra familia. El Estado lo expropió y probablemente lo vendió barato a algún amigo. Aunque hay algunos robos literales supongo que los más importantes son metafóricos. Está la vida de Raya, a la que casan a los 17 años con alguien que no conoce. Eso es una especie de robo. Ella escapa, pero hay un precio que pagar. Varios personajes tienen infancias robadas. Pero el mayor robo es la libertad por parte de un estado autoritario que está acechando, cuidadosamente, para que sepamos que hay corrupción por todas partes. Y los robos de los derechos civiles de las personas… Hay robos por todos lados. Nos robamos unos a otros todo el tiempo.. Acaba de mencionar a Raya, la adolescente sometida a un matrimonio forzoso con un tipo de más de 40 años. Así empieza su libro, con un primer capítulo bastante duro, con violaciones reiteradas y maltratos. Escribe: «No podía resistirse, ni esa noche ni las que vinieron después, porque le habían ordenado que no lo hiciera. Era el derecho del hombre, y su deber como mujer exigía sumisión». ¿En estos años la situación ha cambiado, ha evolucionado?. Esta situación existe en todo el mundo donde la gente es necesitada o pobre, donde las familias aún tienen una estructura rígida. El patriarcado puede tomar decisiones de este tipo, sucede en cualquier parte del mundo donde los derechos de las mujeres no están protegidos. No sé si aún ocurre de la misma manera en Zanzíbar, pero puede haber otras formas de coerción. Dentro de una familia grande la presión viene de las mujeres, de los hombres, de donde sea… No tiene que ser por la fuerza. Hay muchas otras formas relacionadas con la necesidad, la respetabilidad, las deudas… De hecho, se convierte en parte de algún tipo de intercambio mercantil: ‘Le debo dinero a este hombre. Él ha pedido tu mano. Ayudarás a la familia si te casas’. Obviamente, la situación ha evolucionado, ahora hay hermanos que defienden a sus hermanas, padres que comprenden mejor a sus hijas. Ahora es muy inusual que la gente tenga más de una esposa, aunque la ley lo permite. Pero muy pocas personas quieren hacerlo. Así que las cosas están cambiando.. Apenas habla del Islam en la novela. Pero hay una escena en la que las dos amigas, Fauzia y Hawa, toman el ferry a Dar es Salaam. Una se quita el velo. La otra solo lo hace cuando su tía, una mujer moderna que trabaja, le pregunta si piensa llevarlo dentro de la casa. En sus visitas a Zanzíbar, ¿cree que la islamización y la presión por usar el velo han aumentando?. No lo creo. Es un debate, incluso dentro de una familia. Tengo cuatro hermanas y tres de ellas se cubren cuando salen. De sus hijas, algunas se cubren, otras no. La gente hace lo que piensa o prefiere, puede ser de cualquier manera. No es como en Madagascar, donde las personas que no se cubren, al menos llevan un kanga [la tela tradicional africana]. Ni como en Oriente Medio o las sociedades musulmanas más estrictas. La gente aún se cubre, pero cuando se lo quitan están vestidas con una ropa fantástica. Todavía existe el debate de qué es apropiado. ¡Pero no es Afganistán ni Arabia Saudí! En Zanzíbar es una cuestión de clase, de educación y de elección, que tiene que ver con el mundo urbano o rural.. En la novela, Zanzíbar y Tanzania se sienten como dos mundos completamente diferentes aunque apenas las separe una hora y media de ferry. ¿Sigue siendo así?. Sí, sí, son dos países separados. Hay una especie de necesidad desesperada, particularmente desde el punto de vista del establishment político, de hablar de una sociedad más orgánica. Pero no es cierto. Zanzíbar es su propio lugar. Y Tanzania tiene sus propios y grandes problemas y éxitos, con una población enorme. Pero Zanzíbar es diferente. También tiene sus propios problemas, que no ha resuelto, aunque creo que estamos progresando. Pero debido a que hay tanto en juego para la clase política, me temo que esta unión es ahora irrompible. Realmente parece imposible negociar la separación o incluso pelear. Porque Zanzíbar es tan pequeño, que no podrías pelear. Pero ya veremos. Más sabiduría está en camino, espero. Y la gente aprenderá a permitir que las diferencias no sean molestas.. También hace un retrato irónico del turismo. En los años 90, el gobierno de Tanzania se percató de las ventajas de la afluencia turística, que permitió «llenar los bolsillos de los gerifaltes revolucionarios con abultadas y merecidas comisiones», escribe. ¿El turismo estuvo y sigue estando íntimamente ligado a la corrupción?. Sí, eso es cierto. El turismo siempre trae corrupción, especialmente en los países pequeños. Los países grandes pueden manejarlo: millones de personas vienen a España como turistas y no perturba su funcionamiento… Bueno, en Barcelona tal vez un poco… Pero no necesariamente lleva a ese nivel de corrupción que ocurre en países pequeños. Porque de repente hay grandes finanzas que vienen de otro lugar y te dicen: ‘Ten un 20% y déjanos esa playa’. De todos modos, no toda la corrupción del país viene del turismo.. Su obra explora los efectos del colonialismo, las vidas de los refugiados. Las guerras de Ucrania y Gaza son consecuencia directa de ese colonialismo de los viejos imperios. ¿Cómo las vive usted, qué siente al ver las noticias? Porque de adolescente usted vio asesinatos, encarcelamientos, abusos, el cierre de escuelas…. Yo no fui un refugiado, por eso siento la necesidad de decirlo. Si permitimos que estas palabras se vuelvan intercambiables, entonces no apreciamos completamente los horrores que han caído sobre la gente en Gaza y Ucrania. Dejé mi país pero mi vida no estaba en peligro. Me fui porque no podía estudiar. Pero debido a que no me permitían salir adecuadamente, tuve que usar todo tipo de medios, que no eran legales según su forma de pensar. Así que, en cierto modo, no me iba libre y fácilmente, solo marchándome. Pero no era un refugiado. Si llamamos a alguien como yo refugiado, estamos, de alguna manera, usando mal la condición de personas como las de Gaza o Sudán. Porque ser refugiado va contra tu vida. Y cualesquiera que sean las causas, por supuesto, las causas son consecuencias del colonialismo de un tipo u otro. El colonialismo ruso es aún un imperialismo. Y, por supuesto, toda la división de Oriente Medio es un proyecto imperial. Así que vivimos con estas consecuencias. Pero me parece que lo más importante es que, una vez que reconocemos que un refugiado es alguien cuya vida está en riesgo, entonces nosotros, que estamos a salvo, estamos obligados a ayudar.
La Lectura // elmundo
El escritor de Zanzíbar publica su primera novela tras recibir el Nobel hace cuatro años, ‘Un largo camino’ (Salamandra), y es investido doctor honoris causa por la Universidad de Lleida Leer
El escritor de Zanzíbar publica su primera novela tras recibir el Nobel hace cuatro años, ‘Un largo camino’ (Salamandra), y es investido doctor honoris causa por la Universidad de Lleida Leer
